Consulta pública con Iraida Morera (+ fotos y video)

La reconocida alergista espirituana Iraida Morera Franco, lleva más de tres décadas dedicadas a la Medicina dentro y fuera de Cuba

En los policlínicos Sur y Centro de la ciudad de Sancti Spíritus, la doctora Iraida ofrece consultas a niños y adultos. (Fotos: Alien Fernández/Escambray).

Su palabra es bálsamo y llega a curar tanto o más que los medicamentos. Niños y adultos la prefieren por ello, por la calidez de sus manos, por el acierto y pericia en el diagnóstico de las enfermedades alérgicas.

Desde hace más de tres décadas, la doctora espirituana Iraida Morera Franco vive apegada al juramento hipocrático de consagrarse por siempre al servicio de sus pacientes.

“Para mí es bien placentero trabajar con niños”, expresó la doctora Iraida.

DESLUMBRAMIENTO

En 1992, la investigación científica hizo posible el deslumbramiento por la Alergología, una especialidad médica que, como otras, necesita constante actualización.

“Mi trabajo de terminación de residencia analizó el comportamiento de la dosificación de IgE en un grupo determinado de niños. Dicha prueba, que se hacía en el cordón umbilical del recién nacido, daba un índice predictivo de padecer enfermedades alérgicas. Esta investigación hizo que me enamora de la especialidad y coincidió que, dado el déficit de alergólogos en la provincia, se empezaron a brindar cursos de adiestramiento, diplomados, a los que me inserté hasta hacerme especialista”.

En los policlínicos Sur y Centro, de la ciudad de Sancti Spíritus, la doctora Iraida ofrece sus consultas para niños y adultos. Con los niños —confiesa— tiene una conexión especial. Con ellos ha creado lazos, ligaduras necesarias. Una vez que los trata, se convierten en sus amigos puntuales, más puntuales que los relojes suizos.

“Para mí es bien placentero trabajar con niños; asumen su enfermedad con mucha disciplina, son más moldeables en cuanto al cumplimiento del tratamiento. Ellos llegan a la consulta y te dicen: ‘Yo no puedo echarme al perfume, no puedo comer nada con fresa porque me da tos’. Hay padres y madres que son asmáticos y no dejan de llevarme a su niño a la consulta nunca; sin embargo, los que van con criterio de tratamiento médico son ellos porque muchas veces no son disciplinados”.

La mirada escrutadora, la observación, el método clínico. Este es el ABC de la práctica médica de la doctora Iraida quien pondera la importancia de la prevención desde edades tempranas.

“La prevención se comienza desde el embarazo. El hábito de fumar, tan frecuente en nuestro medio, es un factor de riesgo para el desarrollo de las alergias en el futuro bebé. Es vital que se fomente la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad, que se evite dar medicamentos innecesarios en esos primeros años de vida porque son factores que pueden incidir en el aumento de la severidad de esas afecciones.

“En la edad pediátrica es donde mayormente se inician los síntomas de la enfermedad alérgica y el asma, por ejemplo, afecta a muchos niños espirituanos. De hecho, hoy se considera una de las alergopatías con mayor incidencia en Cuba y el mundo”.

¿Cuáles son las enfermedades alérgicas más frecuentes en Sancti Spíritus?

El asma, la rinitis, dermatitis atópica, y en los últimos tiempos se han incrementado las alergias alimentarias, sobre todo en la primera infancia, con las alergias a la proteína de la leche y a la de los huevos.

¿Qué previsiones se tienen de los padecimientos alérgicos?

Para el 2050, la mitad de la población mundial pudiera padecer de alguna enfermedad alérgica. Se ha visto mucho en los últimos años un incremento de las alergias alimentarias, por medicamentos, por los efectos del cambio climático.

Pacientes con asma, rinitis, dermatitis atópica y alergias alimentarias acuden a la consulta de la doctora Iraida.

HONDURAS, LA GRANDEZA DE LO ÚTIL

Sabedora de la fuerza monumental del ejercicio de la solidaridad, la doctora Iraida Morera Franco vuelve a las remembranzas de la ayuda médica de Cuba en Honduras de 2014 a 2016. Llegar hasta las aldeas más intrincadas del municipio de Trinidad, en el departamento de Santa Bárbara, improvisar consultas debajo de los árboles, pesquisar, atender hasta el último paciente se hicieron acto común en aquellos parajes; quizás, por ello, a estos salvadores de almas la gente noble de allí continúe levantándoles templos de gratitud.

“Honduras es un país que te enamora por su geografía y por su gente. La brigada médica cubana fue muy aceptada por la población pobre, y cuando llegabas a uno de esos lugares, no era necesario decir tu nombre. Te llamaban cubana o cubano.

“Llegué como especialista en Medicina General Integral y cuando se enteraron que atendía las alergias, enseguida iban conmigo. Por suerte, no hubo conflictos entre la atención médica privada y la pública. Cuando llevábamos seis meses en Trinidad, ya los mismos médicos enviaban sus casos más difíciles a nosotros y a los pediatras que allí cumplíamos misión.

“En ese país, la incidencia de enfermedades alérgicas era alta; estábamos en una zona montañosa donde muchas personas padecían de asma, y el único tratamiento que recibían, debido a sus bajos recursos, era el salbutamol durante la crisis de asma y el esteroide. Aquí, en Cuba los niños tienen un tratamiento profiláctico; allá se indicaba el tratamiento de la crisis y punto. Eso nos chocaba, era fuerte el contraste”.

¿Qué pasaje de salvación le resulta más gratificante recordar?

“El de una niña con una dermatitis atópica difícil, difícil de tratar. Procedía de una familia con muy bajos recursos y vivía en una aldea intrincada del municipio de Las Vegas; hasta allí íbamos periódicamente a valorarla. Nos costó mucho trabajo su curación, incluso, cuando veníamos de vacaciones a Cuba llevábamos de aquí una crema hidratante que le fue muy efectiva.

“Su familia y ella no sabían cómo agradecernos. Cuando la brigada médica estaba casi al regresar, la pequeña me regaló un osito de peluche, que conservo aún”.

Sentada ahora en su consulta habitual, la bata blanquísima sobre su vestido azul, la mano suave, la voz serena; Iraida, la reconocida alergista espirituana se aferra a la práctica de la medicina del cariño, que también cura y mucho.

Arelys García y Yosdany Morejón

Texto de Arelys García y Yosdany Morejón
Máster en Ciencias de la Comunicación. Reportera de Radio Sancti Spíritus. Especializada en temas sociales.

4 comentarios

  1. «Honor a quien Honor merece»Muchísimas felicidades a la profe Iraida, excelente profesional, que día a día nos regala sus conocimientos, gracias a ella innumerables niños han podido combatir la alergia. Mis saludos para ella y el profe Chang.

  2. Vidal Fleites García

    Excelente Profesional y una persona extraordinaria tengo el honor de contar con la amistad de esa bella familia y tanto la Doctora Iraida como su esposo el Doctor Chang son excelentes médicos.

  3. Felicitaciones a la Dra Iraida, a quien no conozco personalmente, por dedicarse a esta noble, sacrificada y bella profesión.

    • Muchas felicidades a la Dra Iraida, super agradecida estoy con ella primero como mi Médico de Familia y luego como alergista de mi niño, un ejemplo de consagración hacia su profesión, merecido reconocimiento hacia usted.

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