La primera edición de la Olimpiada del Patrimonio Trinitario confirmó que el amor todo lo puede; el de los niños por su ciudad; el de los especialistas de la Oficina del Conservador de la Ciudad, que organizaron el evento y pensaron en todos los detalles; el de los padres, por el apoyo a sus hijos, y el de quienes, en representación de empresas estatales, negocios y proyectos culturales, aportaron para premiar el empeño de estas pequeñas campeonas.
En el marco de las actividades por el Día de las Ciudades Patrimoniales Cubanas se desarrolló la competencia de conocimientos que indagó en temas vinculados con la arquitectura de la villa, las expresiones de la cultura inmaterial, además de acontecimientos históricos, personalidades y próceres de la independencia de la localidad.
Las 12 participantes, en representación de seis escuelas del territorio, cuatro de la cabecera municipal, Casilda y San Pedro —esta última comunidad ubicada en el Valle de los Ingenios— sorprendieron al jurado y al público por la precisión y fluidez de sus respuestas en las tres rondas de competencia.
El primer lugar de la Olimpiada del Patrimonio Trinitario lo alcanzó Claudia Esther Pérez Calzada, de la escuela Marcelo Salado, institución que presentó el mayor número de participantes; el segundo correspondió a Grabiela de la Caridad González Lozano, de la Pepito Tey, y el tercer escaño lo ocupó la pionera Ashly Santander Gascón, del plantel República de Cuba.
Y si excelente resultó el desempeño de las niñas, lo fue también el de las bibliotecarias de los colectivos docentes de donde proceden las estudiantes, quienes contribuyeron con su preparación y vivieron junto a ellas las emociones de la prueba.
Luego de premiar a las ganadoras y a todas las participantes, fueron reconocidas dos personalidades de la urbe, Víctor Echenagusía Peña y Bárbara Venegas Arboláez, así como el comité organizador y los más de 25 patrocinadores, los cuales respondieron a la convocatoria y colaboraron en función de la realización exitosa de esta iniciativa que combina el sano espíritu de competencia con el conocimiento de los valores históricos y patrimoniales de la urbe.
Al concluir el evento, Radelex Cartaya Matamoros, director de la Oficina del Conservador de Trinidad, felicitó a las participantes y destacó la significación de la propuesta que fomenta en las nuevas generaciones el amor por la ciudad, próxima a celebrar 510 años de fundada.
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