Sin la presencia de ningún pelotero titular de la más reciente Liga Élite y con la incógnita de cuándo podrá ser definitivamente un equipo, Cuba despejó incertidumbres esta semana con la definición de los 30 hombres que defenderán sus colores en el V Clásico Mundial de Béisbol, pactado del 8 al 21 de marzo próximo en dos continentes.
Aunque abrió tras dudas por la composición de algunas áreas, es la primera vez que una selección beisbolera se da a conocer con tanto tiempo de antelación, motivado por los rigores de la ruta preparatoria que tienen a Japón como principal asiento, un punto a favor si ya se sabe que ese es el escenario geográfico donde Cuba debutará.
Tal como se preveía desde que la Federación Cubana de Béisbol (FCB) abrazó la idea de convocar a peloteros emigrados, todos los que dijeron sí lograron integrar la selección y solo no figuran dos de los 12 que se incluyeron inicialmente en la nómina y luego declinaron su participación por voluntad propia. También se ratificó el boleto seguro que tenían todos los contratados en Japón, al margen de su rendimiento en la última campaña, y los que, como Yadir Drake, dividen su juego entre las ligas regionales y la temporada cubana.
Entre todos hacen mayoría: contados los cinco que se mantienen activos en la Major League Baseball (MLB): el jardinero Luis Robert, de los Medias Blancas de Chicago y Guante de Oro en el 2020, los jugadores de cuadro Yoan Moncada, de esa propia franquicia, y Andy Ibáñez (Tigres de Detroit), y los lanzadores Ronald Bolaños (Kansas City) y Luis Miguel Romero (Atléticos de Oakland); igual cantidad de emigrados que se desempeñan por su cuenta en México y República Dominicana: Yoennis Céspedes, Roennis Elías y Onelkis García (Águilas Cibaeñas, Dominicana), Lorenzo Quintana (Tigres del Licey, Dominicana), y Elián Leyva (Naranjeros de Hermosillo, México); y el septeto que juega en Japón, bajo el auspicio de la FCB: Raidel Martínez, Liván Moinelo y Yariel Rodríguez, Frank Abel Álvarez, Ariel Martínez, Alfredo Despaigne y Yurisbel Gracial.
Así, de los que juegan en nuestros torneos domésticos son menos y solo algunos jugarán como regulares. Llama la atención que ninguno de los que jugaron los más de 60 partidos de la Élite y se destacaron con el campeón Agricultores logró convencer a los técnicos ni a la FCB. Resaltan las exclusiones de Guillermo Avilés y Rafael Viñales, con destacado desempeño tanto en la Serie Nacional como en la Liga, y listos para jugar la primera base, posición en la que no se llevó a ningún titular, a no ser que todas las apuestas estén por Yadir Drake, quien no creo que, con todo y su incursión en la liga mexicana, tenga un desempeño superior a los mencionados, aunque ya sabemos que en eso de sobredimensionar a los de “afuera” Cuba es insistente.
En cambio, no se explica bien el sobregiro de utilities por el que se inclinó la dirección: Andy Ibáñez, Yadil Mujica, Luis Vicente Mateo, Dayán García y Yoan Moncada. Y aquí eriza la presencia en el cuadro de Ariel Martínez, con pasaporte seguro por su contrato japonés, pero que aún no ha enseñado mucho, ni de este mundo ni del otro.
Los jardines parecen bien poblados, con Robert como el más connotado. Habría que ver qué tanto aporta el capitán Alfredo Despaigne, con deudas marcadas de su liderazgo en eventos internacionales y con un desempeño discreto en la más reciente temporada nipona, parecido a Yurisbel Gracial, ambos declarados agentes libres. También está por ver hasta dónde la lesión ha hecho mella en Yoennis Céspedes.
Con las inclusiones de todos los que juegan fuera del país por una vía u otra, se echó por tierra la teoría anunciada por la dirección del elenco de llevar a quienes rindieran en los entrenamientos, un indicador que tampoco abrió muchas luces, ya que ninguno de los emigrados se incorporó a la preparación, por lo que ahora mismo no debe saberse a ciencia cierta cómo está cada uno de estos peloteros, con quienes ha tenido solo roces telefónicos.
