Si se fuera a escribir la historia de la Villa San José del Lago, situada en la localidad de Mayajigua, al norte de Sancti Spíritus, además de hacer referencia a sus místicas aguas medicinales, con propiedades curativas, que, desde la fundación del centro, el 20 de mayo de 1940 lo han caracterizado, habría que referirse también a la presencia de aves peregrinas llegadas de otros parajes para anidar y reproducirse allí, algunas de las cuales aún permanecen, a pesar del cambio climático y las variaciones del tiempo.
Ese es el caso de Paco, el flamenco rosado que figura como único sobreviviente de una familia de seis, que habitó en el lago por muchos años y ahora fantasea con ser parte del público que visita la instalación en cualquier época del año. Un ave que, según dicen algunos trabajadores, nunca se acercaba a las personas, pero en tiempos de covid, cuando la villa recesó sus labores, estuvo enfermo y tras atraparlo para poder atenderlo, se fue familiarizando con los humanos, al punto que hoy se siente a gusto entre ellos.
“Esta es una de las mayores atracciones del lugar, porque nunca se ha visto a un flamenco que come pan, pizza o cualquier otro alimento que se le ofrece; sin agredir a nadie y hace piruetas para que lo aplaudan. A los niños les encanta”; refiere Oneida García, una vacacionista residente en Florencia, quien disfrutó de un pasadía en la emblemática instalación perteneciente al Grupo Hotelero Islazul, de la provincia espirituana.
LA MAGIA DE UN HOTEL QUE SEDUCE AL VISITANTE
Los Lagos de Mayajigua, como todos lo conocen, están premiados por una belleza natural, con amplios jardines decorados con plantas ornamentales, sauces llorones, palmeras altísimas, cocos y un césped verde intenso, que no muestra signos de sequía, al parecer por estar rodeado de aguas que emergen desde un manantial y se desplazan entre las piscinas, los lagos y una cañada, lo que le aporta frescura al entorno.
Quien vio este sitio tras el paso del huracán Irma, con decenas de árboles sobre el suelo y una imagen maltrecha, no imagina que hoy, a la vuelta de unos años, se presente cual si fuera una postal salida del pincel de un artista de la plástica; claro, detrás de este resultado está, sin duda, el esfuerzo y sentido de pertenencia de su colectivo.
Pero Los Lagos son más que eso, allí el visitante puede encontrar un servicio esmerado, en cualquiera de sus instalaciones gastronómicas o recreativas, con diversidad de ofertas no muy económicas, pero sí bien elaboradas, como son: las del restaurante El Italiano, La Ceiba o El Fortín, incluso, las del ranchón El Guajirito donde se puede consumir la mejor piña colada de toda el área, hecha con la propia masa del coco que se oferta, así como las del bar especializado en la venta de cerveza, cocteles y otras gamas de bebidas; así como las de la cafetería móvil, con sus panes con minuta y granizados, que tanta demanda tienen en esta etapa estival.
Este centro turístico del norte espirituano posee unas 60 habitaciones, entre dobles y triples, con el confort necesario, en las cuales se hospedan clientes de diversas partes, aunque los más recurrentes son los de las provincias de Sancti Spíritus, Villa Clara y Ciego de Ávila, quizá por la cercanía, pero el caso es que se puede reservar desde cualquier agencia de Islazul del país o ir tras el servicio de pasadías.
De cualquier forma, Los Lagos son más que entorno y belleza natural, allí puedes encontrar también uno de los mejores espectáculos culturales del territorio, con la interpretación de cantantes locales y un cuerpo de baile, que se esfuerzan, junto a Pachi Aparicio, su director artístico y los demás integrantes del equipo de animación, por ofrecer un rato ameno en el horario nocturno, acompañando de los refrescantes cocteles y la buena música grabada.
PREGUNTAS SIN RESPUESTAS
Pero a diferencia de Paco, no todo es color de rosa allí, y para que la estancia en la villa llegue a ser más plena, sería oportuno responder al visitante por qué la piscina termal, una de las mayores atracciones del lugar, permanece cerrada al público.
Por qué la otra piscina aledaña al principal restaurante del centro, está vacía y no se acometen trabajos para recuperarla; o por qué la gastronomía funciona solo en horarios diurnos, es decir; hasta las 5:30 de la tarde.
Todas esas interrogantes podrían haberse explicado si la periodista hubiese podido acceder a las informaciones solicitadas para este trabajo.
De igual manera, la invitación está en pie, para quienes deseen pasar allí una estancia mucho más prolongada, y opten por deleitarse no solo con la belleza del entorno, sino con las peripecias de Paco, el flamenco rosado, que cuando escucha la música camina entre el público, mueve la cabeza de un lado a otro y si lo aplauden, abre sus alas en señal de bienvenida a Los Lagos.
Un hermoso lugar