Pudiera decirse que, en materia de béisbol, David Pérez Castillo es un experto en niños. En sus cerca de 15 años como entrenador, siempre ha tenido que lidiar con peloteros de las llamadas categorías inferiores desde los nueve años hasta los juveniles.
Quienes le conocen aseveran que es un trabajador incansable y un formador de equipos en esas edades difíciles. Por ello tal vez la vida lo ha compensado y su más reciente reconocimiento como mejor entrenador de deportes colectivos en los pasados Juegos Escolares Nacionales, lo demuestra.
Para lograr tal aval su equipo Sub-15 y, de paso, su deporte, fue el único que logró el primer lugar por la delegación espirituana en esa cita.
“Creo que la clave está en la unión y no solo de ahora, pues muchos de ellos vienen juntos desde más pequeños y, aunque no habían asistido a competencias, sí varios han compartido en las mismas preselecciones, así han desarrollado el colectivismo. Ahora en el campeonato tratamos de sacarle a cada cual el mejor de sus momentos y también hay que resaltar la combatividad hasta de los que estuvieron en el banco.
“Fue un torneo parejo, tres equipos terminaron en el primer lugar con balance de cuatro victorias y dos derrotas y se aplicó la fórmula del TQB. Todos aportaron su granito de arena y lo mejor que se comportó fue el pitcheo. Al producirse ese triple empate, mucho tuvo que ver el hecho de que fuimos los que menos carreras recibimos. Hay que resaltar a Alejandro García Echemendía, a quienes todos conocen por Bolita, quien como lanzador permitió una sola carrera en 14 entradas, ganó dos juegos y fue el MVP del campeonato, además de que se destacó por su bateo oportuno como cuarto bate y por su defensa.
Otros lanzadores como Renier Bravo, que en el rol de relevo largo ganó dos juegos, y Jesús López, que caminó los partidos, aportaron mucho, mientras en la defensa sobresalió el capitán David Sánchez.
Asimismo, hicieron un buen papel los jugadores de cuadro Diego González, a pesar de presentar problemas en los ojos y fiebre, y Jonathan Delgado; en tanto, en los jardines se destacaron Frederich Cepeda Jr., quien fue muy oportuno al bate, y Dunior Iznaga, muy rápido en las bases y certero en los tiros”.
Pero un triunfo no se construye en un campeonato. Antes sumaron horas bajo el sol, no siempre con las mejores condiciones ni con todos los recursos para el entrenamiento, algo que, como en casi todos los deportes, se suple con sistematicidad.
“Todo está en el día a día, el trabajo sistemático, la proyección que tiene la dirección, que todos esten enfocados en un resultado, incluida la labor con aquellos que presentan dificultades, inculcarles que ellos se crean que pueden lograr un título, incluso para este torneo tuvimos una larga y angustiosa preparación porque no se sabía cuándo sería la final, pero logramos entrenar y topar”.
En David pesan los siete años en los que se desempeñó como receptor en el equipo de los Gallos en Series Nacionales. También sus años como softbolista. Como timonel de niños, atesora una rica trayectoria. Además de esta medalla de oro reciente, logró ganar el título y una medalla de plata en el juvenil, idéntico resultado que en la categoría 9-10 años, además de un bronce en el Sub-15.
“Siempre fui muy observador, tuve varios directores, entrenadores de equipo, y todo el mundo usa un estilo diferente, pero traté de buscar lo mejor de cada uno, traté de pensar como atleta y en cómo me sentiría con la forma en que concibo la dirección.
“Empezamos en el municipio de Sancti Spíritus con la categoría 9-10 años, que fue la que más me marcó, la que más me ha gustado porque son los primeros pasos de un atleta y prestan mucha atención, van con muchas ganas de aprender y uno ve cómo avanzan, pero, según pasa el tiempo, ellos mismos se dan cuenta de su avance y no prestan la misma atención, comienzan a creerse cosas y es más difícil, por eso hemos tenido que ser un poco psicólogos, sin serlo.
“Siempre hemos estado en los primeros lugares, porque algo que nos ayuda es el hecho de que trabajamos en rotación, es decir, con las categorías Sub-15 y Sub-18 antes eran dos años y ahora son tres. Por ejemplo, me queda este último con el Sub-15 y el próximo paso para la categoría superior y así rescato a algunos de los peloteros que ya estuvieron conmigo.
Para este año tuvimos un buen apoyo por parte de la Comisión en medio de las conocidas dificultades del país, trabajamos con lo que tenemos y enfocados en un resultado. Tengo que mencionar a los padres, quienes además de ser como ese décimo jugador, por ellos es posible todo, desde la sobrealimentación que garantizan, a pesar de las limitaciones, hasta la compra de implementos, trajes…”.
Timonear y entenderse con los niños le ha sumado canas, tensiones, pero también alegría y recompensa. “Estamos arriba de ellos en la disciplina, no el acoso, pero sí el control de cómo estar siempre pendiente de lo que hacen; vamos a las aulas, al albergue, cuando uno se enferma, si hay que ir a la casa, vamos.
“Ellos me han proporcionado grandes alegrías, he participado en las direcciones de equipos en diferentes eventos internacionales —tres en el Sub-15 y uno en el juvenil—, hemos tenido la posibilidad de conocer más los atletas e incorporar conocimientos al trabajo, pero esta distinción como mejor entrenador no me la esperaba, estamos contentos porque no es un resultado solo mío, es de los entrenadores y de los atletas”.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.