Los descosidos del pitcheo abridor de los Gallos

Los lanzadores de apertura han decaído justo cuando más los necesita el conjunto en la última etapa del torneo

Los abridores están llamados a aportar más al equipo en la recta final del torneo. (Foto: Abel Rojas).

En el tramo final de la II Liga Élite, al pitcheo abridor de los Gallos le han salido todos los descosidos, algunos de los cuales eran previsibles casi desde su conformación.

Si bien en la primera mitad del torneo Lázaro Martínez se las ingenió para armar sus triunfos a base de “empatar” brazos para completar sus juegos y mantenerse, casi siempre, en los primeros puestos de la tabla, desde el cierre de ese período —y mucho más en el inicio de la segunda mitad—, los lanzadores de apertura han decaído justo cuando quedan muy pocos juegos (solo ocho) para definir los cuatro clasificados. 

Desde la arrancada del torneo, en estas propias páginas expuse la preocupación en torno a la falta de un líder de staff o de un abridor de punta y las estadísticas hoy lo corroboran. Ni propios ni refuerzos han respondido. En 30 juegos transcurridos de la fase regular, su inefectividad es manifiesta: con 6.26 PCL es el peor de la justa al permitir 73 carreras limpias y un bateo contrario que supera los 300 (304), todo lo cual se ha manifestado en el balance negativo de victorias y derrotas: 7-9. Lo único positivo es el control, pues han otorgado 49 boletos, a menos de dos por juegos de nueve innings.

Muy difícil les ha resultado a quienes han cumplido ese rol completar lo que se considera una apertura de calidad. O lo que es lo mismo, al menos caminar cinco capítulos: los 105 innings lanzados por los abridores implican un promedio de 3.5 por juego.

Lo de la falta de liderazgo en ese departamento es manifiesto: de los 10 hombres que han sido llamados para abrir, solo Wilson Paredes lo ha asumido en su forma “pura”, o sea, que no ha salido nunca como relevo, pues los restantes han sido utilizados indistintamente como abridores o relevistas en el fragor de la competencia y en los dictados de cada juego. El refuerzo holguinero acumula solo una victoria, tres derrotas y casi ocho limpias permitidas por juego (7.89 PCL) y apenas ha podido trabajar 21 entradas y un tercio en siete salidas.

Mientras, Isaías Grandales, con participación disminuida por su presencia en el panamericano Sub-23, no ha podido rendir a la altura que lo hizo en la Serie Nacional, con balance de 1-2, con 26 entradas en cinco juegos iniciados y 4.50 PCL. Casi en la misma cuerda, Alex Guerra pudo completar siete entradas en dos juegos lanzados, sin decisión, y mucho peor le fue a José Luis Braña, con cinco y un tercio, sumadas dos salidas.

Muy discreto ha lucido el refuerzo villaclareño Raidel Alfonso, con balance de 1-2 en tres salidas en las que logró sumar seis y un tercio de entrada y 10.80 PCL, parecido al mayabequense Albert Valladares con 1-0, con 10.2 entradas trabajadas en tres salidas y 5.06 PCL.

Inscrito entre los abridores al inicio, al zurdo Ariel Zerquera le fue bien con una sola salida, pero de calidad, con una victoria en seis y un tercio caminados sin permitir limpias; aunque luego la dirección optó por pasarlo a relevista, rol al que ha respondido con creces al sumar cuatro triunfos y dos reveses, con 0.90 PCL en seis juegos relevados.

Visto en números, el refuerzo Abel José Campos ha sido el de mejor desempeño con 2-0 en cuatro salidas de 17 entradas, con el único juego completo del staff y aceptable PCL de 4.24.

La suerte de los Gallos se ha colgado del brazo de sus relevistas, que se han echado el equipo al hombro con 142 innings trabajados, mejor balance de ocho triunfos y seis reveses, 3.80 PCL (terceros de la campaña) y han tenido que calzar o salvar ¡11! de los 15 éxitos de su elenco en los 30 primeros partidos.  

Huelga decir que casi todo lo han hecho dos hombres: Yanielquis Duardo, con un triunfo y siete salvados (líder,) y Yankiel Mauris, con dos éxitos y tres salvamentos; o sea, han tenido que ver con 13 de las 15 victorias de los Gallos.

Cuando se advierte una fuerte pugna entre los seis elencos para cuatro boletos (si consideramos que Santiago de Cuba aún no está descartado), a Sancti Spíritus le quedan ocho juegos, repartidos entre Industriales como locales en el “Huelga” y Las Tunas, en el “Julio Antonio Mella”. Que logren rebasar esa dura prueba dependerá, en buena medida, de que sus brazos abridores le cambien el rostro a su pálida actuación.

Elsa Ramos

Texto de Elsa Ramos
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas deportivos.

Comentario

  1. En las ultimas 2 subseries el bateo muy improductivo Escobsr y Daniel de Jesus una impulsada cada uno en la serie

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