La inspección laboral ha constituido, desde épocas ancestrales, un medio eficaz para detectar violaciones de los derechos laborales, un asunto al que muchos obvian tomarle la temperatura y que casi siempre se debate en un duelo entre legalidad y anarquía, entre la norma y la sinrazón.
Porque no solo son los precios los que se violan en un país donde todo está legislado; también los derechos de los trabajadores, algo que hay que llevar a punta de lápiz si se quiere fortalecer el valor del trabajo, entregarles un universo laboral y de Seguridad Social respetable y respetado; que haga valer sus principios y legislaciones día a día en aras de cerrar el paso a voluntarismos, ilegalidades y arbitrariedades.
De eso, precisamente, se ocupa la Filial Provincial de la Oficina Nacional de Inspección del Trabajo (ONIT), la cual, según estipula el artículo 88 de la Ley Orgánica del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), tiene la facultad y la disposición legal de tutelar el cumplimiento de la legislación laboral para contribuir al mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores, procurando que las relaciones laborales se desarrollen en un marco de trabajo decente, tal cual ha sido impulsado por la Organización Internacional del Trabajo.
No es un secreto que todas las dificultades económicas y desarticulaciones que sobrevinieron con la pandemia erosionaron la disciplina y el cumplimiento de las normativas y los asuntos más reiterativos se remiten a violaciones en materia laboral, específicamente en la incorporación al empleo y las contrataciones, pagos indebidos, no adecuado registro del tiempo de servicio de los trabajadores, el mal llenado de las tarjetas de tiempo de salario —que repercute en la jubilación— y transgresiones en las normas de seguridad y protección del trabajo, entre otras.
“Se trata —asegura Graciela Bosch Mainegra, directora de la filial espirituana de la ONIT— de proteger al hombre y salvaguardar sus derechos porque también resultan recurrentes las irregularidades con el pago de utilidades; una de las grandes deficiencias en ese sentido es que no responden al principio de que el que más aporta es el que más gana, sino que lo hacen por escala salarial, es decir, siempre va a ganar más el directivo”.
Cuando de inspecciones se trata, muchos consideran que la ONIT —que dicho sea de paso tiene un reducido grupo de inspectores, pero con un amplio aval de hasta 30 años de experiencia— pasa, detecta violaciones, las remueve, pero al final de la historia todo sigue igual para el trabajador.
Los números que registró la provincia el pasado año dicen lo contrario, porque en el período de enero a diciembre se ejecutaron en Sancti Spíritus un total de 70 inspecciones, fundamentalmente a entidades de la Agricultura, del MTSS, la Construcción y la Industria Alimentaria, junto a cuatro investigaciones de accidentes y reinspecciones de accidentes mortales y 18 integrales a entidades calificadas de Regular y Mal.
Se detectaron en total 480 violaciones, en su mayoría concentradas en salarios (108), en empleo, régimen de trabajo y descanso, en materia de seguridad y salud en el trabajo, Seguridad Social y protección a la madre trabajadora, además de entidades laborales que mostraron escasa instrucción y preparación en materia de seguridad y salud del trabajo, tanto en trabajadores como en directivos.
Figuran, igualmente la falta de orden, higiene y limpieza en centros laborales, infracciones técnicas en el uso de equipos e instalaciones, y el deterioro constructivo de los locales. Pero hay numeritos que duelen y muchas de esas trasgresiones fueron caldo de cultivo para la ocurrencia, el pasado año, de cuatro accidentes mortales que involucraron a la Agricultura, Salud y Pescaspir.
¿Qué sucede después de la inspección? Se preguntan muchos. Según Yamil Castro Rodríguez, jefa del Departamento de Inspección de la ONIT, se dispusieron 190 obligaciones de hacer. Al tiempo que se dejan medidas que se deben cumplir para erradicar las violaciones, con un plazo de cumplimiento, incluidas medidas administrativas y disciplinarias y, en los casos de presuntos actos delictivos, se informa a la fiscalía competente y se solicita el inicio de procesamiento penal.
En pleno siglo XXI, la inspección del trabajo está sujeta a diversos retos en tanto el mundo laboral es cambiante, diverso e imprevisible, marcado por nuevos riesgos para la salud, el uso de las nuevas tecnologías, el envejecimiento poblacional, las tasas elevadas de empleo de mujeres y de desempleo de jóvenes, las migraciones calificadas y las nuevas formas de organización del trabajo, lo que conlleva a modificar su concepción clásica para llevar a cabo su cometido y ajustarse a las nuevas realidades que se han ido revelando.
También se impone revisar la legislación vigente sobre seguridad y salud que actualmente no contempla sanciones contundentes ante violaciones graves para que, por el bien del hombre, se dejen atrás deficiencias e insuficiencias de inspectores y empleadores, como la mejor garantía para proteger a quienes por derecho propio constituyen los hacedores de la sociedad.
Para lograr un cuidado integral del salario sugiero que la ONIT agudice su vista escudriñadora y no deje pasar por alto situaciones tan reiteradas de año en año, como las siguientes:
Más allá de saetas arrojadas por Eros y Cupido, y las pasiones amorosas desencadenadas, como las de los amantes de Teruel, o las de Romeo y Julieta, en el clásico shakesperiano, o de frailes pronunciando el magno sacramento del matrimonio canónico en la noche medieval, el Día de los Enamorados, con su favorable desbordamiento conceptual y acentuada distinción en nuestros medios de difusión, no califica, ni siquiera, como día de conmemoración oficial en el Código de Trabajo; sin embargo, deviene en día festivo, toda vez que muchas entidades concluyen sus actividades laborales antes de la hora oficial de cierre, ¡pero pagan el salario completo del día!
El próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, goza de tutela legal conferida por el artículo 98, inciso c) del Código de Trabajo, status que lo dignifica como día de conmemoración oficial, pero, juiciosamente advertido por el mismo precepto, en su última oración, en la fecha no recesan las actividades laborales.
Esto en la letra, pero no pocas entidades estatales lo celebran como festivo, y sus féminas, gracias a la comunión anímica de administración y sindicato, además de las flores obsequiadas en la ocasión, son dispensadas de concluir las faenas de trabajo del día, pero, ¡con salario completo! ¿Se celebra así en este órgano de prensa y en el de Inspección? Casi seguro.
Singularísimo día es el que no registra el calendario oficial pero que irrumpe en cualquiera de los 365 naturales del año: el del cumpleaños de los trabajadores.
Como efecto dominó, aquí, allá y acullá, el advenimiento al mundo exterior, el lejano y doloroso alumbramiento, es conmemorado por el signado.
Ese bendito día, las horas hábiles para los celebrantes se esfuman, o acortan, según el caso, y abandonan, bajo sentidas felicitaciones y enhorabuenas de directivos y compañeros de trabajo, los deberes ocupacionales, ¡sin descuento salarial alguno!
Lo lamentable es que dichas conductas, además de resquebrajar la precaria disciplina social de la población y dentro de ella, la de los trabajadores, erosionan, por añadidura, el presupuesto estatal y menoscaban la legalidad socialista.
¡Cuidemos integralmente el salario!
¿Se acabarán tan nocivas concesiones administrativas? Lo dudo: son prohijadas por las propias autoridades gubernamentales.
¿Siendo TCP que pasos debo seguir con una Empresa Estatal de Sancti Spíritus que se niega a pagarme un trabajo realizado hace ya más de un mes?
Toma el contrato que hiciste con ellos, también las evidencias de que hiciste el trabajo, nombra un abogado y demándalos ante un tribunal. Eso es todo, pero mira bien que hayas cumplido con el contrato.