La Educación Especial en Cuba tiene una premisa clave: alcanzar el máximo desarrollo integral posible de las personas con necesidades educativas especiales, asociadas o no a discapacidad.
Desde Sancti Spíritus, profesionales de este nivel de enseñanza laboran para que cada día niños y jóvenes logren una mayor inclusión social en correspondencia con los objetivos de su nivel educativo.
La jefa provincial de dicho nivel educativo en el territorio, Deisy Castillo Ibarra, explicó que la provincia cuenta con una matrícula de 1 580 educandos con necesidades especiales distribuidos en 13 escuelas o que reciben otras modalidades de atención.
“Se les da seguimiento a un total de 738 educandos en otros niveles educativos, de ellos 395 son estudiantes de la enseñanza primaria”, añadió.
La Enseñanza Especial en Cuba se fundamenta en documentos rectores como la Convención de los Derechos del Niño y el nuevo Código de las Familias. El educando con necesidades educativas especiales tiene el derecho de recibir atención educativa plena y, para cumplir ese fin, la Dirección Provincial de Educación forma maestros de apoyo, terapeutas, logopedas, entre otros profesionales.
“En función del educando, sugerimos a través de los maestros de apoyo y demás especialistas, la práctica de estrategias didácticas y de adaptaciones curriculares ajustadas a sus necesidades individuales”, añadió Castillo Ibarra.
En este sentido, en la provincia se destacan las escuelas especiales Valle Grande, en Jatibonico; José Antonio Echeverría, de Fomento, y Julio Antonio Mella, en Cabaiguán.
Asimismo aseveró que para los educandos que son atendidos fuera de la escuela especial es imprescindible que el diseño de su formación esté dirigido a lograr su inclusión en círculos de interés, proyectos socioproductivos, actividades culturales, recreativas, entre otras, para que sean capaces de lograr relativa independencia.
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