A las siete de la noche de este domingo, el mundo puede paralizarse. A esa hora Cuba, por intermedio de su equipo de béisbol, comenzará la toma de Miami, en el campo de batalla del Loan Depot Park de Miami, Florida.
En lo que es para muchos una semifinal soñada, Cuba y Estados Unidos rivalizarán en la primera semifinal del Quinto Clásico Mundial de Béisbol y eso ya es suficiente para añadirle dramatismo y suspense a lo que será más que un partido de béisbol.
Como en los tiempos de antaño, cuando novenas de ambos de países se medían siempre con un “valor añadido”, los entuertos de la clasificación pusieron frente a frente a los protagonistas de un drama “beisbolero”.
No son, claro, aquellos años románticos en que Cuba casi siempre se llevó el mejor pastel en los torneos de primer nivel del mundo amateur. El tiempo, inclemente, pasó. No la rivalidad. Por eso los termómetros de la emoción, instalados desde hace rato, se romperán en cada palmo del estadio miamense que acogerá por primera vez un duelo entre ambas novenas en la historia de los cinco Clásicos.
Se sabe que los nuestros no van de favoritos, ante la meca del béisbol mundial y cuna de la MLB que arropa a los mejores peloteros del universo, incluidos cubanos. Estados Unidos es, además, el actual campeón del Clásico. Luego de descender estrepitosamente de la élite mundial en las últimas dos décadas y ceder en el ranking planetario, Cuba llega para intentar hacer historia y llegar otra vez a la final como en el 2006.
A la semifinal llegaron por caminos similares. Como se ha dicho hasta el cansancio, los nuestros se crecieron en un torneo en el que comenzaron perdiendo dos veces. Pero enderezaron su accionar para terminar primeros de su grupo cuando sacaron la mejor parte a un empate quíntuple en el grupo A y luego llevarse en un duro duelo a Australia.
Estados Unidos, archi favorito pre-competencia tuvo que sudar para clasificar en su grupo, donde incluso fue segundo. Hace unas horas, en cuartos de final, debió voltear un partido el que iban debajo en las postrimerías ante una Venezuela bien plantada y que cayó 9-7.
Lo hicieron a fuerza de jonrones porque su pitcheo sufrió. Hombre a hombre, todos con marca MLB, los norteamericanos son superiores y curtidos en el fragor de la competencia de altura que le impone su circuito, aún cuando en este evento no han sido el elenco arrollador que esperaban muchos por la jerarquía de su nómina.
Pero los cubanos no son tampoco un manjar servido. Hasta semifinales llegaron a fuerza de saber imponerse en el partido crucial y de hacer las carreras justas, con una alineación que al parecer se engrasó en el fragor de la competencia, ayudada también por un pitcheo que en términos generales es de lujo con hombres que sobrepasan con holgura las 96-97 millas. Para algunos llevan desventaja también por el kilometraje recorrido desde Asia y los rigores de la adaptación y hasta por el reposo que frena el ímpetu del juego caliente en el que estuvieron inmersos por tierras lejanas.
Pero esto último favorece a su vez los brazos de sus lanzadores, todos listos para la batalla, a diferencia de sus rivales que debió usar la mitad de su staff ante los venezolanos que parecían tener para más. Hace rato la selección nacional anunció a Roenis Elías para la apertura, por los locales lanzará Adam Wainwright .
La localía es casi relativa. La numerosa presencia de cubanos en Estados Unidos, mucho más en la ciudad que alberga la mayor cantidad de emigrados de la isla, pone en apuros la balanza de las preferencias
El de hoy será un encuentro en el que las estadísticas ya no cuentan y del que sobrevivirá aquel con las mejores armas para soportar la presión de un juego que vale la final.
Porque eso sí habrá por montones, para los dos, en el parque beisbolero de Miami. Y tensión también, mucha tensión. En lo simbólico, todos saben que no es solo pelota lo que se jugará a partir de la siete de la noche. Un manojo de sentimientos encontrados estará en el terreno y el graderío. También estará esparcida en todos los rincones del planeta donde habite un cubano. Mucho más a millas de distancia acá en la isla donde el equipo Cuba ha revuelto, para bien, al país y lo ha hecho vibrar por estos días al compás del béisbol.
Parques y plazas, peñas y hogares, estadios y terrenos, calles y vericuetos, altares y redes palpitarán asidos a la esperanza. Todos destilarán beisbol junto al etiquetado #TeamAsere, a la espera de que salga triunfante de la toma de Miami y pueda volver a la final frente a quien salga con vida del duelo semifinal Japón y México, inédito en estas lides y en el que los aztecas, corren la misma suerte de los nuestros en eso del favoritismo.
Para muchos ya Cuba cumplió después que enderezó el camino en este Clásico y llegó hasta aquí dejando plantado a la mayoría de los pronósticos y, a sus espaldas, a potencias como República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Corea del Sur. No para los protagonistas.
Será un partido de nervios de punta y corazones estrujados. Si la pasión y el amor logran “embasarse” en el Loan Depot Park, para “ponchar” al odio y la desidia de quienes han querido torpedear la presencia de los cubanos allí, entonces el partido de esta noche puede ser una oda a la esencia del deporte, mucho más del béisbol que ha vuelto a hermanar hombres más allá de fronteras geográficas e ideológicas.
Cuba va a la toma de Miami y puede tocar el cielo. Yo le voy a los míos. ¿Y tú?
Ni en sueños van a tomar Miami
El llamado Clásico no es un medidor de nada, Elsa. Hombre por hombre, Estados Unidos es mejor equipo que ninguno. Y después, Japón. Es cierto que en la mentalidad caribeña hay un complejo de “nación” que los estadounidenses no tienen, como Cuba y otros. Esto es un “campeonato’ que no tiene la calidad de Serie Mundial. Como mismo Estados Unidos no armó un equipo de estrellas, tampoco Cuba lo armó, porque no tiene a José Abreu, por ejemplo. Esto no mide nada. No es como la FIFA. A lo mejor un día Cuba arma su equipo mejor, sin rencores, sin política, como ahora. Yo ahora mismo apuesto todo por Randy Arozarena, cubano con nacionalidad mexicana, y que ha sido una verdadera explosión en todos los sentidos. Cuba es un concepto que va más allá del siempre territorio. Cuba es la extrañeza, el deseo de mejorar, el poder superar el noticiero y la propia prensa esa que tú padeces, por ser simple y arbitraria, como bien conoces. Salud!
USA es un equipo demasiado superior al de Cuba,mis Pronosticos Usa gana por paliza a Cuba.