Al dar una cálida bienvenida a los delegados, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla dijo que la Cuarta Conferencia La Nación y la Emigración es una oportunidad “para reflexionar e intercambiar sobre importantes temas de la nación, basados en el respeto irrestricto a la soberanía e independencia de la patria y la voluntad común de continuar fortaleciendo y diversificando nuestros lazos”.
“Esas son premisas que compartimos”, enfatizó el ministro, y a continuación se refirió a la compleja situación económica, con efectos sociales visibles como consecuencia del recrudecimiento sin precedentes del bloqueo, las múltiples crisis a nivel internacional y los conflictos internacionales en curso.
“Esto ocurre en medio de un proceso transformador y revolucionario en nuestra economía, orientado a actualizar el sistema socialista, hacerlo más eficiente y adaptarlo a las realidades actuales del país y del mundo”, dijo.
“Seguros de que era ineludible y urgente, hemos tropezado también con nuestras propias deficiencias, distorsiones y dificultades, sobre las cuales trabajamos sin descanso, pensando siempre en el bienestar del pueblo”, agregó. “Nuestro Gobierno mantiene el firme compromiso de salvaguardar la justicia social y proteger en todo lo posible la equidad que nos caracteriza”.
El canciller afirmó que “estamos convencidos de que encontraremos con nuestro propio esfuerzo la salida a tan complejo escenario (…) La historia revolucionaria de Cuba registra varios momentos de grandes dificultades y siempre hemos logrado salir adelante”.
Subrayó que de la historia de Cuba “podemos sentirnos orgullosos” y añadió que “hoy nuestras vacunas contra la covid-19 y el esfuerzo desplegado para enfrentar la pandemia son ejemplos fehacientes de esa resistencia creativa, asentada en el talento de nuestros científicos y la fuerza colectiva para superar las adversidades”.
Señaló, asimismo, las nuevas disposiciones en la Constitución adoptada en 2019, en el Código de las Familias, en los programas de adelanto de las mujeres y contra la discriminación racial, así como en los múltiples vínculos de amistad y cooperación internacional que mantiene Cuba, incluso con aquellos Gobiernos que puedan tener diferencias políticas o ideológicas con el nuestro. “Cuba tiene elevado prestigio y es reconocida por sus contribuciones”.
Se refirió a la victoria de Cuba el pasado 2 de noviembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuando una vez más el mundo rechazó la política estadounidense de bloqueo, una lucha en la que siempre se ha podido contar con los connacionales en el exterior.
Rodríguez Parrilla destacó que “en los momentos cardinales de la historia de Cuba se ha contado con una participación activa, que nos llena de emoción, de los cubanos residentes en otras partes del mundo (…) Deseo reiterarles nuestro más profundo agradecimiento por los pronunciamientos y ayudas fraternas de nuestros compatriotas”.
También agradeció los donativos de los cubanos residentes en el exterior durante la etapa más crítica de la covid-19, que contribuyeron a contar con insumos necesarios para la campaña de vacunación, así como la ayuda enviada ante fenómenos meteorológicos que han afectado al país.
El canciller reiteró que el bloqueo de EE.UU. sigue siendo el principal obstáculo para el desarrollo de Cuba y que desde 2019 a la fecha ha sido recrudecido de una manera sin precedentes, con más de 240 medidas y, “aún más, luego de la inclusión del país en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, lo cual agregó un efecto extremadamente dañino, con altos costos y limitaciones para las finanzas y el comercio”.
“Las medidas extremas de los últimos años son una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de los cubanos, continúan siendo el mayor obstáculo para nuestro desarrollo y tienen un efecto directo y determinante en los altos flujos migratorios”, dijo.
Denunció los intentos de subvertir el orden constitucional en Cuba, con programas financiados desde el propio Congreso de EE.UU., los cuales “incluyen interferir en el proceso transformador de nuestra economía, pretendiendo segmentarla artificialmente”.
Rodríguez Parrilla reafirmó que la voluntad del Gobierno cubano es continuar profundizando las relaciones con los cubanos residentes en el exterior y su participación activa en nuestra economía.
“Esta conferencia es una muestra inequívoca del fortalecimiento continuo e irreversible de los vínculos entre Cuba y sus nacionales en el exterior, resultado del diálogo iniciado en noviembre de 1978, promovido e impulsado por el Comandante en Jefe Fidel Castro”.
