Aunque unas 70 naciones, incluida Israel, tienen establecido el Servicio Militar Obligatorio por ley, los gobiernos de Occidente, con Estados Unidos al frente, solamente atacan a Cuba, una pequeña isla que ha sufrido incontables actos de terrorismo procedentes de la poderosa nación norteña, y una agresión militar en 1961, a menos de tres años del triunfo de la Revolución cubana.
Escambray fue al encuentro de un grupo de jóvenes en el Centro de Preparación Básica para los nuevos soldados, de la Región Militar Sancti Spíritus, y allí recogió vivencias en diálogo con los 144 reclutas recién movilizados. Uno de ellos es Sebastián Milián Jiménez, quien tiene 18 años de edad.
¿Qué haces en la unidad?
Estamos desarrollándonos tanto militar como educacionalmente. Aquí recibimos diferentes tipos de entrenamiento militar que nos preparan para la defensa del país en situaciones extraordinarias. Llevamos solo dos semanas en la preparación previa.
¿Qué entrenamiento has recibido en estos 15 días iniciales?
Hemos adquirido conocimientos de infantería, es decir, los diferentes tipos de marchas; topografía para saber orientarnos en el terreno; cómo portar el arma, el mantenimiento que lleva el fusil, la parte material, desarme y arme del fusil AKM. También hemos estudiado al ejército enemigo, el armamento que emplea, sus tácticas de combate y hemos practicado el lanzamiento de granadas, y nos han dado clases de orden interior en el campamento y normas de higiene personal. Todos los días nos recalcan la disciplina que debemos adquirir y, cuando apenas hemos iniciado la vida militar, yo mismo he percibido un cambio en mi personalidad.
Cuando termines el Servicio Militar estudiarás Medicina. ¿De dónde viene tu vocación?
Yo escogí la carrera de Medicina porque me gusta salvar vidas, servir a las demás personas, pero mi hermana también está en segundo año de esa carrera. Cuando concluya el Servicio Militar voy para la Universidad de Ciencias Médicas a estudiar. Durante los momentos más críticos de la covid estuve en zona roja, yo era el presidente de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) en el Preuniversitario de Ciencias Exactas y conté con la autorización de mis padres para que me aceptaran. Esa es mi vocación humanista.
EN SOLO DOS SEMANAS AQUÍ YA PERCIBO LOS CAMBIOS
Otro de los jóvenes con el cual dialogamos es Lázaro Neira Valdivia, quien reside en Sancti Spíritus: “Somos tres hermanos, una hembra y un varón menores que yo. Mi papá trabaja en Gastronomía. De la preparación militar que recibimos aquí, considero que es necesaria para todas las personas, porque nos enseñan cómo defender la Patria, el manejo del fusil AKM y saldremos de aquí mejor preparados mental y físicamente.
“Un enemigo que agreda nuestro país va a venir con muchos aviones a tirar bombas indiscriminadamente, a matar personas y destruir a nuestra nación, como hicieron con Yugoslavia. Es lo que están acostumbrados a hacer los imperialistas. Pero la fortaleza de la Revolución cubana está en que cada ciudadano tenga responsabilidad propia, que sienta amor por su Patria y la defienda y para eso nos dan esta preparación.
“¿Novia?, no tengo, mi objetivo inmediato, después que cumpla el Servicio Militar, es estudiar. Ya tengo la beca para hacerme ingeniero industrial en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Y contrario a lo que opinan muchas personas, el Servicio Militar no es un monstruo al que haya que temerle, aquí los jóvenes nos preparamos para nuestra vida futura; Dios quiera que nunca agredan nuestra Patria, pero si eso ocurriera aquí nos preparamos adecuadamente para defenderla, lo que pasa es que muchos jóvenes están acostumbrados a una vida diferente, y aquí en dos semanas de estancia nos damos cuenta que ya hemos adquirido hábitos que nos pueden ser útiles para el resto de nuestras vidas”.
EL SERVICIO HERMANA HOMBRES
El mayor Leo Germán Guzmán, jefe del Centro de Preparación de la Región Militar Sancti Spíritus, asume su tarea con la convicción de que el Servicio Militar Activo hermana a los jóvenes y los dota de herramientas esenciales para su vida futura, entre ellas, los forja para la defensa de la Patria y les crea hábitos de vida.
“Dando continuidad al proceso de preparación del Ejército Central, este año tenemos concebido realizar siete preparaciones básicas de reclutas —explica el mayor—. Actualmente el primero de esos grupos realiza la preparación previa y en la misma contamos con 144 jóvenes, de ellos 48 tienen recomendaciones médicas, aunque a pesar de sus limitaciones pueden realizar otras funciones en el Servicio Militar, lo cual no les impide prepararse para defender la Patria si fuera necesario”.
¿En qué consiste la preparación básica que imparte el centro?
El joven viene al Servicio Militar Activo por un período de un año o de dos años. Por un año —en realidad por 14 meses— vienen los que tienen becas para estudiar carreras universitarias y el resto permanecen por dos años en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Muchos de estos jóvenes son ubicados en unidades del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), donde realizan distintas labores y devengan un salario que les permite contribuir a la economía familiar.
La preparación de los reclutas está concebida en cuatro semanas. Los jóvenes sufren un cambio brusco en su vida habitual, ya sea en la convivencia en la vida de unidad, o en actividades físicas que algunos por indicaciones médicas o dejadez no están habituados a realizar. Una gran parte de estos jóvenes son asignados a unidades de combate, donde cumplen el Servicio Militar Activo. Durante la preparación básica en nuestro centro, los soldados reciben clases de táctica, infantería, preparación física, topografía, reglamento, jurídica, preparación martiana marxista-leninista, sanitaria y tiro, entre otras.
Al terminar la previa, los representantes de las unidades de destino de los jóvenes vienen aquí, se reúnen con ellos y sus familiares y les explican la designación específica de cada uno. Allá continúan su preparación militar y puede ser que unos cumplan el servicio como soldados fusileros, otros como tiradores de lanzacohetes, tirador de ametralladora e, incluso, como artilleros.
El concepto que prevalece en la familia es que mi hijo no debe pasar trabajo; sin embargo, el mismo joven se da cuenta de que este tránsito por el servicio militar es importante para su vida futura, porque adquiere hábitos y habilidades no solo en la parte militar, sino también hábitos sociales que le son útiles después, tanto para su etapa de estudiante como para desempeñar un empleo una vez graduado, incluso para la formación de un nuevo núcleo familiar, pues hemos tenido la oportunidad de interactuar con muchos de ellos después de concluir su tránsito por las FAR y esa es la opinión que prevalece.
Cuando llegan aquí no saben tender una cama, no están habituados a levantarse a las seis de la mañana, no tienen hábito de preparación física. Al salir de las FAR ya conocen el manejo de las armas, el carácter deshumanizado del enemigo y, sobre todo, comprenden por qué el servicio militar es tan importante para Cuba, que tiene el enemigo a solo 90 millas.
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