Luego de un cierre preliminar del 2023 en que por los incumplimientos de ingresos se deterioró el déficit fiscal, Cuba deberá enfrentar un 2024 también tenso el cual demandará mayor prioridad a la implementación del Programa de Estabilización Macroeconómica y control de gastos.
Este fue uno de los consensos a que llegaron los diputados de las comisiones de Asuntos Económicos y Asuntos Constitucionales y Jurídicos, de la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuando de manera conjunta analizaron este lunes el estimado de la ejecución del Presupuesto del Estado del actual año fiscal y el Anteproyecto del venidero.
Vladimir Regueiro Ale, ministro de Finanzas y Precios, subrayó que las proyecciones se corresponden con las del Plan de la Economía del 2024, en que se espera un discreto crecimiento del 2% del Producto Interno Bruto, en un escenario en el cual persiste la inflación que limita el poder adquisitivo de la población y del sector presupuestado.
Insistió en la necesidad de crecer en los ingresos tributarios, para lo cual se requiere efectivas acciones de control fiscal y la implementación de medidas tributarias que no pudieron concretarse en el 2023, como los impuestos especiales a la comercialización de un grupo de bienes y servicios no esenciales para la población.
El titular del MFP explicó los montos que deben captarse por contribución a la Seguridad Social, y por impuestos sobre la fuerza de trabajo, ingresos personales, utilidades, servicios y sobre ventas, así como los beneficios e incentivos fiscales dirigidos a potenciar el fomento y desarrollo de sectores claves de la economía, la producción de bienes y servicios y respaldar las políticas aprobadas.
Dijo que bajo el principio de la racionalidad y el ahorro, y teniendo en cuenta el complejo escenario económico en que se ejecutará el Presupuesto del Estado, se requiere también un estricto control de los gastos, garantizar la calidad de los servicios, cumplir las obligaciones de pagos en fecha y un uso adecuado de los recursos financieros.
Regueiro Ale destacó que se mantiene la premisa de asegurar los principales sectores y programas, especialmente en la salud pública, educación, la asistencia y seguridad social, la cultura y el deporte.
Varios diputados aportaron ideas que permitan más autonomía municipal, mantener el déficit fiscal en términos similares a los del 2023 respecto al Producto Interno Bruto, estimular los niveles de producción de bienes y servicios, y por consiguiente de ingresos que a su vez se redistribuyan en actividades en beneficio de la población y de los trabajadores.
Al respecto Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, llamó a evitar la errónea idea de que para no afectar a la población el Presupuesto del Estado asuma tal o más cual afectación, pues en realidad aquel se nutre de la actividad económica del país.
También criticó que no se tengan en cuenta las mismas reglas del juego o exigencias cuando se trata de un gasto en divisas respecto a cuando es en pesos, pues éstos también son imprescindibles.
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