Luego de seis meses de ejecución, quedó terminada la construcción del parapeto en la cortina y laterales del aliviadero de la presa Siguaney, una solución ingeniera más factible que refuerza la seguridad del embalse, lo pone en condiciones de enfrentar cualquier evento hidrometeorológico y alcanzar el nivel máximo de agua sin que la avenida y el oleaje rebasen la corona de la cortina.
Carlos Lizama Troyano, director de Ingeniería en la Empresa Provincial de Aprovechamiento Hidráulico Sancti Spíritus, explicó a Escambray que el proyecto partió de estudios de revisión de los parámetros de la presa con casi 60 años de explotación, los cuales reflejan cambios, sobre todo en los niveles de aguas muertas y máximas, de ahí que la revisión de este último parámetro diera como resultado que durante un evento hidrometeorológico extremo el oleaje podía rebasar la cota de la corona de la cortina.
Detalló el especialista que a través del estudio batimétrico y cálculos posteriores se comprobó que el azolvamiento—acumulación de sedimentos en el vaso de la presa— trajo consigo la reducción de la capacidad de almacenamiento de agua y la modificación de varios parámetros, entre ellos el aumento del nivel de aguas máximas, o sea, una acumulación por encima de la capacidad normal ante un probable escurrimiento.
Desde tal basamento, refirió el especialista, se determinó la nueva cota (altura) de la corona de la cortina, la cual era imprescindible elevar. Detalló que como solución de proyecto se optó por construir un pequeño parapeto, opción económica y más factible que recrecer la cota de la corona de la cortina con arcilla, un trabajo que llevaría un nivel importante de material y recursos.
“Con el parapeto no se recupera la capacidad de almacenamiento perdida por el azolvamiento, lo que se logra es darle la seguridad al embalse de soportar el nivel de aguas máximas sin que peligre la obra ni los escurrimientos puedan rebasar la corona y provocar alguna erosión”, destacó Carlos Lizama.
Si bien las presas Zaza, Lebrije y Tuinucú tienen ese muro concebido desde el diseño, la propia fuente precisó que es la primera vez que se acude, en un embalse en explotación, a la incorporación de este elemento para darle garantía a la presa.
Para la edificación del parapeto —ejecutado por fuerzas de la Empresa Provincial de Aprovechamiento Hidráulico y el acompañamiento de una mipyme— se combinaron el empleo de elementos prefabricados con un muro de bloques macizados y columnas cada 2 metros; se divide en tres tramos, uno encima de la cortina de 256 metros y otros dos de menor longitud a ambos lados del aliviadero de la presa.
Construido en 1968, Siguaney es el segundo embalse —le antecede Aridanes— más antiguo de Sancti Spíritus, abastece la fábrica de cemento cercana, la zona industrial de la ciudad espirituana y áreas cañeras; también se inscribe entre las presas de abasto a la población —aunque solo para uso doméstico—, específicamente para la comunidad de igual nombre y para el poblado de Tuinucú.
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