Escuché con atención a los jóvenes que estaban a mi alrededor. El tema sugería algo del más allá: los nuevos chats de la Inteligencia Artificial (IA).
“Puedes preguntar lo que quieras”, insistió uno de ellos. Pregunta sobre la Casa de la Guayabera, le digo, y escribió en su android con rapidez y dominio. “¿Puede ser más específico?”, preguntan desde el chat/buscador y el joven agrega: Sancti Spíritus.
La respuesta es instantánea pero con muchos errores: “la Casa de la Guayabera es una tienda de ropa de alta costura en la calle Independencia de la ciudad de Sancti Spíritus, en Cuba. Te recomendamos no dejar de visitarla y comprar tus guayaberas allí”.
“Tienen que mejorar los robots”, les digo mientras me río. Luego, en la tranquilidad de la casa, indago más sobre un asunto aparentemente lejano para la mayoría de los internautas cubanos, pero que al parecer ya está en manos de los más vulnerables si no utilizan las ventajas tecnológicas con responsabilidad en una era donde lo que dice la internet es casi la gran verdad.
En 0.49 segundos Google me acerca a 306 millones de accesos sobre los chats de IA. El más popular es ChatGPT, que según todas las fuentes consultadas es capaz de responder cualquier pregunta que le formules, y de hacer muchas cosas que le solicites. Es tan popular que hay muchos proyectos alternativos, incluyendo hablar con ChatGPT en WhatsApp.
Los creadores y promotores de estas nuevas relaciones entre los humanos y las tecnologías aseguran que los nuevos chatbots van más allá de una búsqueda de rutina: pueden comprender la intención detrás de las solicitudes, mostrar el historial completo de conversaciones de cuando interactúas con ellos y responder a las preguntas de una manera natural y humana.
¿Hacia dónde vamos? ¿Está en riesgo la información real? ¿Estamos preparados para similar el cambio/beneficio de la IA? Las preguntas se suceden una detrás de otra, pero es obvio que hace rato convivimos con la inteligencia artificial, al menos desde hace casi un siglo. La utilizamos sin darnos cuenta como parte de un conjunto de tecnologías que están en el día a día de nuestras vidas y sin reparar en ello.
Alan Turing, considerado el padre de la inteligencia artificial y el precursor de la informática moderna, ingenió numerosas soluciones basadas en la computación y el empleo de algoritmos en la primera mitad de siglo XX, siendo una de ellas relevante para ganar la Segunda Guerra Mundial, al descifrar los mensajes ocultos que los nazis se enviaban a través de la máquina Enigma.
Pero de entonces a hoy ha llovido lo suficiente para que la IA cobrara una relevancia tal que determine cada proceso tecnológico en ejecución o en los sueños de los investigadores. Detrás de la lectura de este comentario está presente, no lo dude, y las palabras que aquí he escrito son tomadas como referencia lingüística y es información consultada por los bots que almacenan todo lo que navega en red.
Definitivamente, es un tema fascinante lleno de ventajas y también de riesgos, pero los beneficios superan con creces cualquier desliz, al punto que en Norteamérica se ha realizado una inversión en IA que supera los 18 mil millones de euros, en Asia más de 9 mil millones de euros y en Europa más de 3 mil millones de euros.
El incremento en la solicitud de patentes para la implementación de inteligencia artificial es de un 400 por ciento en los últimos 10 años. De acuerdo con la información que pulula en Google para el 2025 podrían generarse 60 millones de nuevos puestos de trabajo como resultado del desarrollo de la IA y la robótica.
Sin embargo, hay cuestiones éticas que preocupan en tanto el uso irracional o malintencionado de la IA puede volverse en contra de su propio desarrollo y en muchos países han comenzado a pedir legislaciones que limiten su uso. Y no es para menos si se toma como ejemplo lo ocurrido en el mundo de la música.
