El cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), viajó este 17 de julio a Estados Unidos como enviado del Papa Francisco, en misión para promover la paz en Ucrania.
De acuerdo con un comunicado divulgado este lunes por la oficina de prensa de la Santa Sede, Zuppi permanecerá en Washington hasta el 19 de julio, con el “objetivo intercambiar ideas y puntos de vista sobre la trágica situación actual y apoyar iniciativas humanitarias para aliviar el sufrimiento de las personas más afectadas y frágiles”.
Una nota publicada en el sitio digital del diario Vatican News recuerda que en mayo la Santa Sede comunicó la noticia de esta misión del titular de la CEI, encomendada por el Sumo Pontífice, y en cumplimiento de la misma viajó a Kiev los días 5 y 6 de junio, así como a Moscú el 28 y 29 de ese pasado mes.
En relación con esta iniciativa, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, aclaro que la misma no tiene “la mediación como finalidad inmediata”, sino el propósito de “intentar ante todo favorecer el clima, favorecer un entorno que pueda conducir a caminos de paz”.
En declaraciones a la prensa, Parolin precisó que, además de las gestiones en Rusia y Ucrania, se incluirían intercambios con autoridades de Estados Unidos y de China, pues según manifestó “no queremos excluir a nadie”.
En la capital ucraniana Zuppi se reunió con el presidente de ese país, Volodimir Zelenski, mientras que en Moscú se encontró dos veces con Yuri Ushakov, asistente del presidente Vladimir Putin para Asuntos de Política Exterior, así como con el patriarca ortodoxo ruso Kirill, y con Maria Lvova Belova, comisionada para los derechos del niño.
El arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal Rusa, Paolo Pezzi, expresó que la reunión del enviado especial del Papa con Ushakov fue productiva, y precisó que en la misma se trataron principalmente cuestiones humanitarias relacionadas con los refugiados.
Por su parte, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, expresó que se trató de “un intercambio de puntos de vista, de información sobre cuestiones humanitarias en el contexto de los asuntos ucranianos. No hay soluciones, ni acuerdos concretos. Si es necesario, el diálogo continuará”
El pasado 4 de julio, el arzobispo de Bolonia confirmó que se había reunido con el Papa Francisco para hablarle de su misión, y subrayó que la actual prioridad de la misma es “trabajar por los más desfavorecidos, como los niños, y ver si podemos poner en marcha el mecanismo para ellos y ayudar en la parte humanitaria”.
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