Aunque resulta innegable la contribución de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en determinados sectores y actividades, las hay que se han dedicado a la importación y venta directa de productos a la población, muchas veces a precios desmesurados.
A contrapelo de esa tendencia —que genera más de un cuestionamiento—, otras aportan en áreas muy sensibles vinculadas al bienestar colectivo y brindan servicios a empresas e instituciones sociales. Por ahí anda la esencia de estas formas de gestión no estatal, las cuales fueron reconocidas en el 2021 con no pocas oportunidades para crecer de modo sostenible, pero de manera legal y ordenada, e integrarse al entramado económico nacional.
Entre estas últimas se inscribe T Capacitrón, dedicada a la reparación, mantenimiento e instalación de sistemas eléctricos, y que, a fuerza de seriedad en el cumplimiento de sus contratos, del rigor profesional y de sus proyecciones, se perfila como uno de los emprendimientos en el municipio de Trinidad comprometidos con el progreso económico y social, de tanta urgencia por estos predios.
NACES, CRECES Y, SI NO, DESAPARECES
Entre las cinco primeras mipymes constituidas en el sureño territorio, T Capacitrón deja atrás el período más crítico para la supervivencia de este tipo de negocios no solo en Cuba, sino en el mundo. Lo hace con mesura e inteligencia, como apunta su socio titular, Diosdado Eduardo Marín Dorta. “El primer año ha sido duro, pero logramos salir adelante. Tenemos muy claras nuestras metas y vamos a cumplirlas paso a paso”.
Y se refiere a ese gran proyecto al que no renuncia: “La innovación y el desarrollo de determinados equipamientos y sistemas que puedan ser comercializables a nivel de país, e incluso exportables; lo que eso requiere financiamiento”, acota el también ingeniero eléctrico, con amplia experiencia en la actividad.
Mientras muchos negocios privados generan altos ingresos mediante la compra y venta de bienes finales, esta mipyme optó por otro camino. “Nuestra premisa es ofrecer una solución razonable al cliente y alargar la vida útil de equipos cuya importación es muy costosa para Cuba.
“Somos una empresa de servicios técnicos que ha logrado formalizar contratos y ejecutar trabajos en la mayoría de las entidades del municipio, desde las presupuestadas hasta las turísticas. Entre ellas instituciones de la salud, de la Industria Alimentaria, Aldaba y la Oficina del Conservador de Trinidad. Hemos presentado ofertas a todas, la fábrica de cigarros, la arenera, la papelera”, apunta este joven emprendedor.
Desde su propia experiencia, Eduardo asegura que en Cuba no existe cultura de los servicios técnicos. “Nos acostumbramos cuando se rompe a quitar, comprar y poner nuevo; eso le cuesta al país. La idea de comprar es más fácil, pero la solución de reparar y hacerlo bien es la alternativa más viable en las condiciones actuales”.
Los servicios técnicos —explica— consisten en desarrollar los sistemas de mantenimientos para lograr que el equipamiento funcione de manera eficiente. Por ello, T Capacitrón insiste en este tipo de contratos con los clientes porque ayuda a prevenir fallas y roturas futuras.
Darse a conocer en el sector empresarial local y fuera del municipio resultó uno de los propósitos iniciales, además de contar con una fuerza laboral calificada. De los 55 trabajadores que forman parte de esta sociedad de responsabilidad limitada, más del 60 por ciento es universitaria.
Lázaro De Ávila, electricista, mecánico y licenciado en Contabilidad, reconoce la profesionalidad y liderazgo de Eduardo desde que trabajaron juntos en el hotel Memories Trinidad del Mar. “Formamos un buen equipo, lo que más nos afecta son los recursos que a veces escasean, pero hacemos hasta lo imposible para cumplir cada compromiso. Esa es la mayor garantía para que vuelvan a solicitar nuestros servicios”, comenta este destacado innovador.
La calidad de las reparaciones y mantenimientos de los sistemas eléctricos ha resultado la mejor carta de presentación. El hospital municipal y otros centros asistenciales, panaderías e instalaciones turísticas figuran entre los principales beneficiarios de los servicios de T Capacitrón, una suerte de faro para ese sector económico incipiente que debe rectificar tergiversaciones en su andar, como señaló recientemente Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación, ante los diputados al Parlamento cubano.
REPARAR Y HACERLO BIEN
La recuperación de todos los sistemas de climatización del Hospital Tomás Carrera Galiano, de Trinidad, donde se logró devolver la vitalidad al área quirúrgica y otros servicios, es de las labores que más se le agradecen al emprendimiento de Eduardo. “Nos apoyamos en otras mipymes como parte del encadenamiento productivo. Mantenemos una comunicación directa con la directora del centro para estar al tanto de cualquier contingencia.
“Además, estamos en condiciones de asumir la reparación de otros equipos como autoclaves. El costo de importación de cada unidad ronda casi los 20 000 dólares, pero podemos recuperar sus componentes por un valor que no excede los 3 000 pesos cubanos y poner en funcionamiento esta tecnología”, sostiene.
“Cuando uno comienza, el cliente no te conoce. Él te da la oportunidad de que cumplas y, en la medida en que demuestres competencia, se abren nuevas puertas”, esta es la máxima de este emprendedor, satisfecho con los resultados de su negocio.
“Recién terminamos la reparación de la tarjeta de uno de los grupos electrógenos emplazados en el municipio de Sancti Spíritus y gracias a eso debe incorporarse a la generación la unidad que estaba fuera de servicio”, cuenta y prefiere obviar detalles de cuánta investigación entraña este trabajo por la cantidad de modelos que se encuentran en Cuba.
Contratos con la empresa eléctrica espirituana para la reparación de quince interruptores Nulec utilizados en la protección de las líneas de energía eléctrica de alta tensión, lo que representó un ahorro de más de 15 000 dólares, con el hotel Memories Trinidad del Mar, donde se ejecutó el mantenimiento general de su Pizarra General de Distribución (PGD), y con varios establecimientos pertenecientes a la Industria Alimentaria dedicados a la elaboración de pan y de otras producciones evidencian la creciente demanda de los servicios de este emprendimiento, cuya finalidad es la de poner en marcha componentes y equipamientos esenciales para la prestación de los más diversos servicios.
En cuanto a las posibilidades de importación de insumos, Eduardo admite que la mayor dificultad es el acceso por vías legales a la divisa. “Contamos con lo que está en el territorio nacional y eso nos limita bastante. Las compras se realizan a personas naturales para adquirir sobre todo herramientas de trabajo y equipos especializados muy necesarios en nuestra labor”, expone.
SOLUCIONES A GRANDES DESAFÍOS
Desde las primeras reuniones de trabajo organizadas por la Dirección de Desarrollo Local, esta y otras formas de gestión no estatal respondieron a la convocatoria de unir fuerzas para estabilizar los sistemas de bombeo y aliviar el abasto de agua en la ciudad en sus momentos más críticos.
Lo reconoce Norberto Carpio Calzada, funcionario de esta dependencia, quien da fe de la sensibilidad de estos emprendedores, en particular de Eduardo. “Hubo mucha comprensión y se trabajó con agilidad en algunas acciones, pero se ejecutarán otras a más largo plazo bajo el principio de la autonomía territorial”.
Al tener a mano el diagnóstico de técnicos y especialistas de Acueducto y Alcantarillado sobre las causas de las fallas que ocasionan la rotura de los equipos de bombeo, mejorar el funcionamiento de las pizarras electrónicas ubicadas en estos emplazamientos alargaría su vida útil.
“Propusimos revisarlas todas. La idea es calibrar bien las protecciones para evitar ese tipo de fallas y eso lo vamos a realizar cobrando solo el costo de los trabajos. Estamos en la mejor disposición de colaborar en la solución de este problema que nos afecta a los trinitarios, pero se necesita sostenibilidad en las acciones”, sentencia.
UNA EMPRESA TECNOLÓGICA ES LA META
Entre las 91 mipymes constituidas hasta la fecha en Trinidad — cifra que confirmó a Escambray Adrianny Antúnez Alfonso, viceintendente del Gobierno municipal—, T Capacitrón va imponiendo su sello.
“Es una marca registrada asociada a un producto que pretendemos en algún momento comercializar”, puntualiza Eduardo y profundiza: “Es un dispositivo con modernas prestaciones que permite, por ejemplo, mejorar desde el punto de vista de funcionamiento los teléfonos móviles y otros dispositivos, recargar un auto eléctrico en la vía o disponer de electricidad inalámbrica en el hogar”.
Sin sombra de arrogancia, pero convencido de que su proyecto es viable, este emprendedor ya solicitó un proceso de patentado que, según sus propias declaraciones, resulta en extremo engorroso, pues en Cuba existen muy pocos abogados especializados en esa materia. “No ha habido una proyección hasta ahora, queremos demostrar que se puede producir el dispositivo. Requiere tecnología que hay que importarla, pero si el país se lo propone, vamos a dar un gran salto”, afirma convencido de que son los seres humanos los que ponen límites a los sueños.
Convertirse en una verdadera empresa tecnológica es la meta más alta para T Capacitrón. “Incluso en el actual escenario podemos producir calentadores solares, determinados equipos utilizados en la energía eólica y muchos otros dispositivos que estarían al alcance de la mano de los cubanos. Alguno nos llevaría importar determinados recursos, pero al comercializarse se recuperaría la inversión”, argumenta.
Disponer de capital suficiente para emprender estos sueños constituye uno de los obstáculos que ha encontrado desde el comienzo T Capacitrón, uno de los negocios que andan con pasos firmes por ese camino hacia el futuro próspero y sostenible al que aspiramos los cubanos.
Excelente trabajo periodístico, es así, tal y como se expone. Trabajamos en aras a desarrollar nuestra economía y solucionar los problemas que existen a raíz de la etapa que se está transitando en estos momentos. Muchas gracias.