Nació en Santiago de Cuba, pero el amor la trajo a Trinidad. Inquieta siempre, Rosa Aneya Limonta Laporte contagia entusiasmo entre sus compañeros de la Casa de Cultura Julio Cueva Díaz de esta ciudad colonial.
Con su sonrisa radiante y una preocupación genuina por el bienestar de sus compañeros, se ha adentrado en el conocimiento de la historia y las tradiciones locales.
Su experiencia como metodóloga provincial de Casas de Cultura en la urbe oriental y su entrega la han convertido en una directora excepcional, cuya actitud positiva y capacidad para mantener un ambiente de trabajo armonioso favorecen la colaboración, el crecimiento dentro del colectivo y el éxito de esta emblemática institución.
Con motivo de conocer logros y desafíos que ha enfrentado a lo largo de su carrera y cuáles son sus planes para cosechar nuevos éxitos, Escambray se acerca a la vida de esta joven que se le ilumina la mirada cuando habla de sus pasiones.
¿Cómo valoras las relaciones de trabajo entre la Casa de la Cultura y el resto de las instituciones de la ciudad?
La relación entre la Casa de Cultura y otras instituciones es muy favorable, es manera efectiva de llevar el trabajo entre los diferentes organismos pues al final del día todos somos cultura y el trabajo se engrandece con la relación con otras organizaciones. De hecho, la Casa de Cultura lo tiene muy presente y bien definido con el resto de las instituciones.
¿Cómo son las relaciones con el movimiento de artistas aficionados?
Bueno, imagínate que esa es nuestra razón de ser. Es el fortalecimiento del trabajo con el movimiento de artistas aficionados, lo que permite a la Casa de Cultura tener la calidad que actualmente posee en sus resultados. Tienen un alto protagonismo en las actividades realizadas dentro de la Casa de Cultura, pues llevan un 90 por ciento de toda la programación cultural aquí en el municipio. Sus presentaciones, sus resultados en los eventos y la impartición de talleres en las diferentes manifestaciones convierten este local en lo que es hoy.
¿Cómo se inserta la institución al programa de actividades este verano?
Iniciamos el verano con el Movimiento de Artistas Aficionados en la playa Ancón. Allí desarrollamos un maravilloso espectáculo. También organizamos los talleres de verano que se hacen aquí y fuera de la institución también.
Las casas de cultura subordinadas a la nuestra cuentan, asimismo, con un amplio programa durante toda la etapa estival, tenemos dos ubicadas en el Plan Turquino, que también están inmersas en el desarrollo de las actividades para el verano.
Por mencionar algunas, contamos con Teatrarte, que es una actividad que se hace para niños. A son abierto, se realiza en la comunidad para todo aquel que quiera unirse. Punto de giro se enfoca hacia los adolescentes y jóvenes del sector teatral.
Vamos a estar interactuando también con los promotores culturales que pertenecen a nuestra institución. Habrá un fuerte movimiento en las comunidades con los promotores culturales y las actividades que tienen programadas para estos meses, también van a estar inmersos en las rondas infantiles con sede en los parques infantiles Arcoíris y el de La Popa.
¿Cuánto aporta el trabajo con los niños?
Siempre son muy positivas. Ellos agradecen lo que se les lleva, participan en las actividades con alegría y siempre nos regalan una sonrisa. Los niños son nuestra razón de ser. Sin ellos nuestro trabajo no sería el mismo.
¿Qué papel le atribuyes a la cultura en la construcción de la identidad nacional?
Importantísimo. Si no lleváramos la identidad como debe ser no tendríamos raíces. La cultura juega un papel importante en preservar, en mantener, en difundir todo el proceso de identidad, es parte de quienes somos y quienes queramos ser algún día.
¿Cuál es tu opinión sobre la relación cultura y turismo aquí en Trinidad?
Desde mi experiencia he podido observar un crecimiento de la relación entre cultura y turismo. Es importante trabajar de conjunto con otras instituciones y lograr que los espectáculos y otras propuestas conserven sus raíces. El turismo no puede verse como una amenaza, pero hay que evitar que se mercantilice nuestra cultura.
La institución constituye un pilar importante en la formación y educación artística en nuestra ciudad.
Nosotros aquí llevamos a cabo recientemente un proceso para la formación de instructores de arte, las carreras musicales y danzarias donde la Casa de Cultura jugó un papel importantísimo pues nos corresponde asesorar técnica y metodológicamente a todo aquel que opte por esas carreras.
El asesoramiento, la impartición de los procesos de formación cultural y de conocimientos vinculados al arte nos toca “por la libreta”. Hacemos todo lo posible para que ellos, una vez que se puedan presentar a los exámenes, puedan ir mejor preparados. En esta última convocatoria varios estudiantes lograron aprobar en las especialidades de artes plásticas, música y danza. Son resultados que nos llenan de orgullo.
¿Logros que te satisfacen?
Bueno, ¿qué te puedo decir? El mayor regocijo que tengo es que desde que comencé como directora, en el año 2015, he llevado mi trabajo lo mejor posible, con todo el rigor que se me ha exigido, y eso se lo debo al colectivo.
Desde que asumí la dirección de la Casa de Cultura —porque ya desde el 2012 trabajaba como jefa del taller de la especialidad de Danza—, me dediqué entonces a fortalecer todos los procesos y mantener los resultados.
Llevo tres años consecutivos reconocida como mejor cuadro a nivel provincial. Desde el año 2020 estamos en el primer lugar en la provincia y eso se lo debo al Movimiento de Artistas Aficionados, a los profesores, instructores de arte, a mis metodólogos, a mi subdirectora técnica, a todo el personal que labora aquí porque me han ayudado a hacer de esta institución un lugar mejor.
Su esposo trabaja con usted, ¿cómo se comporta la relación vida personal y profesional?
Tenemos nuestras discrepancias porque cada personalidad es distinta, pero el respeto siempre está presente, además, tanto Carlos como yo sabemos delimitar los espacios del trabajo y la familia. No es la primera vez, estuvimos en Venezuela juntos, allí resulté ser la jefa de la especialidad. Siempre nuestra relación ha funcionado tanto fuera del entorno laboral como dentro del mismo. Él es mi mano derecha en cada paso que decido dar, pues es una persona con mucha experiencia, fue director del Ballet Folclórico y un gran conocedor de nuestras tradiciones. Ha sido siempre un gran apoyo, no soy de origen trinitario, por lo que he tenido que estudiar y escucharlo a él para avanzar.
Estudiante de periodismo*
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