A punto de cortocircuito él, casi más que los cables que atan su casa al poste del frente, escribe a Cartas de los lectores el cabaiguanense Osvaldo Enrique Gil García, vecino de la Calle A No.48, entre Primera y Segunda.
Su inconformidad la viene padeciendo y tramitando desde hace meses, según suscribe, ante la Empresa Eléctrica de Cabaiguán: los cables que van desde la acometida hasta su vivienda han perdido el recubrimiento y ello le provoca todos los días no pocos apagones.
“Desde hace alrededor de ocho meses estoy yendo a la Empresa Eléctrica de Cabaiguán a plantear una situación que por ahora me afecta solo a mí, pero que de agravarse pudiera perjudicar a los demás vecinos”, alerta el remitente.
“Resulta que los cables que van del bajante del poste hasta mi casa han perdido el forro y el tierra y los dos vivos están pegados. Ello provoca que nada más que hay una llovizna hagan corte y, por consiguiente, se me vaya la corriente de la casa”.
Dice en la carta que no hay oficina ni persona de la institución cabaiguanense que no sepa de tal panorama por las reiteradas veces que ha acudido, hasta ahora en vano, para exponer lo que le sucede.
“He ido varias veces todos estos meses a la Empresa Eléctrica, en todas las oficinas de allí me he quejado, para que vengan a cambiar el cable y evitar daños mayores. Unas veces me han dicho que no hay transporte, otras que el carro está para otro lugar, otras que no tienen petróleo y en otras oportunidades me han respondido que sí, que van a venir y jamás vienen.
“Me preocupa que esos cables sigan deteriorándose y que el día que pase lo peor y se quemen los equipos la Empresa Eléctrica no va a responder por eso”, concluye Osvaldo.
Ojalá la solución llegue antes de que se perjudique toda la vecindad o que se afecten los equipos eléctricos tan difíciles de reponer en estos tiempos. Ojalá que sus gestiones no sigan estando como hasta ahora, casi que en corte.
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