Los recuerdos se convierten en el mejor sostén ante la pérdida del ser querido. Llegan al papel en blanco como tablas de salvación por el dolor, la tristeza, la angustia. Se convierten en los mejores espejos de las esencias de los seres humanos.
Sucede así con el más reciente alegrón del escritor espirituano Ariel Fonseca Rivero. Su novela Yo maté a mi madre sedujo al jurado del XXIX Premio Nacional Emilio Ballagas.
“Un joven pierde a su madre y, a través de la añoranza, busca desesperadamente algo a lo que aferrarse —manifiesta Ariel—. Lo único que le quedan son recuerdos, algunos reales, otros inventados, con los que pretende no olvidarla”.
Pasajes pequeños y rápidos, que rozan con la poesía, convocan a la lectura de esta nueva propuesta literaria. Ariel Fonseca vuelve a demostrar que domina las técnicas literarias.
“Los ideé así para que el lector acoja de manera independiente cada capítulo porque, aunque el pretexto sean la madre y la añoranza, cada fragmento puede leerse por separado, disfrutarse y entenderse de igual manera”.
El galardón de Yo maté a mi madre garantiza su publicación por la Editorial Ácana, de Camagüey.
“El título parte de la incertidumbre que queda cuando alguien muy cercano e importante muere, como es la madre. También de las interrogantes que se llegan y te atormentan todo el tiempo en torno a si se hizo lo correcto o no, qué pudo mejorarse, de cuáles cosas te arrepientes; un poco la culpa de las cosas que no quedaron bien en la relación madre-hijo.
“También se deriva de la famosa frase: hijo, me matarás del disgusto. Una madre a veces no puede entender por qué nosotros no hacemos lo que ellas quieren. Todo eso envuelve ese título. Y creo que es muy bueno, porque es el adecuado para mi texto”.
De acuerdo con este joven, concursar en el Premio Nacional Emilio Ballagas 2023 fue todo un reto y una aspiración personal, tras merecer el pasado año primera mención del certamen por un libro de cuentos.
“Después de mucho empeño decidí continuar con un proyecto que tenía. De alguna manera colapsó en mi interior lo que me martirizaba y salió convertido en literatura. Realmente estoy muy complacido con el libro; más allá de alzarse con el premio, el texto me gusta”.
Suman ya unos cuantos premios en el currículo. ¿Destino y casualidad?
“No, en lo absoluto. He tenido un poco de suerte en algunos concursos. Soy de concursar mucho. Ojalá ganara todos. Pero sí creo que Yo maté a mi madre estaba destinado a ganar este certamen. El que floreciera esta historia justo ahora, el que terminara el libro un día antes y el que me tocara este jurado, porque el jurado tiene culpa de que ganes o pierdas, son signos de que el lugar de esta novela era en el Emilio Ballagas, y no otro”.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.