Olga Lidia Pino Alejo, máster en Ciencias en Agricultura Sostenible y Especialista Principal del Centro Reproductor de Entomófagos y Entomopatógenos Melanio Hernández (CREE) ha pasado una gran parte de su vida en el Centro Reproductor de Entomófagos y Entomopatógenos Melanio Hernández, de Sancti Spíritus.
“Vine en el año 1982, hice mi tesis aquí y desde 1987 comencé como especialista principal; siempre he trabajado para enseñar lo que sé, mi hija decía que venía siempre con las mosquitas de su mamá, este es un trabajo muy lindo, a pesar de los sacrificios”.
Dicho centro ha conquistado la condición de Referencia Nacional del Agroalimento y Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar desde el año 2007 y se ha mantenido junto al CREE Uruguay entre los mejores en la lucha biológica en el país.
“Tenemos cinco líneas de producción fundamental de entomófagos y entomopatógenos porque cuando comenzó la producción en el año 1987 era solo la línea Lixophaga para el control de la plaga mayor de la caña de azúcar. En en el año 2000, cuando se hace el redimensionamiento de la industria azucarera, ya se diversifican las producciones en este centro y se incrementan cuatro líneas”.
El propósito, afirma Olga Lidia, es controlar diferentes plagas que atacan los cultivos agrícolas, ornamentales, hortícolas y frutales.
“Se ha ido trabajando y se han realizado muchas investigaciones para trabajar sobre la base de producir el hospedero y los biorreguladores con la calidad necesaria”, apunta la especialista.
Explica, además, que en el CREE han debido enfrentar también las dificultades económicas del país desde el período especial. “La tarea fue hacer muchas innovaciones y alternativas para poder mantener la producción”.
El CREE desde su fundación cumple los planes de producción y aplicación de los biorreguladores y se han reducido los índices de infestación de la plaga de la caña de azúcar, que es su principal objetivo.
La empresa cuenta con un consejo técnico asesor, además de brindar una capacitación constante del personal y en la producción de estos laboratorios lo fundamental es identificar los clientes potenciales para la comercialización, según explicó la especialista.
“La primera fortaleza que debe tener un centro como este es tener amor por la profesión porque hay que trabajar todos los días de lunes a domingo sin importar las inclemencias del tiempo y el personal debe estar plenamente capacitado.
“Todos los CREE se han mantenido en la lucha biológica por la constancia, la permanencia y capacitación constante que ha tenido el personal”.
El centro, integrado en su mayoría por mujeres, tiene la capacidad de cubrir todas las necesidades que se tienen para la producción cañera porque las áreas cañeras se atienden periódicamente desde antes de empezar la zafra y ha demostrado todos estos años que, a pesar de las dificultades con la materia prima, se mantiene la producción constante y de calidad, asegura esta mujer de ciencia que tiene al laboratorio como su vida.
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