Después de casi nueve meses de fallecida la reina Isabel II, el monarca británico Carlos III fue finalmente coronado este 6 de mayo en una ceremonia religiosa en la capitalina Abadía de Westminster, con la asistencia de 2 200 invitados.
El arzobispo de Conterbury, líder espiritual de la iglesia Anglicana, colocó la pesada corona de 2,08 kilogramos y de 360 años de antigüedad sobre la cabeza de Carlos III en un procedimiento que supone la unidad de la monarquía, la Iglesia y el Estado en Reino Unido.
Como en ocasiones anteriores desde el inicio de este procedimiento en 1066, el monarca estaba sentado en un trono del siglo XIV para la coronación, al termino de la cual se dispararon salvas de artillería en la Torre de Londres, donde será guardada nuevamente la corona real.
La ceremonia de la monarquía, cuya tradición inició en su momento el rey Guillermo el Conquistador, constituye una presentación internacional al nivel diplomático de estimada trascendencia para Londres, comenta aquí la televisión en esta urbe.
En Londres se encuentran representantes de 203 países, incluidas varias monarquías europeas.
Aunque sin llegar a la fastuosidad demostrada por la coronación en 1953 de la reina Isabel II, quien falleció en septiembre de 2022, a los 96 años de edad, la coronación constituye un espectáculo atractivo, donde participan unos 100 jefes de Estado, constató la prensa.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, ordenó el empleo de unos 20 mil policías y agentes de seguridad para garantizar la tranquilidad, incluidos 11 mil directamente involucrados en la custodia de la coronación, señaló el diario The Guardian.
Sunak enfrenta desde hace varias semanas jornadas de huelgas de varios sectores del servicio público, incluido el ferroviario y el de salud, en demanda de subida de salarios, ante el alza de los energéticos y el deterioro de las condiciones de vida de miles de británicos.
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