Primero fue la canción. Cada acorde, cada estrofa en la voz inigualable de Silvio Rodríguez lo cautivaron. Tanto es así que una deuda consigo mismo le obligó a devolver su admiración por una melodía que conoce hasta dormido. Ojalá para el artista visual Rafael González Morales es templo al que recurre con sistematicidad.
“Me gusta mucho la obra de ese cantautor y específicamente esa canción me fascina. Por tanto, este es mi homenaje —dice como carta de presentación sobre su más reciente creación—. La música de Silvio no pasa de moda. Aunque sus textos hayan sido escritos en la década de los 70 están vigentes, no solo por los temas, sino por la sensibilidad”.
Resulta ese el leitmotiv de la exposición personal de este reconocido artista visual espirituano que cuelga de las paredes de la galería que atesora el céntrico hotel Plaza, de la ciudad del Yayabo.
“Es un políptico integrado por cinco piezas que conforman la palabra Ojalá. En cada cuadro, además de encontrar una letra de dicho vocablo de color rojo, se puede leer un fragmento de la canción”.
Las letras construyen en su totalidad un mensaje único y cada espectador interpreta en su propio diálogo con la propuesta, heredera del abstraccionismo.
Por ello, Ojalá tiene un valor añadido: propone realidades más allá de las que podemos encontrar en nuestros contextos.
“Cada persona construirá su propia idea. La palabra está muy de moda, sobre todo en tiempos tan complejos y que siempre anhelamos que nos sucedan buenas cosas. Las frases seleccionadas también permiten hacer más de una lectura”.
Las cinco piezas surgieron por el acertado dominio de la técnica de acrílico sobre lienzo. De acuerdo con las palabras del catálogo, con firma de Elker Luna Rondón: “Con el abstraccionismo como medio de expresión y comunicación, Rafa tal vez busca como objetivo esa concatenación de personas y sus ideas. Para así establecer un diálogo de utopía provocado por el grado positivo del significado de la palabra. Y ojalá pueda atravesar esa lógica a través de su intervención sobre las obras”.
Afortunadamente, espacios fuera del sistema institucional del sector de la cultura en Sancti Spíritus como el hotel Plaza han comprendido el inmenso valor añadido a sus servicios al incorporar obras de arte. Ya resulta habitual tropezar en el estrecho pasillo de la instalación, ubicada frente al parque Serafín Sánchez Valdivia, con creaciones de artistas del patio.
“No es la primera vez que inauguro en ese lugar. La dirección de Islazul ha estado siempre dispuesta al apoyo e, incluso, recientemente hicimos una exposición colectiva por el cumpleaños del Taller de Artes Gráficas. Esos espacios alternativos, para llamarlos de alguna manera, son muy saludables para la promoción del arte”.
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