En el Palacio de Pioneros 28 de Enero la alegría desborda los espacios de la instalación infantil, uno de los escenarios donde se disfruta el verano en Trinidad. A la avidez con que llegan los pequeños en busca de diversión se suma la creatividad del colectivo y de quienes aportan otras iniciativas. Como resultado, el programa de actividades abarca diversas propuestas y complace expectativas.
Lecturas de cuentos infantiles y adivinanzas, talleres de pintura y de baile de ritmos tradicionales y juegos de participación figuran entre las opciones recreativas que se mantienen durante toda la semana en el centro gracias a la colaboración de instructores de arte, bibliotecarias, museólogas y promotores del Inder.
Sin embargo, el plato fuerte del programa vacacional lo sirven las especialistas de la empresa Aldaba, con una oferta que combina el saber y la experiencia vivida. Los niños conocen, por ejemplo, sobre la presencia de Alejandro de Humboldt en la ciudad o de los patios coloniales como un elemento distintivo de las casas trinitarias; y también visitan los sitios donde estuvo —por corto tiempo—, quien se considera el segundo descubridor de Trinidad y visitan algunos de los inmuebles de más elegancia en la villa.
Poco más de 40 niños recibe de lunes a viernes el palacio de pioneros, cifra que, al decir de su directora Moraima Zayas, confirma lo acertado de esta propuesta en función de garantizar espacios para la recreación sana. “Los niños socializan, hacen nuevas amistades, conocen de la historia y las tradiciones de la ciudad mientras los padres trabajan.
“Con mucho rigor se controla la entrada diaria de los infantes que permanecen en el centro hasta el horario del mediodía. Al llegar se anotan el nombre y el teléfono del adulto acompañante, responsable también de su recogida. La seguridad de los niños constituye una prioridad para todo el colectivo”, acota la directora.
Los viajes a la playa, martes y jueves, son de las opciones más aplaudidas. La excursión llega hasta el área conocida como María Aguilar y se mantiene, pese a la poca disponibilidad de combustible en todo el municipio, como una de las propuestas de mayor convocatoria durante los meses de julio y agosto.
El programa vacacional en el sureño municipio pretende aprovechar los recursos disponibles y el talento en aras de convertir los parques infantiles, los Joven Club de Computación y Electrónica, los barrios y las propias comunidades en espacios para desterrar el aburrimiento, recrearse y disfrutar un verano con amor.
Una opción muy buena, para niños y padres trabajadores, pero tengo una pregunta que edad pueden tener los niños para llevarlos a la instalación.