Los retratos escultóricos ya están en el bulevar

Después de una larga espera; incluso, luego de varios anuncios en los medios públicos, voz a voz en plena calle y reuniones a puerta cerrada, los tres retratos escultóricos que convierten el bulevar yayabero en una verdadera galería a cielo abierto se disfrutan ahora en bronce.

“El proyecto coincidió con la pandemia, el reordenamiento económico y la compleja situación electroenergética nacional —explica su autor Félix Madrigal Echemendía—. No obstante, después mucho sacrificio, llegaron desde Santiago de Cuba las obras, ahora con mucha más durabilidad”.

El autor se refiere a los tres espirituanos que prestigian el entorno: Serapio, con sus maracas en manos y bajo el brazo el periódico Escambray, ubicado a la entrada de la céntrica calle, muy cerca del parque Serafín Sánchez Valdivia; Oscar Fernández Morera, con paleta en mano, uno de los precursores de las artes plásticas espirituanas, justo a pocos metros de la puerta de la galería principal de la urbe, otrora casa donde dio vida a más de una creación, y Francisquito, plantado frente al Ocio Club, el hombre que jamás se equivocó en dar la hora.

“Desde el inicio de este proyecto abogamos por hacerlas en bronce, elemento con color, belleza y nobleza en la manipulación, además de ser un material que, a lo largo de la historia, ha demostrado que sobrevive a factores meteorológicos e incluso agresiones de los seres humanos. Por ello, hoy puedo decir que me siento muy recompensado y afortunado porque no siempre se logra dejar un legado de forma perenne en el tiempo”.

Junto a esos tres personajes populares emplazados en un espacio público estrecho, como el resto de las arterias, de piso de mármol, con objetos decorativos y centros del comercio y la gastronomía, mayormente, palpitan las alegrías, tristezas y preocupaciones del espirituano.

“Agradezco a los Servicios Comunales —los inversionistas—, principalmente a su exdirector Raúl Navarro Morales, quien por su sensibilidad y amor a la historia apoyó e impulsó el proyecto porque tenía conciencia de su importancia”.

Este sábado serán develadas con un grupo de acciones culturales las tres creaciones que tienen el sello de la Fundación Caguayo, de Santiago de Cuba.

El bulevar se convertirá otra vez en una verdadera galería de arte a cielo abierto, aunque su autor se sabe deudor de otros personajes populares que de algún modo él pudiera salvar del olvido como Bulla-bulla y el Güije del Charco del Negrito, por citar solo dos ejemplos.