Transmite serenidad, firmeza y una decencia de caballero, como pocos en estos tiempos de informalidades y apresuramientos. Sin la menor petulancia, asume sus altas responsabilidades con esa sensibilidad del médico que no ha dejado de ser. Quizás, porque no cayó en paracaídas ni lo nombraron con el dedo, sino por sus propias virtudes.
Las cualidades de liderazgo le nacieron desde bien temprano, en los tiempos de estudiante, cuando ocupó diversas responsabilidades. En 1997 se graduó con Título de Oro en la Facultad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus y ejerció la profesión en su natal Fomento durante dos años como médico de la familia. Después, asumió diversos cargos en el sector de la Salud, incluido el de rector de la propia universidad donde se graduó.
Su biografía, que por modestia probablemente no le guste leer, menciona además la categoría docente de profesor asistente, una maestría en Atención Integral al Niño, la misión internacionalista en Bolivia, su elección como miembro del Consejo de Estado, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular (AMPP) en Sancti Spíritus y su reciente nominación como candidato a diputado a la Asamblea Nacional en su X legislatura.
¿Cómo un médico termina por convertirse en el presidente de la Asamblea de un municipio?
Nunca pasó por mi mente tener una tarea como esta que desempeño. Mi sueño desde muy pequeño, que también me inculcaron mis padres porque es una vocación familiar, era ser médico. Siempre soñé con poder darles ese regalo a ellos y hasta hoy mantengo, disfruto esa vocación.
Desde la tarea en que me encuentro, creo que todos los días hago algo por el bienestar de la salud de las personas porque haciendo más acogedor el ambiente, ayudando a mejorar los problemas estructurales de la vivienda, entrando en la vida de las familias también contribuyo a hacer salud, que es lo que más me complace.
Ya casi cumple ocho años en el cargo, ¿cómo valora esa experiencia?
Ha sido una experiencia inolvidable. Me ayudó mucho haber sido primero director municipal de Salud aquí. Nunca me quedé dentro de la dirección, sino que desarrollé mucho mi trabajo en los consultorios y eso me dio un conocimiento del territorio, aunque distante aún de lo que después me tocó desempeñar.
En el intermedio asumí la responsabilidad de rector de Ciencias Médicas, otra experiencia hermosa. Todavía disfruto cuando soy atendido por un médico que en aquel entonces estudiaba allí y me dice con orgullo “profe”. No me dice médico, ni Alexis, ni presidente. Ese amor que aprecio en sus palabras me hace sentir muy bien.
Todo eso me enseñó un poco a familiarizarme con un municipio que ni siquiera conocía porque soy de Fomento, territorio más pequeño, con características diferentes. Aquella fue la base para después poder desarrollar esta importante labor.
Los más allegados conocen de su desvelo y preocupación por ayudar a los espirituanos durante largas jornadas de trabajo, ¿qué no le puede faltar a un presidente de gobierno?
Un presidente de gobierno tiene que saber escuchar, visitar e intercambiar mucho con el pueblo. No hay decisiones que se puedan tomar desde la propia sede. En la semana paso prácticamente días completos sin entrar a la oficina porque amanezco en Tunas de Zaza, en Macaguabo, en Pueblo Seco; o estoy en una industria, con los campesinos, con los médicos, los maestros. Creo que no me queda un trabajador de Comunales que no conozca, que no me abrace, al que yo no quiera y con el que no haya intercambiado.
Ser presidente de gobierno no es una distinción, ser presidente de gobierno es un encargo que te da el pueblo para no dormir tranquilo mientras quede una preocupación. Infelizmente, a no todos los problemas que tenemos les encontramos la solución, pero trato siempre de intercambiar y conversar con cada persona que llegue a mí en cualquier escenario.
Porque de eso también me siento orgulloso, nosotros conversamos con las personas en el parque, en la escuela, en la guagua. Muchas veces me han visto en una guagua y me han dicho “¿Pero usted anda en la guagua?”, y sí, ando en la guagua, pero cuando ando en carro doy botella a los demás.
Son las cosas que no nos pueden faltar, no nos puede faltar la sensibilidad, por eso vinculo mi responsabilidad actual con la Medicina: cuando una persona viene a mí a intercambiar, a contarme un problema, siento que estoy atendiendo a un paciente porque es alguien que tiene una necesidad no satisfecha y, aunque no siempre la situación real nos permite resolverlo todo, escuchar a las personas, tratarlas bien, conocer de sus dolencias y ver en qué se les puede ayudar siempre ha sido mi meta.
¿Qué experimenta cuando, por ejemplo, al amanecer la leche no llega a los niños y los ancianos, como ha sucedido en estos últimos tiempos?
Uno de los temas más difíciles es cuando una madre me llama y me dice: “Hoy no tengo leche para mi niño”. En muchas ocasiones me ha pasado y no he descansado hasta que la leche por lo menos llegue a ese niño. He buscado alternativas porque soy de los que creen que siempre se puede un poquito más, que todavía hay muchas más cosas que tenemos que hacer y muchas más puertas que tocar buscando solución a los problemas.
