De la mano del pelotero Modesto Verdura —Jamaica, 1962— entró Sancti Spíritus a la historia de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en su novena edición.
Mas, fue en la de 1966 —San Juan, Puerto Rico— cuando marcó un hito en las asistencias y el ascenso a su primer podio regional. Tres de sus hijos tuvieron el honor de integrar la delegación cubana que ese año escribiera una página de dignidad más allá del deporte.
Aurelia Yeya Pentón, René Milián y Ricardo Suárez, en atletismo, y Jacinto González, en baloncesto, protagonizaron la hazaña que trascendió como Cerro Pelado, cuando los integrantes de la delegación de 315 personas a bordo del buque con ese nombre, tras enfrentar una travesía de constantes amenazas de aviones estadounidenses de combate, manifestaron su decisión de llegar a nado a la isla boricua, a la que llegaron trasbordados por el remolcador Peacock, después de que su buque fuera obligado a anclar a 5 millas de la costa.
Justamente Yeya se hizo mítica en estas lides al participar en cuatro de ellas de manera sucesiva, en las que registró una suculenta cosecha de cuatro medallas de oro y dos de plata, sobre todo en la cita de Medellín, Colombia, con sus tres preseas de oro en 400, 800 y relevo 4×400 y tres récords nacionales y de esos juegos, justo cuando tenía 37 años de edad. Así, se inscribe entre los espirituanos con mayor cantidad de títulos y medallas en estas ediciones y comparte con otros la mayor cantidad de participaciones, en tanto Jacinto, con su bronce, fue el primer medallista.
De aquella cita hasta la más reciente del 2018 en Barranquilla, Colombia, los empolvados y muchas veces olvidados anales centroamericanos en la tierra del Yayabo recogen cerca de 80 participantes en una veintena de deportes.
No son más porque las ausencias de Cuba en las ediciones del 2006 en San Salvador, y 2010, en Mayagüez, Puerto Rico, tronchó la posibilidad de las medallas y la participación a muchos que en ese momento vivían momentos cumbres de sus carreras deportivas.
Y si en la década de los 70 y 80 las incursiones de coterráneos eran más exiguas y concentradas en deportes como el atletismo, el béisbol, el tiro con arco, y el tiro deportivo, el softbol y el remo a partir de la década del 90, el sello de Sancti Spíritus se hizo más notable en las delegaciones cubanas, tanto por su presencia en una mayor diversidad de disciplinas como por el aporte al medallero, a tono con el desarrollo deportivo que fue alcanzando el territorio tras ser declarado como provincia en 1976.
En ese lapso, muchos han inscrito sus nombres con mayúscula. Todos tienen el privilegio de enaltecer esta tierra en esas memorias. Pero entre quienes merecen mención obligada se encuentra la tiradora Eglys de la Cruz Farfán, que en cuatro Juegos acumula 17 medallas (10-5-2), para convertirse no solo en la espirituana con más títulos y preseas en esas citas, sino en la tiradora del área con más aportes.
Así, de paso, Eglys ha hecho que el tiro sea uno de los deportes con mayores contribuciones; a su nombre se unen los de Jorge Félix Ríos, quien le sigue en número de medallas (seis de oro y cinco de plata), María Teresa Gómez, Lisbet Hernández, José de Jesús González, Kirenia Bello y Jorge Freiz.
Otros multimedallistas son el canoísta Serguey Torres (tres participaciones, cinco preseas de oro y dos de plata), la gimnasta Leyanet González (tres competencias, tres de oro, seis de plata y una de bronce), la ciclista Yumari González (tres certámenes, tres de oro y cinco de plata), el kayacista Maikel Zulueta (tres medallas de oro y dos de bronce en Cartagena de Indias, 2006), la remera Mayra González (seis medallas en tres eventos) y la yudoca Dayaris Mestre (dos juegos y tres títulos). María Zamora ostenta la novedad de lograr tres medallas de oro en dos deportes distintos: atletismo y softbol.
Desde los momentos iniciales, con el título de la jabalinista Tomasa Núñez en 1970 —el primero en estas batallas—, hasta el 2018, a lo más alto del podio han subido el triplista Yoelbis Quesada (dos veces), los remeros Eduardo Rubio (dos) y Janier Concepción (una). Una per cápita registran además los boxeadores Yudel Johnson y Yosbany Veitía, el luchador Reineris Andreu, el remero Dixan Massip, y los vallistas Lency Montelier y Emilio Valle (que suma también una plata).
Entre los deportes colectivos, el béisbol reúne a varios titulares: José Antonio Huelga, Lourdes Gurriel, Yovany Aragón, Frederich Cepeda, Eriel Sánchez y Yuliesky Gurriel, lo mismo que el softbol, que aporta la mayor cantidad de participantes (12), todos con alguna medalla en su pecho y la mayor expresión en José Luis Quintero, que asistió a cuatro juegos, con dos títulos y un subtítulo; el baloncesto, con los dos títulos y la plata de Yamara Amargo y el oro y la plata de Marlene Cepeda como lo más relevante; el hockey sobre césped y los dos títulos de Roselí Harris y Yuraima Vera, y el metal dorado de Yeneis Casas y Meyli Cost, en tanto el voleibol archiva medallistas dorados y plateados.
Disciplinas como el remo y el tiro, con preseas de todos los colores que harían esta lista interminable, o la natación, que regaló en el 2018 la primera medalla espirituana en ese deporte con el bronce de Lorena González, han marcado el sello del Yayabo, mientras el boliche, el fútbol, el patinaje y el tiro con arco, aunque sin medallas, tienen el privilegio de la asistencia.
San Salvador está a la vuelta de unos días y Sancti Spíritus se alista para, con una armada esencialmente joven, seguir construyendo su propia historia centroamericana.
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