Al intervenir durante la Vigésimo-Octava Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, el Presidente cubano dedicó sus primeras palabras a un símbolo de la unidad de los pueblos de Cuba y República Dominicana, cuando expresó que “sobre la Cumbre de esa unión cabalga el Generalísimo Máximo Gómez Báez, nacido en estas tierras, quien llegó a ser un hombre excepcional jefe de las fuerzas mambisas en las luchas por nuestra independencia, razón por la que en Cuba le rendimos permanente y sentido homenaje”.
En la sede la Cumbre, el Centro de Convenciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de República Dominicana la sesión plenaria comenzó con las palabras del Presidente del país anfitrión, Luis Abinader quien agradeció la participación de los dignatarios presentes.
El líder cubano recordó que “fue el 25 de marzo de 1895, hace exactamente 128 años, cuando nuestro Héroe Nacional José Martí, y Máximo Gómez, General en Jefe del Ejército Libertador, firmaron lo que se conoce como el Manifiesto de Montecristi”, donde se expresaba que “los cubanos empezamos la guerra, y los cubanos y los españoles la terminaremos. No nos maltraten y no se les maltratará. Respeten y se les respetará. Al acero responda el acero, y la amistad a la amistad. En el pecho antillano no hay odio”.
“A pesar del tiempo transcurrido, el Manifiesto de Montecristi continúa siendo un referente histórico en nuestra permanente lucha por preservar la independencia y soberanía conquistadas”.
Díaz-Canel consideró la cita de Santo Domingo como una oportunidad para traducir en acciones concretas la aspiración de avanzar hacia una región más justa, solidaria y sostenible que pasa indiscutiblemente, por cambiar el actual orden internacional injusto, irracional y excluyente.
Urge una reestructuración profunda e integral de la arquitectura financiera internacional, controlada por unas pocas instituciones que lucran con las reservas del Sur y aplican recetas coyunturales para reproducir su esquema de colonialismo moderno.
Debe solucionarse, de una vez, el problema de la deuda externa, varias veces pagada pero que se multiplica, perpetuando el saqueo financiero y la dependencia económica de los países en desarrollo.
El Presidente denunció los efectos del Cambio Climático y las consecuencias de un mundo post pandémico más divido, injusto y desigual, que genera una crisis multidimensional. que afecta a todos, en particular a los países en desarrollo.
“Tan solo en 2021, 828 millones de personas padecieron de hambre, 46 millones de más que en 2020 y 150 millones más que en 2019. Según estimaciones del Banco Mundial, entre 75 y 95 millones de personas más pasarían a vivir en la pobreza extrema al finalizar el 2022”.
Y preguntó ¿Cuánto más podría lograrse si al menos una parte de los casi dos millones de millones de dólares que hoy se dilapidan en armas, se destinaran a financiar el desarrollo?
¿Cuánto podrían reducirse las inequidades, la inseguridad alimentaria, el desempleo, el analfabetismo y la pobreza, si se respaldara la Agenda 2030 con acciones concretas en materia de acceso a mercados, financiamiento en condiciones justas y preferenciales, creación de capacidades y transferencia de tecnologías?
Durante su discurso, el Jefe de Estado se refirió al papel de Cuba y a su compromiso durante el ejercicio de la Presidencia del Grupo de los 77 más China. “Cuba ha asumido con total compromiso la Presidencia del Grupo de los 77 + China. Desempeñamos esa alta responsabilidad con la convicción de que la solidaridad y la cooperación deben prevalecer al servicio del desarrollo. La Conferencia Iberoamericana, a través del fomento de la cooperación inclusiva, puede y debe contribuir a alcanzar ese objetivo compartido”.
El Presidente reiteró la denuncia a las acciones desestabilizadoras del gobierno de los Estados Unidos contra nuestro país dirigidas a destruir a la Revolución cubana, entre ellas mencionó el recrudecido bloqueo que se incrementó en una dimensión extrema y el daño humano que ocasiona esa política, resulta imposible de cuantificar, es enorme y cruel.
Si faltaba una prueba de hasta dónde ha escalado el odio como política para destruir a la Revolución cubana, el mundo pudo verlo desatarse sin frenos en un escenario tan noble y amistoso como debe ser un terreno deportivo. Se trató de un espectáculo vergonzoso, solo posible por la incitación activa y la complicidad de las autoridades políticas de la ciudad de Miami.
Solo por representar a Cuba y porque se jugaba en un estadio de esa ciudad, nuestros peloteros y algunos de sus familiares fueron acosados y hostilizados sin ninguna consideración, en la semifinal del Clásico de Béisbol.
El Jefe de Estado calificó como un insulto a la verdad y una ofensa a nuestro país, la inclusión unilateral del Departamento de Estado en la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo “mi país, que está entre las mayores víctimas del terrorismo en el hemisferio occidental, se mantiene la injustificada inclusión de Cuba en la espuria lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo, emitida unilateralmente por el Departamento de Estado”.
No se trata solo de una mentira, de una calumnia sin fundamento. Incluir en esa lista a un país cuya conducta de firme rechazo y persecución a cualquier forma o manifestación de terrorismo es intachable y reconocida, dificulta en extremo todas nuestras transacciones financieras y comerciales y las posibilidades de crédito.
Miguel Díaz-Canel agradeció finalmente el valioso acompañamiento de Iberoamérica, por los pronunciamientos de rechazo al bloqueo y sus demandas para la exclusión de Cuba de la arbitraria lista de Estados patrocinadores del terrorismo, reconoció el liderazgo de la CELAC, y reiteró nuestra firme solidaridad con los legítimos gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, sometidos a persistentes intentos de desestabilización.
“Nuestro reconocimiento a la República Dominicana por los notables resultados alcanzados en estos dos años de liderazgo de la Comunidad Iberoamericana. Auguramos éxitos a la República del Ecuador en sus nuevas funciones como Secretaría Pro Tempore”.
“Cuenten siempre con Cuba en el empeño de consolidar un mundo más justo, solidario y sostenible, que avance hacia el desarrollo y la prosperidad de nuestros pueblos, de los hermanos de sangre, de historia, de batallas y esperanzas. Desde estos deslumbrantes territorios de América, que inspiraron en Alejo Carpentier la idea de lo real maravilloso, siempre que estamos juntos, nos crece la certeza de que sí podemos”.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.