Aunque desde los seis años hasta los 42 que tiene hoy, Yunielis Castillo Carmenate se ha conducido entre balones, su designación como nuevo director de la principal selección nacional de fútbol, la Absoluta como le dicen, revolvió la polémica dentro y fuera de Cuba.
Para algunos cayó del cielo, para otros salió de la nada. No pocos aplauden la decisión y muchos le han felicitado desde varios rincones. Lo cierto es que en horas salió del relativo anonimato de su hogar en el reparto espirituano de Kilo-12 a la cancha de la picota pública.
A su espalda, las credenciales que nutren su currículo: medallista de oro, plata y bronce en sus años como atleta escolar y juvenil, cuando fue mejor jugador y líder goleador, director de equipos de esas propias categorías, nueve años al frente de la selección espirituana de primera categoría, con dos quintos lugares que igualaron la mejor actuación histórica, director técnico (DT) de la Sub-20 y entrenador de la Absoluta por tres años.
Aun así, cuando otros esperaban un DT extranjero, la Federación Cubana lo convierte en el primer técnico espirituano que dirige al más alto nivel de cualquier deporte en Cuba. Escambray aprovecha esta “previa” antes de que inicie los 90 minutos más largos y tensos que haya encarado hasta hoy. En offside, Papo, como le conocen aquí, acepta el primer pase.
¿Ríes o lloras?
“Muy contento y feliz. Llevo tiempo preparándome, muchos no me conocen pero en el fútbol he estado desde niño, he transitado por la escalera, algunos del ente de Concacaf, me felicitaron. El reto es fuerte, pues se aproximan competencias duras, lo mío es que cuando el equipo salga a la cancha se vea el trabajo y hacerlo lo mejor posible, tenemos mucha fuerza e ilusión para enfrentar lo que viene”.
Recientemente estuviste en Italia, ¿qué te dejó esa experiencia?
“Tuve la dicha de participar en un curso en Italia para obtener la licencia UEFA A profesional y sin la cual no puedes dirigir un equipo internacional y demás. Fueron 40 días muy provechosos, corroboramos que es el mismo fútbol, el mismo trabajo, un poco más consolidado, de mucho rigor y directo a los principios de juego: los tácticos individuales y colectivos. Interactuamos con profesionales y entrenadores del más alto nivel y aprender, sobre todo, los principios ofensivos y defensivos especialmente este último, porque en el Caribe se usa uno más ofensivo y comprobé lo que me dijeron desde niño: no hay mejor ataque que una buena defensa. Salimos más fortalecidos para enfrentar este reto”.
Ilusión y teoría, ¿cómo traducirlas en un país que es pobre en fútbol y no acaba de despegar internacionalmente?
“Es difícil pero no imposible. En Cuba no se especifican bien los conceptos tácticos individuales y colectivos, es una tarea que llevamos varios años insertándola, a veces hacemos cosas y no sabemos por qué, he aprendido que el entrenador puede saber mucho pero si los jugadores no saben, no se logran las cosas; el atleta tiene que ser muy inteligente y estar preparado muy bien físicamente en cuanto a potencia, fuerza y demás; queda enfocarnos, hacer una labor integrada y trabajar mañana, tarde y noche, teoría y práctica, no hay de otra. En Cuba sí hay talento lo que hay es que pulirlo bien”.
Pero ese talento no acaba de cuajar y para muchos seguimos con un fútbol físico, rudimentario y falto de ideas…
“Lo hemos visto, tenemos hombres fuertes, pero hay que ver en la posición que juegan y cómo los empleas, porque tiene que pensar, pues debe tomar decisiones rápidas y eso nos cuesta a veces”.
¿Cómo curar las heridas de la emigración y el abandono?
“Tiene que ver con el despegue, es difícil, tenemos talentos, los preparamos, les damos un seguimiento por la escalera y cuando llegan al tope donde les puedes sacar el rendimiento, se te pierden; ahora mismo, de los cinco que se quedaron más recientemente, tres o cuatro eran la base para este nuevo ciclo; eso nos viene pasando mucho, el único país que lo sufre somos nosotros, es difícil, pero vamos a intentarlo”.
Traer legionarios tampoco le ha resuelto el problema.
“Mucha gente habla de legionarios, jugadores que están afuera, no es tan fácil, los hemos insertado, fui parte de ese proceso cuando los empezamos a traer, trabajamos con ellos y los probamos internacionalmente, pero no todos tienen el nivel top que pensamos y queremos. Todo el mundo quiere que los traigan, pero no todos por el simple hecho de estar afuera tienen la calidad necesaria para enfrentar un torneo de primer nivel, muchas veces en Cuba los tenemos mejores, aunque son amateurs, los hay en Costa Rica, Guatemala a un buen nivel, pero no los tenemos en Europa, solo a Onel Hernández, los demás juegan en segunda división en Finlandia, Gibraltar; sin embargo, países como Haití y Guadalupe los tienen en primera y segunda división de Francia, Inglaterra. Tuve la dicha de ver la selección italiana de mayores, Sub-19, Sub-21, son niños que están en clubes desde pequeños y se les pule bien, tienen la experiencia de jugar a estadio lleno, de todas maneras seguimos trabajando en esa inserción”.