Independientemente de que queden ilegalidades, desvíos y mucho que hacer desde el gobierno, hay algunas razones que tienen que ver con la naturaleza y con esta intensa sequía que estamos viviendo. Pero ya ha comenzado a llover en algunos lugares y eso nos da esperanza de que quizás pronto la naturaleza nos ayude.
Durante estos días, como candidato a diputado al Parlamento, ha intercambiado con los espirituanos, ¿qué otros asuntos preocupan actualmente a los electores?
Tenemos una situación bien compleja con el abasto de agua, por la sequía o por la rotura de equipos. Más de 20 000 personas la reciben en pipa y esa cifra se incrementa por día. Es muy difícil lograr satisfacer a tantos con solo seis pipas que tenemos activas.
Sin embargo, creo que en momentos difíciles también se multiplican los lazos de cooperación, amistad y el vecino que tiene mejor situación ayuda al otro. Nosotros como siempre estamos atentos, respondemos, explicamos.
Otro serio problema son los precios, hemos ido buscando en cada lugar cómo entre todos podemos seguir ayudando. Tenemos que seguir llamando a volcarnos hacia la tierra, a seguir sembrando para aprovechar las potencialidades que tenemos porque únicamente así, con lo que podemos hacer entre nosotros, lograremos contribuir para que la población se sienta mejor.
También estamos atravesando un momento complejo con la situación energética, aparecen muchas insatisfacciones con la calidad del pan y se mantiene como un problema no resuelto la necesidad de viviendas en un momento en que no hemos tenido asignación de materiales para dar respuesta a la construcción de edificios, que es lo que más nos ayuda.
Pero, aun así, insisto, las personas han conversado, han escuchado, han entendido y el ambiente de manera general en la población es favorable, con preocupaciones, pero con confianza y buscando alternativas. Este es un pueblo pacífico, de gente honrada, humilde, de personas educadas, que respetan y trabajan mucho.
Sin embargo, algunos malintencionados aseguran que los candidatos se molestan cuando el pueblo les hace preguntas incómodas.
No es lo que ha sucedido aquí y no sé a qué llaman esas personas una pregunta incómoda porque saber nuestros problemas, hablar de la realidad y buscar alternativas de solución no les puede generar incomodidad alguna ni a un candidato ni a un cuadro.
Sí han venido a nosotros personas con problemas no resueltos, pero no hemos encontrado espirituanos disgustados, que no comprendan, que no entiendan. En ningún momento hemos matado el debate. Hemos escuchado y explicado, siempre con la verdad por delante, que es lo que nos dignifica y nos hace sentir sin ningún miedo para intercambiar con el pueblo en todos los lugares.
¿Cómo combina tantas responsabilidades con la atención a su familia?
Mi familia me entiende, me ayuda y eso es muy importante porque a veces llego agobiado. Nosotros vivimos igual que todo el mundo, en el Camino de La Habana y allí van las personas a las ocho, a las diez, el domingo, a la hora que sea. Con gusto los atiendo. Nadie que haya tocado a mi puerta se ha quedado sin respuesta.
Soy privilegiado, hijo de dos maestros que dedicaron gran parte de su vida a enseñar y que hoy todavía me enseñan, me exigen día a día educación, respeto, atención a las personas, buscar soluciones. Si mi mamá pudiera trabajara conmigo y también buscaría cómo ayudar a las personas.
Durante los recorridos, mientras atiende a la población, ¿nunca le han faltado al respeto?
No, nunca he tenido problemas. Mientras más alto habla alguien más bajito hablo yo. He tenido la suerte de que nadie me ha faltado el respeto. Siempre trato de pasarme para el lado de allá para ver cuál es el problema que trae la persona. He tenido la capacidad de no agitarme, han llegado personas al gobierno muy alteradas porque las pelotearon o les dijeron una mentira. Yo nunca le he dicho una mentira a nadie. Hablo claro y he tenido que decirle que no a muchas personas. Eso duele, pero dolería más mentirles. Siempre respeto a los otros y creo que el respeto se gana con respeto.
Finalmente, presidente, ¿extraña la Medicina?
La extraño y la ejercito día a día. Nunca me voy a desentender de mi profesión. Tengo la oportunidad de que mi esposa también es doctora, ya dos de mis hijos estudian Medicina, mi hermano es médico, pero cuando estamos en algún espacio de familia y hay un paciente, lo atiendo yo. Después pregunto: ¿Lo hice bien?
Hoy me siento más seguro haciendo diagnóstico que tratamiento. En eso no he fallado. En los tratamientos a veces sí tengo que pedir ayuda porque la Medicina ha avanzado mucho. Seré médico por toda mi vida porque esa es la profesión que escogí y que me gusta.
Excelente persona. Y también excelente dirigente. Veremos si en la próxima legislatura los espirituanos tienen la suerte. Que sea designado Gobernador de la provincia de Sancti Spiritus.