Cuando Miguel Neira Mendoza terminó sus siete entradas vs. Perú en el Campeonato Panamericano de Béisbol, en noviembre pasado, había lanzado 84 envíos y concretado una hazaña casi exclusiva: lograr un juego perfecto.
Y no solo eso. De los 21 outs posibles, consiguió 20; 19 por la vía de los ponches y un roletazo que él mismo fildeó y lanzó para primera base. No importa que, como sostienen algunos, ese equipo sea de los débiles, porque otros lanzadores igual tuvieron la opción con este u otros similares y no lo lograron.
Así, el zurdo protagonizaría lo que después se convirtió, con toda justicia, en el suceso deportivo del año en la provincia. También agregaría puntos a su elección como el mejor pelotero juvenil del país en el 2022.
Ahora que ya no tiene sobre sí los reflectores del estadio Leonardo Gastelum, de Cabo San Lucas, en el estado mexicano de Baja California del Sur, lo cuenta con la misma frialdad que necesitó para lograr aquella proeza, sobre la cual un colega de Prensa Latina describió: “Recta cercana a las 90 millas, curva pronunciada, cambio de bola eficaz y control propio de cirujanos”.
“Es verdad que el equipo peruano no es de gran nivel, pero es difícil hacer un juego perfecto a cualquier elenco del mundo, solo salí a hacer mi trabajo, sacar out por out, que es lo que me pide el entrenador siempre. Me basé en la recta ya que los bateadores estaban un poco atrasados. Trabajé al ciento por ciento todos los lances. Se dice que esas cosas no se hablan, porque si no, se pierde; en el sexto inning más o menos me di cuenta de que lo estaba dando porque sabía que no me habían pegado hit y varios atletas me lo dijeron, no me preocupé, solo me enfoqué más”.
La hazaña no fue hija de la casualidad, como tampoco su elección como el mejor del país. En su campeonato nacional lideró varios departamentos: en el PCL con 0.24, el de ponches con 129, en lechadas con cuatro y en juegos ganados con ocho, además de un WHIP de 0.79 y average contrario de 126.
“Siempre trato de ponchar al bateador y poner los lanzamientos donde me los pida el receptor, hago los lances a full”.
No es solo su curva, que varios expertos la consideran prodigiosa, ni su recta —que al alcanzar 90 millas para un zurdo es letal— lo que le ha permitido ascender en su corta carrera. Es su perseverancia. Lo dice su mamá Ixis, quien lo vio desde niño insistir e insistir en un juego y no dejarlo hasta no armarlo completo, o exigirse hasta el cansancio cuando en una ocasión casi lo dejan fuera de la EIDE Lino Salabarría.
También la disciplina, esa que le cultivó su papá Miguel desde con cinco años lo llevó al Beisbolito: “Mi papá me llevaba todos los días, incluso cuando no estaba entrenando iba para allá con él y entrenábamos juntos. David Pérez Luna fue el que me enseñó a lanzar porque en el Beisbolito no lanzaba, era bateador”.
Y de los buenos, al punto de compilar hasta los 400 en las categorías inferiores: “Me gustaba más batear, pero después vi que tenía más resultado como lanzador, me llamo la atención y me decidí”. En eso también está la mano de los entrenadores; “sobre todo Osmani González, quien nos entrenó en toda la preparación, luego estuve con Ramón Gardón”.
Ellos corroboran las armas de Neira, quien asegura que le nacen también del carácter tranquilo heredado de su papá: “La concentración y el control. Tiro curva, slider, cambio, pero mi arma siempre han sido los rompientes”.
Ahora que ya dejó el traje juvenil, entrena con disciplina religiosa. Sabe que enfrentará un bateo superior cuando se aliste en el staff de los Gallos para la venidera Serie Nacional, aunque ya se puso sus atuendos, en una salida breve durante los últimos play off.
“Fue un reto súper difícil, porque era una categoría superior a la mía, pero confié en mí porque los entrenadores lo hicieron conmigo. Estoy entrenando para no llegar en cero a la preparación en enero, preparándome psicológicamente, desde este momento, sé que voy a tener bastante actuación en esa serie”.
En el 2022, Neira se cansó de brillar, mas sabe, como le dice su mamá, que es apenas el comienzo. “Uno nunca se prepara para eso, solo me preparé para hacer mi trabajo, lograr un resultado y salió”.
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