La sustentación y planificación económica para las actividades deportivas son aspectos reflejados en la Ley No. 936 de la creación del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER). Parte de esos procesos lo constituye la necesaria garantía de los implementos.
Sin embargo, la Escuela de Iniciación Deportiva Lino Salabarría Pupo, de Sancti Spíritus, principal centro formador de atletas en la provincia, presenta un déficit general de estos, así como de locales para el desarrollo de los jóvenes deportistas.
Royman Figueredo Toledano, director del centro, afirmó que el equipamiento recibido no tiene la calidad requerida. Todos los deportes presentan dificultades, pero los más afectados son los acuáticos, de combate y el voleibol, pues tampoco cuentan con lugares idóneos para su entrenamiento dentro de la institución.
Al respecto, José Luis Cabrera Rosaelena, entrenador de voleibol, explicó que la escuela funcionó como centro de aislamiento durante la pandemia y en ese periodo el tabloncillo se deterioró por las filtraciones en el techo y no recibir el mantenimiento necesario. Como alternativa a las carencias, primero entrenaron en pistas de cemento, pero ocasionaba lesiones a los muchachos, así que reajustaron los horarios y se dirigían a la Sala Yara, a 2.4 kilómetros de la escuela, para lograr las cuatro horas de entrenamiento.
La situación del judo también es preocupante, además de tener únicamente un tatami, nunca se han entregado kimonos por parte de la escuela. “Los que usan los muchachos son comprados por sus familiares y los precios oscilan entre los 5 000 y 10 000 pesos”, comentó Reiner Cárdenas Conlledo, entrenador de judo y jefe de cátedra.
Por su parte, Pedro Julio García Sánchez, comisionado provincial de este deporte, explicó que solo cuentan con 14 kimonos para los cinco municipios activos en la disciplina. “La mayoría de estos trajes son ‘criollos’ y dificultan el agarre y el desempeño del deportista”, agregó.
El escenario se complica aún más en la lucha femenina. A diferencia del judo, es obligatorio competir con zapatillas específicas, solo disponibles en el extranjero o a un monto de entre 5 000 y 6 000 pesos. Por esa razón, el entrenador Yander Valle Castro repara los zapatos que otras niñas desechan para facilitárselos a las que tienen familias con menores ingresos.
“Los profesores hacemos lo posible por obtener buenos resultados. Es una misión de nosotros mantener a las féminas en este deporte, pues es muy complicado captarlas. No son todas las que tienen el valor de competir”, concluyó.
No obstante, Tania Sorí Capdevila, madre de Lázara Mol Sorí, luchadora en formación, está orgullosa de su hija al obtener dos medallas de bronce y una de oro en los Juegos Nacionales Escolares.
“Durante los seis años de entrenamiento de Lázara, le he comprado lo necesario para competir. Ha sido bastante difícil, pero nunca me planteé que no pudiera seguir. Como decimos los cubanos, tenemos que trabajar duro, pero ella cumplirá su sueño”, agregó.
Referente a tal problemática, Ángel Vidal Castillo, subdirector de Actividades Deportivas del Inder, sostuvo que se llevan a cabo acciones para resolver la situación, pero se ven frustradas por la crisis económica que atraviesa la nación. Además, la compra en terceros países encarece la adquisición de los implementos.
En el ámbito nacional se hacen gestiones con los nuevos actores económicos, pero estos no siempre solucionan el problema. Es muy complicado conseguir la materia prima y que cumpla con los requisitos deportivos, sobre todo en el judo y la lucha.
Dentro de las visiones del Inder está la propuesta de lograr un sistema de enseñanza deportiva comprometido con la formación integral de los atletas. Sin embargo, no siempre lo consigue y en muchos casos padres y entrenadores lo complementan al trabajar sin descanso para que los jóvenes puedan cumplir sus metas. En estos momentos, aunque muchos prometan, ser deportista tiene un precio que no todas las familias pueden costear.
*Estudiante de Periodismo
Desgraciadamente sucede en TODOS LOS DEPORTES y EN TODAS LAS PROVINCIAS. Después nos preguntamos por qué hemos perdido tanto prestigio a nivel internacional. Se pasa demasiado trabajo desde la base. Además hay temas que se pueden resolver y aún así d vamos que todo se nos eche a perder.