Cuba reportó 1 742 personas fallecidas en 30 años por descargas eléctricas, primera causa de muerte por fenómenos naturales en el archipiélago antillano, por lo que meteorólogos reiteran hoy el llamado a protegerse de estas.
En caso de ser sorprendido por una tormenta eléctrica en plena calle, lo más recomendable es buscar refugio en el interior de una edificación techada, y nunca caminar en esas condiciones y menos correr con la ropa mojada, ya que suele crearse una turbulencia en el aire, que puede atraer al rayo.
Resulta peligroso colocarse debajo de un árbol, porque la descarga tiende a caer sobre el punto más elevado, igual riesgo representa practicar deportes en terrenos abiertos, montar a caballo o hablar por teléfono.
Las personas deben alejarse de cercas metálicas, alambres y vallas, en caso de formar parte de un grupo situado en un área descampada, lo correcto es separarse de manera individual, ponerse de cuclillas e inclinar la cabeza sobre las rodillas con los oídos tapados, hasta tanto pase la severidad de la tormenta.
Una opción muy segura es permanecer en un vehículo con las puertas y ventanillas cerradas, pues al ser de goma las ruedas, las descargas eléctricas circulan por el exterior del metal y dejan en el interior un campo eléctrico nulo, proceso denominado Jaula de Faraday.
La recomendación más conocida es salir del mar, piscinas, ríos y embalses tan pronto comience a tronar, porque el agua conduce la electricidad.
Los consejos emitidos tienen como telón de fondo el balance de un muerto y seis lesionados producto de una descarga eléctrica que impactó el lunes pasado en el exterior de la Empresa de Servicios a la Unión del Níquel, en Moa, en la oriental provincia de Holguín, mientras los trabajadores esperaban el transporte obrero.
De acuerdo con el diario Granma, la mayor de las Antillas registra un promedio anual de 54 víctimas fatales entre 1987 y 2017, y la cifra total es muy superior a la dejada por huracanes, tornados, y eventos de lluvias intensas.
Por provincias, el número más alto para las tres décadas analizadas se registró en Granma, con 249 muertes; Holguín 186; Camagüey, 161 y Santiago de Cuba 147.
Visto por regiones, en occidente y centro alcanzan su momento más activo alrededor del mes de agosto, mientras en la zona oriental sucede en junio y septiembre. Tienen lugar de manera más acentuada durante el periodo de mayo a septiembre, su incidencia se concentra, básicamente pasado el mediodía, entre la una y la siete de la noche, en tanto el pico máximo tiene lugar alrededor de las cuatro de la tarde.
En los últimos cuatro decenios ocurrió un crecimiento de la actividad de tormentas y descargas eléctricas en más del 50 por ciento de las estaciones meteorológicas del país, precisa rotativo basado en datos del Instituto de Meteorología.
“Las descargas eléctricas aparecen cuando el movimiento ascendente y descendente del aire contenido dentro de una nube del tipo cúmulo nimbo, de gran desarrollo vertical, con una altura de diez a 12 kilómetros y elevado contenido de humedad, forma cargas positivas y negativas que, al acumularse en exceso, originan una descarga en forma de chispa, el relámpago”, argumenta la fuente.
“La misma puede circular dentro de la propia nube, entre dos nubes de tormenta, o entre una de ellas y la superficie de la Tierra. Cuando el chispazo desciende a una temperatura muy elevada, choca con el aire mucho más frío de los alrededores y produce un enorme ruido, llamado trueno”, explica el rotativo.
Al ser la velocidad del sonido mucho menor a la de la luz, siempre se podrá ver primero el relámpago y después escucharse el trueno.
Las descargas eléctricas provocan pérdida de vidas humanas, pero también afectan las comunicaciones, la aviación, las redes eléctricas y telefónicas, almacenamiento de combustible, sistemas de energías renovables, equipos de computación y electrodomésticos, además de generar incendios forestales.
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