Más allá del patriotismo, ¿qué tanto choca el bolsillo, pues por poco que ganen, siempre va a ser más que aquí?
“Choca bastante, sabemos que cuando salen empiezan a ganar dinero, tienen otras comodidades; si rinden, logran tener cosas que le cambian la vida y la mentalidad, a la hora de venir a la selección nacional buscan otras cosas porque es prestigio y seguir subiendo su nivel, cambiar de clubes, ellos comparten con atletas de otros países que están en similares situaciones, se comparan y te exigen, es un trabajo minucioso, al detalle, porque puede costar que alguno decida no venir más. Hay una escala de pago ya convenido y se paga por el Inder, esa es la que tenemos. Con lo del patriotismo todo el que nace en Cuba lo lleva en la sangre, cuando suena el himno o ve la bandera, donde quiera que esté, lo siente; pero no se trata de eso, muchos vienen y dicen: ‘Vamos a luchar porque es nuestra selección, el país’, pero hay que atender al atleta, al entrenador, solucionando estas cosas se puede lograr un objetivo final”.
La Absoluta es expresión del torneo doméstico…
“Es lo máximo que tenemos, sabemos en qué circunstancias se hace, con un esfuerzo extraordinario se han logrado mantener esos campeonatos, tener un torneo de apertura y otro de clausura, con muchos problemas porque sabemos por lo que está atravesando el país, también nos ayuda el dinero que pone la FIFA, sobre todo el transporte, hay muchos deportes que llevan tres años sin jugar; muchas veces no hay el apoyo de las provincias, en un partido no están ni las autoridades del Inder, ni la parte médica, ambulancias, la policía; pero seguimos adelante, sacamos los partidos y los jugadores tienen que seguir, como todo cubano, superando escollos, barreras, luchando por lo que todos queremos: levantar el fútbol”.
¿Y la ayuda de la FIFA?
“La FIFA da un dinero, pero no todo es para la selección Absoluta, es para todas las categorías y el fútbol juega internacionalmente en todas; está el femenino, el Sala, cada vez que un equipo sale a una competencia tiene que llevar dinero, el Sub-20 por ejemplo por elegir a Uruguay y después ir al premundial, solo ahí se fueron 200 000 dólares y Cuba no tiene ingresos como otros, ya el fútbol no regala nada, al país que llegues, tienes que pagarlo todo; o sea, que el dinero no da”.
¿Cuánto conoces a los jugadores a los que dirigirás?
“A todos. Fueron mis alumnos en las categorías inferiores, incluso seguimos con la Sub-20 para enfrentar el torneo del año que viene, estuvieron conmigo en el Sub-17, con ese grupo hemos trabajado en concentrados y convocatorias en provincias, muchos están en la Absoluta, ya hemos interactuado, tenemos poco tiempo, es cambiar el chip metiéndole el del nuevo ciclo y el nuevo modelo”.
¿Cómo planeas “fabricar” los goleadores que Cuba no tiene?
“Pregunta difícil… los jugadores están: Yanier Matos, que en la temporada anterior anotó 12 goles en la liga de Guatemala; Saprisa y Daniel Díaz, que han hecho algo similar en Costa Rica, solo falta insertarlos en el nuevo sistema y darles confianza, hay que buscar los cubanos que cumplan los requisitos de Concacaf, de FIFA y Cuba, con otros estamos viendo su estatus migratorio, es lo que tenemos”.
Además de dinero, el fútbol es tecnología, ¿cómo insertarte en ese escenario desde un país que no tiene casi ni computadoras?
“Es otra tarea bien fuerte. En Italia tuvimos varias clases con analistas, que al final son entrenadores, cada equipo tiene dos analistas, mucha tecnología, te ponen todo en la mesa, acá todo lo tenemos que hacer nosotros, son horas de trabajo, de estudio, ir a Internet, en parte es bueno porque si no estudias al contrario no sabes a qué te enfrentas y así preparas mejor al equipo”.
¿Cuándo comienzas a rodar el balón con el traje de DT?