La canción Heart On My Sleeve (Corazón en la manga), que se compuso usando inteligencia artificial clonando las voces de Drake y The Weeknd, se viralizó en las redes sociales. La pieza simula un intercambio de versos entre las dos estrellas, la mayoría haciendo referencia a la también cantante y actriz Selena Gómez, ex pareja de The Weeknd. Según su creador, quien se identifica como @ghostwriter (escritor fantasma), la canción fue creada por un software al que se entrenó usando las voces de estos dos artistas y fue más allá al afirmar en el video que se publicita en Youtube que apenas es el comienzo.
Lo que se ha dado en llamar como la industria 4.0 puso en jaque a todo el mercado musical y ya comenzaron los bloqueos y demandas a los productos que utilicen la IA como soporte creativo. Al parecer se avecinan tiempos de batalla, aunque no se puede negar que todo lo que nos conduce al desarrollo tecnológico depende de sus beneficios reales.
En manos de los nativos y emigrados digitales ya están las herramientas. Basta un clic y accedemos sin límites a sus opciones, las mismas que nos pueden instruir o desinformar con tanta seriedad que asusta.
Las AI son tema trending, eso no lo dudo. Pero negarlas es negar también el desarrollo tecnológico. Pero quisiera dar mi opinión ya que trabajo con AI en cada jornada.
Básicamente, los algoritmos de inteligencia artificial pueden analizar patrones y estructuras en la música para crear composiciones originales en función de esos patrones. Por ejemplo, una red neuronal puede aprender a crear una melodía en el estilo de un artista determinado (como Drake, en este caso) al analizar su estilo de canto, los patrones de notas, los ritmos y la estructura general de sus canciones.
Aunque la música generada por IA puede sonar convincente, todavía hay algunas limitaciones. Por ejemplo, la IA aún no puede imitar completamente la capacidad emocional y creativa de un músico humano. Sin embargo, esta tecnología tiene un gran potencial para ayudar a los artistas a ser más eficientes y creativos en la creación de música, así como para ampliar la diversidad de la música que se produce.
Selena Gómez no ha muerto, no se si esta confundido con la Quintanilla, pero esta Selena nada tiene en común con la reina del texmex excepto el nombre.
La inteligencia artificial tiene una amplia variedad de aplicaciones que pueden ayudar a la humanidad en diversos ámbitos. Algunos de los usos más comunes de la IA incluyen:
La IA puede ser utilizada para automatizar tareas repetitivas o peligrosas en entornos industriales y empresariales, lo que puede mejorar la eficiencia y la seguridad de los trabajadores.
Los chatbots impulsados por IA pueden responder preguntas y ayudar a los clientes con problemas de manera rápida y eficiente, lo que puede mejorar la experiencia del cliente y reducir los costos de atención al cliente para las empresas.
La IA puede ser utilizada para analizar grandes cantidades de datos de seguridad y prevenir el fraude, la delincuencia y el terrorismo. Los sistemas de reconocimiento facial y de voz también pueden ayudar a mejorar la seguridad en entornos públicos.
En el caso de Escambray y para tareas de los periodistas, la inteligencia artificial también está siendo cada vez más utilizada en el periodismo, especialmente en la recopilación y análisis de datos para ayudar a los periodistas a informar de manera más efectiva y eficiente.La IA puede ayudar a los medios de comunicación a personalizar las noticias para cada lector, adaptando el contenido y el formato a los intereses y preferencias individuales.
Seamos abiertos a una tecnología y esperemos lo mejor de ella siempre, hablar de errores y solo lo negativo o el mal uso que de ella hacen algunos usuarios no es por donde debiera ir el debate.
La ciencia atómica destruye con sus bombas, pero también cura enfermedades, ilumina ciudades… es el uso lo que interesa.
Gracias
Generar miedo o excesiva confianza creo que pudiera ser donde radica la debilidad de esta creación,todo lo creado debiera ser en bien de la humanidad,pero, por poner un ejemplo, Nobel pasó por la amarga experiencia de crear algo cuya utilidad podía ser para bien y sin embargo fue la causa de muchas muertes.Enfrentarse a ella con valentía y perspicacia,evitando a toda costa que supere nuestra inteligencia natural sería nuestra mayor conquista.