Después de una larga espera, llegó una noticia que estremeció la filial espirituana de la Asociación Hermanos Saíz (AHS): vio la luz el libro Pienso, luego investigo. (In)Experiencias y motivaciones de jóvenes cubanos. Es esa una idea gestada por un grupo de inquietos estudiosos con muchas ganas de hacer y compartir los resultados de sus pesquisas.
“En 2019 la AHS retoma el evento Pensamos Cuba, con la asistencia de todos los jefes de sección del país y coordinadores de espacios de debates y crítica —cuenta Liset López Francisco, como antecedente de la noticia que aún saborea con beneplácito—. Ya en Sancti Spíritus reflexionamos en hacer un espacio para visibilizar nuestros resultados. No es secreto que dentro de la organización somos los de menor presencia y menor reconocimiento mediático.
“Hicimos entonces el espacio teórico del evento de arte callejero Lunas de Invierno, el más importante de nuestra filial. Pero llegó la covid y nos movimos al escenario digital. Creamos el grupo de WhatsApp Comunidad Científica, jóvenes investigadores… con la presencia de residentes en todo el país y cubanos anclados en el exterior por cursar estudios en otras naciones. Logramos que ahí mensualmente se impartiera una acción de superación gracias a profesores de importantes nichos académicos como el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello y las universidades de La Habana y Central Marta Abreu de Las Villas. Entre las inquietudes detectadas en ese grupo están las escasas vías para publicar investigaciones. Entonces, presentamos la convocatoria del libro”.
Liset López, compiladora junto a Anette María Jiménez del texto que salió bajo el sello editorial Aldabón, de la AHS matancera, disfrutó sobremanera la presentación del volumen en formato digital, durante una de las jornadas del IV Congreso de la organización juvenil.
“En esta compilación podemos leer cómo los jóvenes investigadores construyen una mirada crítica y plural sobre diferentes fenómenos y procesos de la Cuba actual. Temas como la gestión del patrimonio cultural, los desafíos demográficos del país, la comunicación artística en la literatura y la música, la Ley de Memoria Histórica, la cohesión social y el papel de los expertos en el diseño y aplicación de las políticas públicas, entre otros temas, permitieron organizar el libro en cuatro grandes tópicos: estudios históricos, gestión y extensión sociocultural, cultura artística literaria y retos actuales de la sociedad cubana”.
Este resultado concreto de la filial espirituana, gracias a la labor de la editoral matancera, sirvió de ejemplo en el cónclave para demostrar cuánto se puede hacer por las alianzas en favor de estimular el pensamiento de los jóvenes.
“Durante la presentación en la Comisión 1 de Literatura, Crítica e Investigación, se estimuló a seguir presentando los proyectos a las editoriales. Luego se acercaron algunos interesados en tener también un espacio en este tipo de compilación. Por tanto, estamos pensando en preparar una próxima convocatoria que se daría a conocer en la V edición del evento Comunidad Científica de Jóvenes Investigadores. Igualmente se socializará en el grupo de Telegram de este gremio, el cual se ha mantenido activo y en el que una vez al mes sus integrantes interactúan sobre diversos temas de gran interés para los investigadores”.
La filial espirituana de la AHS ya anunció que dicho evento tendrá lugar los venideros 14 y 15 de diciembre y llevará como temática central el derecho de autor de los investigadores y escritores. Conferencias y presentaciones de libros convertirán a Sancti Spíritus en esas jornadas en la capital del pensamiento joven cubano.
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