En un dramático y excelente partido, Cuba se llevó el triunfo 4-3 vs. Australia y pasó la tensa prueba de los cuartos de final para convertirse en el primer elenco en clasificar a la semifinal del Quinto Clásico Mundial de Béisbol.
De punta a punta fue este un encuentro tenso con los nervios de guardia en el Tokio Dome y en los millones de almas que, alineadas por el favoritismo de cada quien, abogaban por el triunfo de su elenco. Los nuestros llegaban con la ligera ventaja tras quitarse a Japón en el cruce y una mejor alineación, incluido el pitcheo.
Los australianos tenían a su favor un bateo endemoniado que fabricó más cuadrangulares que ningún otro en la primera ronda y la ilusión de ganarle por primera vez a Cuba en este tipo de evento, tras las dos derrotas en anteriores versiones.
Luego de nueve entradas de presión por arrobas, papel y terreno terminaron en sintonía y la selección de Armando Johnson defendió con las uñas, los dientes y el corazón la ventaja conseguida en el quinto acto para alzarse con una victoria convincente.
Un bateo no tan amplio como oportuno respaldó al pitcheo que, si bien no tuvo buen control (siete boletos), hay que subrayar que supo sacar el out necesario a la hora buena. Eso y anular a su cuarto bate cada vez que vino con hombres en base resultaron claves en el juego.
Como mismo ha sucedido en un torneo que ha tenido que venir de menos a más, Cuba debió salir de abajo luego de que Australia anotara la primera carrera en el segundo episodio ante el descontrolado Yariel Rodríguez como abridor. Pero ya en el tercero los nuestros empataron por roletazo de Luis Robert, con dos hombres en circulación (Roel Santos por boleto y Yoan Moncada por doblete).
Con amagos, amenazas y hombres en base, la tensión subía los grados en el japonés Tokio Dome. El descontrol hizo saltar del box a Yariel en el cuarto, pero Luis Miguel Romero, a la postre ganador, impidió que los dos rivales en base anotaran en un acto donde se lució el fildeo de Roel Santos en un batazo contra las cercas.
El quinto fue esta vez el inning de la suerte para los nuestros, cuando aprovecharon al límite las brechas del pitcheo australiano. Roel, inmenso como primer bate en este evento, dio hit, Moncada recibió boleto y Robert dead ball. Con los ángulos cogestionados, el cuarto madero, Alfredo Despaigne, desempató la pizarra con fly de sacrificio.
De impulsar las definitivas se encargó Yoelkis Guibert, un hombre que a fuerza de batazos se ganó la titularidad. Su hit de oro trajo dos, luego de que Erisbel Arruebarruena, otro que ha bateado cuanto ha querido, conectara hit para llenar las bases.
Con ventaja de 4-1, Australia se metió en el juego en el principio del sexto, cuando conectó cuadrangular con uno a bordo ante los envíos de Roenis Elías y pegó el partido 4-3.
Llegó el momento de pulsar nervios, más aún. Elías consiguió terminar la entrada y dominar con amplitud el séptimo para dejar el drama listo para el cierre.
Solo que contar con dos cerradores de lujo como Liván Moinelo y Raidel Martínez, henchidos también por la buena vibra donde se han cansado de jugar como contratos de la liga japonesa, le dio a Cuba garantía de éxito ante un Australia que luchó, sacó cuando lanzador tenía, pero cayó ante un elenco que lució inmenso.
Cuando Martínez ponchó al último hombre se concretaba no solo su juego salvado, sino una parte del sueño cubano y millones de almas entre Cuba, Japón y el mundo estallaron de emoción y desataron sus gargantas.
De que las tensiones bajaron fueron muestra las lágrimas de Johnson, también del sentir de un equipo que levantó como uno solo la bandera cubana, que ha unido a diferentes maneras de jugar por un mismo objetivo.
Diecisiete años después, la Mayor de las Antillas vuelve a estar entre los cuatro grandes de los Clásicos. La plata de entonces ante Japón es un aliciente y también un desafío.
Mientras, esperamos por el rival que saldrá de las definiciones de los grupos C y D. Lo que es un hecho disfrutable es que el domingo estaremos en Miami con la esperanza de seguir y hacer la hombrada.
Felicidades a todos ellos me alegra mucho .
increíble………!!!! y aunque yo no los conozco, ni existe manera alguna de identificarlos, yo quiero felicitar a todas las personas que, aunque no fueron muchos, en la encuesta que mantuvo el periódico Escambray, votaron porque el equipo Cuba sí llegaría a la fase de semifinal e incluso, no quiero ni opinar sobre algunos pocos que también votaron porque nuestro equipo si llegaría a la final y yo, sinceramente, alucino ante semejantes vaticinios y creo que hay que saber reconocer cuando uno se equivoca, no obstante, si quiero dejar claro que todos los señalamientos críticos y las recomendaciones que he echo para lograr mejorar el nivel del beisbol en Cuba, que es nuestro principal pasatiempo nacional, los mantengo y los sostengo porque razones sobran para ello e incluso, muchas de ellas han sido muy bien enfocadas en artículos brillantes escritos por la compañera Elsa y también, por muchos de mis paisanos que, con diferentes enfoques, lo plantean pero que en esencia coinciden en que hay que revolucionar el movimiento deportivo en nuestro querido país y especialmente en el beisbol y termino expresando que: La composición de jugadores alcanzada en este evento, las estrategias utilizadas y las tácticas empleadas por nuestro equipo en el actual clásico, de alguna manera han confirmado la razón de muchos de los señalamientos críticos a los que nos hemos referidos en comentarios que se nos han publicados con anterioridad.
Y ahora como se organiza el cruce en la semifinales?
¿Hasta donde seríamos capaces de llegar con un equipo con muchos mas de jugadores que lo hacen en otras ligas? Bien por la FCB y aquellos jugadores que supieron aguantar la presión y romper el hielo.