La decisión de la Justicia Electoral de dejar inelegible por ocho años al expresidente brasileño Jair Bolsonaro por abuso del poder y uso indebido de medios públicos de comunicación constituye una victoria de la democracia.
Así lo afirmó en la red social Twitter el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino, quien consideró que de ese fallo afloran mensajes como que «la mentira no es una herramienta legítima para ejercer una función pública».
De igual manera, rasgueó que la política no se rige por la ley de la selva, en la que el más fuerte todo lo puede.
«La democracia ha ganado la prueba de estrés más dura en décadas», remarcó finalmente Dino.
En similar arista, el Partido de los Trabajadores estimó que fue una «condena a los métodos de la extrema derecha», a «la diseminación industrial de mentiras, amenazas a la democracia y el uso del poder público para perseguir adversarios y prevalecer en la disputa electoral».
Cuando expuso su voto, el relator del caso, ministro Benedito Gonçalves, coligó a Bolsonaro a un «discurso violento y mentiras» que colocaron «en jaque la credibilidad de la Justicia Electoral».
Por cinco votos a favor y dos en contra, el Tribunal Superior Electoral (TSE) inhabilitó al exmilitar para ocupar cargos públicos hasta 2030 por celebrar, el 18 de julio de 2022, una reunión con embajadores extranjeros transmitida por la televisión pública en la que atacó sin pruebas el sistema electivo y las urnas electrónicas.
En el encuentro, realizado a dos meses y medio de la campaña electoral, el exgobernante ante unos 40 diplomáticos foráneos, exhibió además una presentación con desinformación sobre los modernos receptáculos para ejercer el voto y sugirió la participación de las Fuerzas Armadas para corregir fallas del sistema de votación.
Cuestionó la integridad del método comicial y de ministros del TSE y del Supremo Tribunal Federal.
Ante los hechos, el Partido Democrático Trabalhista accionó la justicia electiva contra Bolsonaro.
Según la llamada Ley de Ficha Limpia, el dictamen del TSE tiene efecto inmediato y el exjefe de Estado seguirá siendo inelegible a la espera del examen de las apelaciones, aunque tal punición no elimina sus derechos políticos por lo que podría actuar a favor de políticos aliados en las municipales de 2024.
Respecto al laudo del tribunal, Bolsonaro afirmó que resultó una «puñalada en la espalda» y que recientemente había recibido una en la barriga, al aludir el atentado que sufrió en 2018.
Adelantó que evaluará con sus abogados las posibilidades de apelar, no solo en el TSE, sino también ante la Corte Suprema.
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