La esquina de Escambray: Desorientados (+video e infografía)

Las fiestas tradicionales han sobrevivido porque el sentido de pertenencia de las poblaciones y comunidades es aún más fuerte de lo que muchos suponen

Las Parrandas de Zaza del Medio se mantienen gracias al empuje de sus pobladores. (Foto: Facebook).

Existen muchas maneras de perder el rumbo y el precio que se paga no siempre es feliz. En la conservación de los valores patrimoniales de una nación tiene consecuencias irreparables en muchas ocasiones. Los procesos sedimentados por años, décadas, siglos, que tienen un valor endógeno auténtico, pagan con creces la desorientación en el camino hacia el respeto de sus esencias.

Las fiestas tradicionales han sobrevivido porque el sentido de pertenencia de las poblaciones y comunidades es aún más fuerte de lo que muchos suponen, resisten ante los vaivenes de los cambios constantes de fecha, falta de presupuestos, desorganización, poco ánimo, dejadez de todos lados.

Si bien las parrandas del centro de Cuba fueron declaradas en el 2013 Patrimonio Cultural de la Nación y en el 2018 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), cuesta que salgan en las fechas que son, que cuenten con todos los recursos para no desacreditarse. Ambas declaratorias ponen un manto de protección sobre ellas que resulta eficaz, necesario y lógico, aunque a veces se tome a la ligera.

Revisemos las fechas de celebración y los cambios constantes en el calendario, desconociendo que esas festividades que dividen pasiones, nacen desde las profundidades de la cultura popular tradicional cubana, tienen una relación directa con las celebraciones religiosas o populares, ponen en jaque a todos y hacen que los hijos regresen a casa con orgullo y por lealtad a su cultura.

Es justo reconocer que sostener esas fiestas y otras es una tarea titánica para las autoridades locales, porque no involucran solamente la cultura; son la articulación perfecta de todos los que intervienen en el desarrollo sociocultural y económico de los territorios. También es cierto que en los últimos años, en particular los tiempos pandémicos, todo se detuvo y remontar no es tarea fácil para nadie, menos para los municipios que tienen que definir de una vez con previsión y claridad el precio de los jolgorios, lo invaluable de su riqueza inmaterial, que se revierte en un mayor beneficio espiritual y ganancia financiera si se utilizan todas las herramientas que el escenario económico nacional proporciona.

Las expresiones que son capaces de nacer desde las entrañas populares son tantas que cada una supone un reto y una oportunidad para repensar que la inestabilidad e inseguridad en sus celebraciones atentan contra su larga vida.

Desde el diseño y fabricación de carrozas, indumentarias, los fuegos artificiales, la composición de canciones y preparación de coreografías, la elaboración de elementos decorativos, son mediaciones que involucran a todos los habitantes sin distinción de sexo, edad, origen, medio social, profesión y religión.

El engalanamiento y la creación de carrozas son un verdadero derroche de la imaginación y creatividad que poseen los grupos de parranderos “para reinterpretar y recrear sucesos e historias mediante imágenes, luces y colores de gran originalidad”, como reconoce la Unesco en su declaratoria del 2018.

Cambiar la manera de pensar y hacer no es cuestión de dos más dos  cuando se trata de sostener y sustentar las tradiciones, pero no es un imposible. ¿Desorientados? No encuentro mejor calificación ante las irregularidades, los desacuerdos, el da lo mismo hoy que en febrero. Si estamos conscientes de los riesgos que se avecinan de no encontrar las señales ni las rutas a la meta, entonces dejemos de preocuparnos; es hora de ocuparse y coger el toro por los cuernos.

Carlo Figueroa

Texto de Carlo Figueroa

Comentario

  1. Desorientados si.Creo que fomentar nuestras raíces culturales desde la más temprana infancia desde el conocimiento profundo de las mismas,velar celosamente los espacios donde se practiquen es una tarea que implica tanto a gobernantes,organizaciones y pueblo en general.Este último ha demostrado que con su fuerza batalladora ha logrado preservar mucho de nuestros patrimonios,siendo las parrandas un ejemplo de ello.

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *