La reunión en la selva de Darién entre los presidentes de Panamá, Laurentino Cortizo; y su par tico, Rodrigo Chaves, será otro esfuerzo por contener los crecientes flujos de migrantes irregulares rumbo a Estados Unidos.
Chaves arribó la víspera en visita oficial por el Aeropuerto Marcos A. Gelabert, de la ciudad de Panamá, y según la agenda se trasladará junto a Cortizo esta mañana al territorio fronterizo con Colombia donde realizarán un sobrevuelo por los puntos donde a diario ingresan miles de viajeros procedentes de Suramérica.
Ambos mandatarios sostendrán antes un encuentro privado para luego encabezar la reunión binacional de sus gabinetes en la localidad de Lajas Blancas, donde está enclavada una Estación de Recepción Migratoria (ERM) y la brigada oriental del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), conoció Prensa Latina.
La delegación anfitriona también la integran la canciller Janaina Tewaney; los ministros de Seguridad, Juan Manuel Pino; de Gobierno, Roger Tejada; y de Ambiente, Milciades Concepción; así como la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine.
La conforman, además, el director de Senafront, Jorge Gobea; y el titular del Servicio Nacional Aeronaval, Eliécer Cárdenas.
Por su parte, a Chaves lo acompañan el canciller Arnoldo André Tinoco; el titular de Seguridad, Mario Zamora; y el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez; así como la embajadora tica en el istmo, Ingrid Picado.
A inicios del pasado mes de septiembre, los ministros de Relaciones Exteriores y de Seguridad de ambos países realizaron un encuentro bilateral, en el que acordaron la adopción de medidas frente a la creciente ola migratoria que afecta a ambos países en ruta hacia Norteamérica.
Las partes han compartido su genuina preocupación ante los desafíos que plantea esta migración y con ello, el aumento del crimen organizado y del flagelo de la trata de personas, en cuyo escenario el permanente contacto bilateral ha sido clave, indica una nota diplomática.
Los peligros de la migración irregular y la presencia de un significativo número de menores en este flujo es un asunto que reiteradamente Panamá ha venido visibilizando, por los riesgos a los que miles de personas se someten en su tránsito por el Parque Nacional Darién.
Estadísticas oficiales en Panamá señalan que, de enero a septiembre último, rumbo a Estados Unidos, han transitado por el Parque Nacional de Darién poco más de 400 000 personas, y al final de 2023 podría llegar al medio millón de caminantes, en su mayoría venezolanos, ecuatorianos y haitianos, aunque también se registran ciudadanos de naciones asiáticas.
Recientemente, Chaves firmó un decreto que declara la crisis de la migración irregular como Emergencia Nacional, lo cual permite tomar medidas administrativas, operativas y económicas y trabajar con procedimientos más ágiles para apoyar las labores de las instituciones relacionadas con la protección de las familias que ya se encuentran en las fronteras.
Panamá por su parte, lanzó la campaña “Darién no es una ruta, es una jungla” y anunció acciones como el incremento de deportaciones, cambios en las estaciones de recepción en comunidades indígenas y controles más severos en aeropuertos y otras vías formales de ingreso al país.
Ambos mandatarios apuestan por garantizar una migración controlada y segura, pero requieren de apoyo internacional y demandan responsabilidad compartida entre las naciones emisoras, de tránsito y de destino.
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