Recordó que en ese momento “la Revolución estaba en franco proceso de consolidación e institucionalización” y existía “un clima menos agresivo de parte del Gobierno de Estados Unidos, a la vez que se venía desarrollando en nuestro Gobierno una reflexión sobre la necesidad de restablecer lazos con aquellos cubanos que por diversas razones habían salido del país, en especial hacia EE.UU., y que, con independencia de su inclinación política, tenían el deseo de regresar o establecer contacto con la patria y con sus familias.
“En esas circunstancias, fue tomando cuerpo una política de nuestro Gobierno que desde el principio hasta hoy se ha desarrollado bajo condiciones difíciles y extraordinarias, que no son comunes en el caso de los vínculos de otros países con su emigración.
“En nuestro caso, la nación ha permanecido bajo la permanente agresión de una gran potencia ubicada a solo 90 millas y donde residen o son ciudadanos, la mayoría de una presencia muy conservadora, en una comunidad donde se manifiesta determinado grado de hostilidad alentada, conducida o manipulada electoralmente contra su patria”.
Agregó que como fruto del acercamiento continuo de Cuba con sus nacionales en el exterior, se han producido notables progresos y se han adoptado paulatinamente importantes decisiones y medidas dirigidas a estrechar los vehículos.
“Las dos conferencias La Nación y la Emigración, celebradas en 1994 y 1995, permitieron profundizar el acercamiento, ampliar la composición de los participantes en el diálogo, procedentes de varios países, no solo de Estados Unidos; diseñar con mejor estructura y mayor institucionalidad política el acercamiento e inserción de los entonces emigrados en la vida nacional. Algo similar ocurrió con la conferencia de 2004”.
Destacó el importante papel en ese acercamiento de las medidas con carácter consular o migratorio para facilitar los trámites y reducir requisitos, disminuir gastos y eliminar obstáculos para una comunicación cada vez más fluida, y para favorecer los vínculos familiares.
Entre los resultados más visibles están, según el ministro, las crecientes manifestaciones de apoyo y solidaridad con Cuba de los nacionales residentes en el exterior, a pesar de la permanente contaminación tóxica a la que están sometidos desde los medios de comunicación en EE.UU. “Admiramos cómo ustedes defienden con hidalguía su postura moral y política frente al acoso”.
Rodríguez Parrilla subrayó que “la participación de los cubanos que viven fuera del país en la vida nacional es cada vez más activa, se expresa en la economía y en la actividad comercial”, mientras “se amplían las oportunidades para un papel creciente de ellos en el desarrollo del país”.
“Nuestra cultura es una sola”, dijo el ministro, y agregó que “se ilustra en el pensamiento y la creación artística y literaria de todos, en el desarrollo de la ciencia y la vida académica, en el ejercicio del deporte y en otras facetas de la vida”.
“Más allá de nuestra singularidad, la movilidad humana y la circularidad son tendencias de la época en todas las latitudes, motivadas por circunstancias fundamentalmente comunes asociadas al desarrollo y el bienestar”, afirmó al referirse al flujo migratorio de los últimos años.
“Nuestra historia tiende a superar el concepto de emigrado por el de cubanos que somos y son, que van y vienen en sus disímiles circunstancias, participan y contribuyen, defienden y enriquecen, retornan o se prolongan en sus hijos, sus nietos, sus bisnietos, que seguirán siendo cubanos”.
Al concluir, destacó que “es la fórmula martiana de amor triunfante, escrita con sangre en la bandera de la estrella solitaria. Es nuestra fe. Allá ellos, los lindoros, como llamó el Apóstol a los que, con ánimo de sumisión, odian y destruyen, los neoanexionistas, que no estarán entre nosotros.
“En los cubanos patrióticos residentes en el exterior, la nación crece, se enriquece, se manifiesta, y se presenta orgullosa por el mundo cada vez con más amplitud, dondequiera que haya un cubano que lleve en el alma el sentimiento de la patria.
“En Cuba están la sustancia materna, el origen, la esencia; está el pueblo y está la historia, que es de todos los cubanos. De las entrañas de la isla se nutre nuestra cubanía, que es cubanidad y conciencia de lo que somos y lo que queremos ser. Y emana de aquí la fuerza de la nación y la cultura cubanas”.
Con mucho placer inauguramos este sábado la IV Conferencia "La Nación y la Emigración", inspirados #JuntosXCuba en la fórmula del amor triunfante de la que hablara el Apóstol.
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) November 18, 2023
Desde el diálogo respetuoso, sincero y necesario con la #Cuba de todos #LaPatriaCrece. pic.twitter.com/9AzWpZXOJn
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