Como el buen perfume que viene en frasco pequeño, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Sancti Spíritus —ubicado en apenas una esquina de la Facultad de Ciencias Médicas y con menos de 60 trabajadores— cierra un año de labor intensa y de excelencia.
“En el área de investigación-desarrollo obtuvimos 36 hibridomas —nuevas células que producen igual cantidad de anticuerpos diferentes contra doce antígenos—. Con esa cifra logramos un récord, nunca antes lo habíamos alcanzado, multiplicamos por tres lo realizado en el 2021”, aseguró a Escambray el doctor en Ciencias Enrique Pérez Cruz, director de esa institución científica.
Estos productos se utilizan en proyectos de la lucha contra el cáncer y la epidemia de dengue, contra nuevas variantes de la Covid, en el sector agropecuario relacionado con el cultivo de la soya y en algunos renglones exportables.
En la parte productiva, con un respetable índice de conformidad de más del 96 por ciento, lograron sumar 88 lotes de 44 surtidos diferentes: diagnosticadores de embarazo, reactivos biológicos para determinar hepatitis B y C, dengue, cáncer de próstata; para fabricar vacunas, interferones, Eritropoyetina y otros medicamentos.
“Para obtener todos estos resultados fue fundamental la intensidad del trabajo, la experiencia del colectivo y la incorporación de personal joven que se creció en las circunstancias de la covid. La articulación entre las diferentes áreas dio una cosecha importante. Hicimos un buen equipo”, comentó.
Entre los frutos recogidos mencionó además las publicaciones en revistas científicas de alto impacto relacionadas con la robustez de la vacuna Abdala, por ejemplo, el estudio donde se demuestra que las gestantes inoculadas con ese inmunógeno producen inmunidad pasiva en los lactantes.
Igualmente, enumeró la concesión de la patente al Método de obtención 1-Kestosa en Japón, Brasil y Malasia para acumular un total de 18 países donde ya se ha conseguido; la producción de enzimas o catalizadores biológicos para fabricar un PCR nacional; y la elaboración de reactivos biológicos esenciales para garantizar la introducción de Heberprot-P en países desarrollados.
Por otra parte, Pérez Cruz mencionó la contribución del CIGB al fomento y extensión de los cultivos transgénicos de maíz y soya, que ya alcanzan a 16 bases productivas con Licencia de seguridad biológica para el manejo de estos cultivos transgénicos, ubicadas en siete de los municipios espirituanos.
Además, la institución científica alcanzó evaluaciones satisfactorias en auditorías externas del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, del Centro Nacional de Sanidad Animal y del Ministerio de Comercio Interior, gracias a las cuales renovó la Licencia sanitaria de fabricación de diagnosticadores y reactivos biológicos y recibió la Certificación de Buenas Practicas de Fabricación con una vigencia de un quinquenio.
El CIGB espirituano sumó el pasado año ventas superiores a los 30 millones de pesos, con un costo por peso de apenas 0.59 centavos y una productividad de más de 503 000 pesos por trabajador.
Por si fuera poco, apoyó la reanimación del Consejo Popular de Garaita, con el mantenimiento constructivo y pintura de dos edificios de viviendas de sus trabajadores ubicados en esa área, así como de la bodega y casilla que brindan servicios al barrio.
MUCHAS FELICITACIONES PARA ESE CONSAGRADO COLECTIVO DE TRABAJADORES. A SEGUIR COSECHANDO NUEVOS LOGROS.
SALUDOS.