El papa Francisco expresó este domingo, durante la primera misa de 2023 en la Basílica de San Pedro, que “nadie puede salvarse a sí mismo” y llamó a “empezar de nuevo desde la covid19, para trazar juntos caminos de paz”.
En su mensaje, pronunciado en el marco de la LVI Jornada Mundial de la Paz, el Sumo Pontífice manifestó que “al inicio de este año, necesitamos esperanza, como la tierra necesita la lluvia”.
Pidió rezar “por tantos hermanos y hermanas afectados por la guerra en tantas partes de mundo”, en particular por quienes “viven estos días de fiesta en la oscuridad y a la intemperie, en la miseria y con miedo, sumergidos en la violencia y en la indiferencia”.
Durante la misa iniciada a las 10:00 hora local, y posteriormente en el rezo del Ángelus, realizado en horas del mediodía desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano, Francisco señaló que, en este Día Mundial de la Paz, somos conscientes de la “responsabilidad de construir el futuro”.
“Si realmente queremos que el nuevo año sea bueno, si queremos reconstruir la esperanza, debemos abandonar los lenguajes, los gestos y las elecciones inspiradas en el egoísmo y aprender el lenguaje del amor”, añadió el obispo de Roma.
“Frente a las crisis personales y sociales que estamos viviendo, frente a la tragedia de la guerra, estamos llamados a afrontar los desafíos de nuestro mundo con responsabilidad y compasión”, pero “no podemos permanecer esperando cómodamente a que las cosas mejoren. Hay que levantarse, aprovechar las oportunidades”, e “ir, arriesgar”.
El compromiso de cada uno, apuntó debe ser “cuidar nuestra vida, cuidar nuestro tiempo, nuestra alma; cuidar la creación y el entorno en el que vivimos y, más aún, cuidar del prójimo.
“En todo el mundo, en todos los pueblos, se alza el grito: ¡no a la guerra!, ¡no al rearme!” exclamó, y demandó que los recursos vayan “al desarrollo, salud, nutrición, educación, trabajo”.
Lamentó el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI, “que ayer por la mañana partió de este mundo”, y añadió que “nos unimos todos, con un solo corazón y una sola alma, para dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia.
El funeral de Benedicto se efectuará el 5 de enero a las 09:30 hora local en la basílica vaticana, presidido por el Sumo Pontífice, al final del cual tendrá lugar la Ultima Commendatio y la Valedictio. Su ataúd se trasladará a continuación a las Grutas del Vaticano, para su entierro, según precisó la oficina de prensa de la Santa Sede.
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