Como entes fundamentales del sistema empresarial cubano, los sectores estatal y no estatal comparten un escenario de interacción que debe ser cada vez más armónico, con posibilidades reales de intercambio y concertación de alianzas.
La Casa de la Música de la Egrem de Trinidad se suma a la avanzada de entidades espirituanas que apuestan por esta fórmula económica, la cual permite el acceso a financiamientos y tecnologías a fin de revitalizar actividades productivas y de servicios deprimidas en Cuba por los efectos de la pandemia, la crisis internacional y el bloqueo, entre otras causas.
En el caso de la institución devenida epicentro de la vida cultural de esta ciudad alegre y trasnochadora, la asociación con Royal Alegro —una nueva forma de gestión no estatal— resulta mutuamente beneficiosa, en particular para el colectivo Vanguardia Nacional por 18 años y que ya asegura utilidades, ve renacer espacios, además de su programación cultural.
Con tales argumentos, Ronald Sánchez Núñez, director de la Casa de la Música de la Egrem, disipa cualquier duda en torno a esta alianza con el sector privado local, refrendada en el proceso de actualización del modelo económico cubano y de las facultades otorgadas al sistema empresarial sobre la base del Decreto-Ley 34 del 2021.
“Después de un proceso de licitación y el análisis de cada propuesta se decidió concertar los acuerdos con esta mipyme que reunió todos los requisitos pactados. Fue un proceso de mucho diálogo y entendimiento donde siempre quedó claro que seguiríamos siendo los dueños del espacio y los responsables de la política cultural”, enfatizó.
Y mientras el presupuesto estatal se concentró en la reanimación de la escalinata, uno de los sitios emblemáticos a donde regresan las presentaciones en vivo de las agrupaciones musicales, el capital aportado por la nueva forma de gestión no estatal se destinó a recuperar lo que antes funcionó como salón de espectáculo, con huellas visibles de deterioro.
A Royal Alegro se debe la reanimación de esa área donde se ejecutaron diversas acciones constructivas y de ambientación, así como la adquisición de novedosos elementos de escenografía, luces y audio. El resultado es un espacio que promueve la recreación centrada en el público joven, pero que diseña actividades para todas las edades.
Mantener la política cultural de la Egrem y potenciar la música cubana, regional y trinitaria constituyen premisas que, de acuerdo con Rodobaldo Calzada, socio titular de la mipyme, sustentan esta asociación.
“Es algo que nos hace feliz; es una alianza del sector estatal con el privado, este último no muy bien visto socialmente. Es momento de cambiar la imagen que algunos tienen, somos personas de pueblo que aportamos a la sociedad. Un lugar como este había que rescatarlo para la juventud”, aseguró a Escambray.
En cuanto a los precios, muestran la misma distorsión que afecta hoy a buena parte de los cubanos y limita el acceso a estas propuestas. Pero como oferta recreativa no se le puede restar méritos.
También a su favor, el nuevo espacio garantiza empleo a más de ochenta trabajadores, en su mayoría mujeres y jóvenes, además de enriquecer el producto Casa de la Música de la Egrem en Trinidad, según su director.
“Nuestra empresa ha sido beneficiada. Los nuevos actores facilitan la importación de recursos y se convierten también en proveedores. La retribución, por el arrendamiento del espacio, equivale casi a la utilidad de todo un mes de trabajo del centro. Se obtienen beneficios económicos y logramos animar la vida nocturna en Trinidad”, concluyó Ronald.
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