“El 13 iniciamos la preparación, hemos planteado tener dos grupos: uno de 13 o 14 legionarios que están fuera del país, otro de cerca de una decena de jóvenes dentro del país, necesitamos que vengan con deseos e ilusión de obtener un gran resultado, el 8 de septiembre es el partido vs. Haití, que es de los más duros del área con varios jugadores de ligas extranjeras; el 12 enfrentamos a Surinam, en Santiago de Cuba, todos juegan en Europa, nos queda hacer una selección sólida, plantarnos bien y comenzar el camino”.
¿Qué tanto se puede aspirar a subir al menos en el área?
“Ya en Concacaf no hay nada fácil, no hay equipos pequeños, Antigua y Barbuda no es miembro de la FIFA, muchos cubanos van a esa liga, aunque no es profesional y casi clasifica para Copa de Oro, porque busca sus jugadores en Europa. Puerto Rico, que nunca había sonado, los busca en Estados Unidos y te puse el ejemplo anterior”.
Muchos creen que, así como Brasil no puede aspirar a más en el béisbol, Cuba no puede hacer lo mismo en fútbol.
“Todo se puede, hoy el fútbol es el deporte más participativo que hay en el país, todos los niños quieren jugarlo y los padres quieren anotarlos en un área y eso cuando era yo pequeño no pasaba. Es verdad que se han perdido terrenos, áreas, pero hay que rescatarlas, el país se ha abierto y varios jugadores se han contratado. Uruguay nos está pidiendo jugadores, hay proyecciones con el Atlético de Madrid que quiere venir a hacer escuelas en Cuba y eso es grande, ojala se dé, lo de que las personas vayan al estadio es otra cosa, no tenemos infraestructura idónea, si las gradas de la Formadora, como le dicen, tuvieran techo y se pudiera jugar a las siete de la noche, se llenan, no es fácil jugar a las tres de la tarde con el sol de frente, así y todo las gradas se han llenado de acuerdo con los resultados, mira la misma Polar no ha podido techarse”.
Ver a Cuba en un mundial, ¿sueño lejano o imposible?
“Difícil sí es, imposible no, la gente piensa que para el próximo mundial hay tres cupos porque se quitaron a las tres potencias, pero en Concacaf no hay enemigo pequeño como te dije, quedan países como Costa Rica, Honduras, que son fuertes, mundialistas y con muchos jugadores insertados en ligas extranjeras en el primer nivel que Cuba no tiene; pero el cubano está acostumbrado a luchar y la ilusión que tenemos es buscar esa clasificación”.
¿Sabes que muchos esperaban un extranjero como DT?
“Es normal, la gente pide, se mira en el espejo de otros países, quiere ser como ellos, los que estamos dentro sabemos que es difícil, el técnico extranjero que menos cobra recibe mensualmente unos 20 000 dólares, y Cuba no tiene dinero para eso, como mismo fui yo pudo ser otro porque aquí hay entrenadores preparados, tenemos la dicha de que somos todos graduados de Cultura Física, mal que bien son seis años de estudio, es carrera de alto rendimiento, ¿qué nos falta?: ese roce internacional que se adquiere dirigiendo desde niño, a veces los seleccionadores de equipo nacional nos pasamos tiempo sin estar en cancha y se está buscando la manera de insertarnos en ligas foráneas para estar en el día a día que es donde aprendes, el que quiere crecer tiene que mirar mucho fútbol, estudiarlo, enfocarse, porque cambia día a día, los de aquí sabemos lo que tenemos y eso es primordial; soñamos con tener un Messi, un Cristiano, un Mbappé, pero nos los tenemos y hay que soñar con estos muchachos que también quieren crecer y tienen talento”.
Con una primera mitad a punto de consumir y sin pensar en penales, Papo vuelve al celular donde cientos de mensajes le esperan, para bien y para mal. Desde la calle un vecino le desea la mejor de las suertes. “Miro las redes y nos reímos de algunas cosas, no te puedes molestar porque la gente es libre de hablar lo que entienda, pero me ha llamado mucha gente que ha seguido nuestro trabajo de años, gente que me conoce del barrio, otros que ni me conocen, solo me queda trabajar y dar lo mejor, y sí, soy espirituano hasta la muerte, sé que la responsabilidad me hace viajar mucho, estar fuera de casa pero es difícil dejar tu pedacito, aquí estamos para sacar en alto el nombre de Cuba, de Sancti Spíritus y de Kilo-12”.
Fue una valiente y sabía elección, Castillo, o Papo, cómo le llamamos los espirituanos, no es para nada un improvisado, respira fútbol, posee profundos conocimientos, es inteligente y tiene la capacidad de liderar; démosle un boto de confianza y seamos razonables en nuestras aspiraciones, una selección no se va a dormir en la noche con bajo nivel y amanece en la élite, necesita tiempo, apoyo, mucho trabajo y entrega, Papo es trabajador y sumamente dedicado, vertamos en él la confianza que se ha ganado.