Buscan alternativas en Casilda ante dificultades con el abasto de agua (+fotos)

Casilda es un pequeño poblado de pescadores, bañado por el olor a salitre que se esparce por sus calles y penetra a los hogares como un viejo amigo. A escasos kilómetros de Trinidad, carga con su propia historia y se enorgullece de ella.

Desde su nombre que, según la leyenda, se debe al de una niña enferma que recaló en sus costas con su familia a bordo de una goleta y sanó gracias al clima, hasta las historias fascinantes vinculadas a Hernán Cortés, quien zarpó desde su ribera en 1518 a conquistar el imperio azteca; o el asedio de piratas y corsarios, cuyas huellas perduran en el asentamiento.

Esas y muchas otras anécdotas conforman los recuerdos de los lugareños, en particular de los mayores que evocan igualmente sucesos de marcada trascendencia cuando el 17 de abril de 1960 atracó en el puerto el primer buque con petróleo soviético luego de decretarse el bloqueo de los Estados Unidos contra la isla, que se extiende por más de seis décadas.

No hay lugar en esta isla que no haya sentido los tentáculos de este cerco económico y político; ni tampoco el espíritu de salir adelante con nuestros propios esfuerzos, tan profundamente plantado entre los cubanos. Casilda es muestra de ello, a pesar de las dificultades e insatisfacciones a las que se enfrentan hoy los vecinos de esta comunidad humilde y laboriosa.

La angustia de María Fritze es la misma que viven los casi 7 000 habitantes de los dos asentamientos que conforman el Consejo Popular —Casilda y Media Legua— al no contar desde hace más de tres semanas con un recurso vital en los hogares: el agua, a causa de la rotura del equipo de bombeo encargado de la distribución a través de redes.

Ante la contingencia, de acuerdo con Michel Sorroche Ruiz, director de la Unidad Empresarial de Base de Acueducto y Alcantarillado en Trinidad, funciona un Puesto de Mando en esa zona con el objetivo de organizar la distribución mediante carros cisterna, actividad que no ha estado exenta de irregularidades y descontrol, lo cual genera malestar entre los vecinos acostumbrados a disfrutar diariamente de ese servicio.

A partir de esos reclamos, precisó Ernesto Borges Medina, viceintendente al frente de los programas de la Defensa en la Asamblea Municipal del Poder Popular, se asignaron carros a las seis circunscripciones y un miembro del Grupo de Trabajo es responsable de garantizar con transparencia el destino final del preciado líquido.

Sorroche Ruiz agregó que se realizan poco más de 27 viajes diarios con un promedio de 150 metros cúbicos de agua en aras de atenuar una situación realmente crítica. “A ello hay que añadir que el estado técnico de los vehículos no es el adecuado, lo que ocasiona demoras en los recorridos y entregas”.

En estos momentos —comentó el funcionario— se reportan en el municipio ocho equipos de bombeo fuera de servicio con los mismos requerimientos técnicos que el emplazado en Casilda y en el área de Armando Mestre, en la cabecera municipal, las dos zonas de mayor complejidad; por lo que se evalúan todas las alternativas en aras de restablecer el servicio lo más rápido posible pese a las limitaciones objetivas.

La solución de esta y otras prioridades requiere de recursos y financiamientos deficitarios en el país, pero también necesita la cohesión y entrega de todas las fuerzas de la comunidad, con el acompañamiento además de las autoridades del Partido y del Gobierno, una fórmula que ha probado más de una vez su eficacia.

La reparación de las escuelas primaria y secundaria, el círculo infantil, bodegas y consultorios médicos, la reanimación del parque, así como la atención a problemáticas sociales son resultado de los programas de reanimación materializados en este asentamiento a fin de dar respuesta a no pocos planteamientos de los electores, mientras se mantiene el seguimiento a otros, según confirmó Miguel Pablo Viamonte Naranjo, presidente del Consejo Popular.   

A lo largo de los siglos, Casilda ha navegado contra viento y marea para levantarse ante las adversidades y resguardar el espíritu de resistencia de este pueblo de pescadores aferrado a sus costumbres y a su historia desde los tiempos más remotos.