El Ejército israelí informó este 12 de octubre que desde el sábado último lanzó 6 000 bombas, con un peso total de 4 000 toneladas, contra la Franja de Gaza, donde se reportan 1 488 muertos y una catástrofe humanitaria.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indicaron en un comunicado que en la campaña aérea participan “decenas de aviones de combate y helicópteros artillados”, que, según fuentes palestinas, destruyeron o dañaron miles de viviendas, mezquitas, escuelas y hospitales.
Los ataques forman parte de una estrategia que incluirá una invasión terrestre contra el enclave costero, donde viven más de dos millones de palestinos, y en el que participarán un gran contingente de los 360 mil reservistas movilizados.
La ministra palestina de Salud, Mai Al-Kaila, advirtió este jueves sobre el inminente colapso del sector en la Franja como consecuencia de la grave escasez de medicamentos, insumos y bolsas de sangre como consecuencia del bloqueo israelí.
El gran número de heridos supera la capacidad de los hospitales en ese enclave costero, alertó la funcionaria en un comunicado.
Renuevo mi llamado a las organizaciones sanitarias internacionales, al Comité Internacional de la Cruz Roja y a todos los países para que intervengan de manera inmediata y urgente para llevar medicamentos y suministros, especialmente para quirófanos, departamentos de emergencia y cuidados intensivos, señaló.
Más temprano, el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) advirtió que debido a la falta de electricidad, tras el bloqueo israelí, los hospitales en la Franja de Gaza corren el riesgo de convertirse en morgues.
“La miseria humana causada por esta escalada es abominable e imploro a las partes que reduzcan el sufrimiento de los civiles”, señaló en un comunicado Fabrizio Carboni, director regional para Medio Oriente Próximo y Medio del ICRC.
A medida que Gaza se queda sin electricidad, los hospitales también se quedan sin electricidad, lo que pone en riesgo a los recién nacidos en incubadoras y a los pacientes ancianos que reciben oxígeno, alertó el funcionario tras la decisión de Israel de cortar el suministro de energía y el combustible.
“Las familias de Gaza ya tienen problemas para acceder al agua potable. Ningún padre quiere verse obligado a darle agua sucia a un niño sediento”, afirmó. Las autoridades de salud de esa zona alertaron este jueves que los medicamentos, insumos médicos y el combustible están a punto de agotarse.
Citado por la agencia de noticias Safa, el servicio médico de ese enclave costero señaló que la cantidad de heridos por los ataques es de tal magnitud que muchos están alojados en el suelo de los hospitales.
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