La zafra reclama elevar molida

La zafra de Sancti Spíritus llegó a la hora de la verdad, con un calendario que se extiende hasta la segunda quincena de marzo, una etapa en la que deberá producirse el grueso del azúcar planificada, como quiera que el crudo elaborado hasta el cuatro de enero —3 784 toneladas— equivale al 16 por ciento de las más de 23 500 toneladas inscriptas en el plan del central Melanio Hernández, que asume en solitario la contienda espirituana.

La provincia está envuelta en una campaña inédita no solo porque interviene un solo ingenio, también por la estrategia de que más del 60 por ciento de la caña a procesar en la industria de Tuinucú la aportan las unidades productoras del central Uruguay, y porque la zafra concibe una operación industrial flexible que dedicó la primera fase a la obtención de meladura para utilizarla en producciones de rones y aguardientes. Actualmente muele caña con vistas a producir azúcar para la canasta básica y otros encargos; en tanto prevé cerrar con la elaboración de otra partida de meladura.

En el plano azucarero se trata de una zafra bien discreta si se le compara con la potencialidad productiva de otros años, pero es el reflejo de la menguada disponibilidad cañera del territorio. Sin embargo, a lo interno de la campaña juegan las mismas variables de siempre y, sin perder de vista que la obra mayor es recuperar el cañaveral, la contienda espirituana reporta hasta la fecha un comportamiento favorable en sentido general.

El central Melanio Hernández arrancó a inicios de diciembre moliendo más de 9 600 toneladas de caña, procesamiento que le permitió fabricar 1 534 toneladas de meladura y asegurar la producción de 5 643 hectolitros de alcohol. A seguidas inició la elaboración de azúcar —zafra chica—, sobrepasando los niveles previstos; hasta el cuatro de enero se reportaban unas 1 900 toneladas de adelanto en el plan.

Antonio Viamontes Perdomo, director de la Empresa Agroindustrial Azucarera Melanio Hernández, explicó a Escambray que la primera etapa fue favorable en lo productivo y económico, permitió ajustar el dispositivo agroindustrial, en tanto hoy la campaña tiene su mejor medidor en el rendimiento industrial.

“El aprovechamiento de la molida está en un 56 por ciento, por debajo de lo planificado, con el mayor tiempo perdido, cerca del 19 por ciento, provocado por el reciente descarrilo que ocurrió en la línea férrea que afectó el tiro de caña del Uruguay. En los primeros días de enero hemos tenido varias roturas en el central y se acumula un 13 por ciento de tiempo perdido por esa causa, aunque se ha ido estabilizando”, detalló Viamontes Perdomo.

Otros indicadores de la campaña apuntan a la calidad del azúcar y el favorable trabajo energético del central, que logra autoabastecerse y acumula una entrega neta de corriente al Sistema Electroenergético Nacional cercana a los 600 megawatts.

“La zafra necesita ahora estabilizar la industria, elevar la molida y afianzar la eficiencia, porque la cosecha está cumpliendo su parte y es grande el esfuerzo que están haciendo todos los colectivos involucrados en la contienda”, dijo Viamontes Perdomo.