Aunque desde marzo último se registra una ligera recuperación en el régimen de lluvia en la provincia de Sancti Spíritus, desde el 2022 persiste en este territorio una sequía meteorológica, entendida por los especialistas como escasez continuada de precipitaciones.
Desde enero hasta diciembre del 2022 se computó un déficit de 329,7 milímetros de lluvias en relación con el promedio histórico anual, lo que significó el 77 por ciento de esta media en la demarcación espirituana.
Miguel García Ruiz, director del Centro Provincial de Meteorología, dijo a la Agencia Cubana de Noticias que actualmente no se considera una etapa de sequía agrícola (déficit de humedad en la zona radicular para satisfacer las necesidades de un cultivo), y tanto es así, agregó, que los campos conservan el verdor característico del período primaveral.
Acotó el experto que sí existe déficit de precipitaciones, y para ilustrar su afirmación puso como ejemplo que el promedio histórico del mes mayo es de 176,2 milímetros de lluvia; sin embargo, hasta la fecha solo ha caído el 62 por ciento de esa cifra, aunque en los próximos días pudiera incrementarse el agua desde la atmósfera para acercarse al número normal en esta etapa.
También en lo que va del 2023 se observa una sequía hidrológica, teniendo en cuenta que los caudales circulantes por los cursos de agua o de volúmenes embalsados se comportan por debajo de lo normal.
Las nueve presas manipuladas por el Instituto de Recursos Hidráulicos en Sancti Spíritus acumulan hasta este 23 de mayo 414,6 millones de metros cúbicos del líquido, lo que representa el 34 por ciento de su capacidad máxima operacional normal.
Según se prevé, el venidero trimestre junio-julio-agosto deberá tener un comportamiento próximo a lo normal, partiendo del criterio de que todavía no estará bien establecido el evento de origen climático conocido como El Niño.
Sin embargo, se pronostica que durante los meses de septiembre a noviembre exista un comportamiento por debajo de lo normal, puesto que comenzará a establecerse la influencia de El Niño, lo cual provocará una disminución en los totales de lluvia, principalmente en octubre y noviembre.
Estudiosos en el tema dan cuenta de que la sequía meteorológica da origen a los restantes tipos de sequía, en los que además de los mencionados se incluye la sequía socioeconómica, entendida como afectación a las personas y a la actividad económica por escasez de agua.
García Ruiz afirmó que para hablar de sequía socioeconómica no es necesario que ocurra una restricción del suministro de agua, sino que basta con que algún sector económico se vea perjudicado por la escasez hídrica.
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