El Equipo de Restauración de las Artes Decorativas del Patrimonio de Trinidad no solo resguarda los valiosos tesoros legados por los ancestros a una de las urbes más antiguas de América, sino que también deja su impronta en otros municipios de la provincia.
Y es que, con dedicación y profesionalidad —sus cartas de presentación—, el grupo, integrado por 10 miembros, en su mayoría jóvenes, ha puesto sus manos en instituciones culturales puertas afuera de la Ciudad Museo del Caribe.
“En el museo de Fomento atendimos todo lo que fue restauración y conservación de muebles y pinturas murales en las dos salas principales de este recinto; trabajos que agradecieron sus directivos y el pueblo de ese municipio”.
Odalis Borges González, especialista del mencionado Equipo de Restauración, agregó que el colectivo ha laborado además en la conservación de piezas de alto valor patrimonial en los museos de Yaguajay, Cabaiguán, Jatibonico, el provincial en la ciudad del Yayabo; así como en instituciones de La Habana y Ciego de Ávila.
Precisó que, en Trinidad, el Grupo, tiene entre sus responsabilidades la conservación de piezas de las artes decorativas en museos y el Fondo Cubano de Bienes Culturales, amén de la atención a tarjas y monumentos.
“El equipo ha intervenido casi todas las imágenes religiosas de los cabildos y casas —templo de Trinidad—, nos viene faltando la de Yemayá. Comenzamos con el San Blas de Caracusey, seguimos con Santa Bárbara, San Antonio y, por último, Santa Teresa”.
Su fundador Gilberto Benítez Iborra asegura que paciencia y sensibilidad confluyen en los integrantes del grupo, el cual se nutre de egresados de las escuelas de Arte, al tiempo que ha devenido academia para la formación de restauradores.
El colectivo, creado el 19 de noviembre de 1997, uno de los primeros inaugurados en las ciudades patrimoniales de Cuba, tiene como reto mayor la defensa a capa y espada de la inclusión de Trinidad y el Valle de los Ingenios en la lista del Patrimonio Mundial.
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