Hay que esperar qué argumento sigue la dirección para decantarse por los dos receptores y si prefiere garantizar tanto la defensa del plato y las bases como la guía del pitcheo con dos opciones entre debutantes en Clásicos: Lorenzo Quintana y Andrys Pérez, para mí, dos incógnitas en uno y otro rol.
Por los nombres, el área del pitcheo parece bien custodiada con las mayores esperanzas cifradas en los cuatro “japoneses”, con probada efectividad como relevistas, sobre todo el trío Yariel-Raidel-Moinelo, a quienes las pistolas les han marcado envíos sobre las 97 millas y más, y los dos primeros con premios individuales importantes en la segunda mejor liga del mundo. Raidel se llevó el premio Latino del Año al ser líder en salvados (39), con efectividad de 0.97 PCL, y Yariel fue el Mejor Relevista de la temporada, que reconoce al más sobresaliente en el llamado hold points (por preservar la ventaja al momento que entra). También ganó seis juegos con PCL de 1.15. Moinelo no se quedó atrás con 24 juegos salvados, 87 ponches en 52.2 entradas y PCL de 1.03.
Con relevistas de tal categoría, hay que esperar para ver qué hacen los abridores, entre quienes ya anunciaron a los “externos” Elián Leyva, Roennis Elías y Luis Miguel Romero. Nos enteraremos en el Clásico del uso de un amplio cuerpo de 14 lanzadores en el que no se explica bien la presencia de hombres como Naykel Cruz.
Aparte de las exclusiones cuestionables de un inicio y las de ahora, este luce como un equipo muy superior a los presentados en los últimos eventos internacionales, mas ello no basta.
Las denuncias de Cuba por los obstáculos que debió enfrentar desde el principio dada la convocatoria a quienes juegan en circuitos profesionales, si bien son válidas, destapan, al mismo tiempo, cierta “ingenuidad” sobre las reglas de la participación de emigrados. ¿Acaso no se sabían las restricciones que se les pondrían a estos? ¿No se conoce que los clubes son los dueños o propietarios de los peloteros y deciden sobre estos en cuestiones relativas a dónde y cómo jugar? ¿Era un secreto que esas organizaciones, política aparte, prohibirían viajar a Cuba a esos jugadores y no les permitirían que se arriesgaran en un terreno “inferior” como el Latinoamericano, al no estar certificado por la MLB?
Y si se sabían todas esas trabas —que tampoco es que sean exclusivas para Cuba, porque parte de algunas rigen para todos los profesionales de la MLB como lo de la incorporación a sus países solo después del dos de marzo—, ¿por qué sumirse conscientemente en esos dilemas para agregarle presión a un equipo que siempre la lleva en sus maletas y sus hombros? Ahora no queda otra opción que asumir los riegos. Ojalá eso no pase factura en algo que es vital en un equipo para un evento de tamaña envergadura: cohesión, compenetración y disciplina, que se traduce en “entendimiento” dentro del terreno, donde se tienen que alinear disímiles maneras de ver y jugar el béisbol dada la heterogeneidad de la procedencia de los jugadores que conforman por primera vez en la historia un equipo semiunificado.
Ese es el gran desafío que tienen ante sí Armando Johnson y su equipo técnico, en el que figura, para beneplácito nuestro, el espirituano Rafael Muñoz: lograr que, en cinco días, a partir del 3 de marzo, fecha en que dejan a los “emigrados” incorporarse al conjunto, se logre ensayar las claves de un team work para defender, entre diferentes, una misma bandera.
ESAS RESTRICCIONES , QUE SON REGLAS SE SABEN Y ESTAN EN LOS ESTATUTOS Y TODOS MENOS CUBA LAS.CONOCEN..EL CLASICO LO CONVOCA Y RIGE LA.MLB.. EL RESTO DE LOS PAISES SON MAS PERJUDICADOS SOBRE TODO DOMINICANA.. AUN 12 SIN PERMISO
No son diferentes defendiendo una Bandera son cubanos todos por una Bandera,Cuba no es una ideologia o un partido,es nacion Santa y Sagrada con todos y para el bien de todos.