La etapa estival se asocia a diversión, paseos, excursiones, playa… Y muchas de esas actividades se disfrutan al aire libre, sin tener en cuenta en ocasiones que la radiación solar, el calor, la humedad y el sudor excesivo constituyen un riesgo importante que favorece el desarrollo de gérmenes y, con ellos, el aumento de las afecciones cutáneas.
¿Por qué es importante extremar los cuidados de la piel en verano? En busca de respuestas y, sobre todo, recomendaciones dirigidas a prevenir la aparición de algunas de estas patologías, Escambray dialoga con el doctor Carlos González Albalat, especialista de Primer Grado en Dermatología y Profesor Auxiliar de la filial de la Universidad de Ciencias Médica en Trinidad.
Con una extensa formación en distintos ámbitos de la especialidad y vasta experiencia en consulta, el galeno insiste en los daños que ocasiona la exposición excesiva a los rayos ultravioletas y el incremento de enfermedades dermatológicas a causa de las altas temperaturas que, aun sin establecer récord, andan marcando alto por estos días.
“Entre las afecciones más comunes figuran las queratosis, o sea las manchas ásperas y escamosas en la piel, que aparecen en la cara, los labios, las orejas, los antebrazos, el cuero cabelludo, el cuello o el dorso de las manos; los grandes grupos de lesiones pre malignas y el cáncer de piel en todas sus variedades.
“No menos frecuentes son las dermatitis agudas producidas por la radiación solar y que se manifiestan en forma de manchas blancas en las zonas del cuerpo más expuesta. Algunos las atribuyen erróneamente a una giardiasis, pero hoy se considera una respuesta exagerada en niños con antecedentes de atopía (una excesiva actividad del sistema inmunitario a nivel del sistema respiratorio y de la piel).
“Las quemaduras solares son muy traumáticas. Estas se caracterizan por enrojecimiento, dolor, ampollas y descamación de la piel, sobre todo en los menores. A veces hay que hacer curas muy dolorosas; lamentablemente he atendido varios casos”.
¿Pero asociadas a estas condiciones climáticas se encuentran otras afecciones muy molestas también?
Sí, las micosis constituyen uno de los motivos principales de visita a las consultas de Dermatología. Son producidas por el calor, el aumento de la humedad relativa y el sudor, una higiene inadecuada y el uso de piscinas.
La pitiriasis versicolor, conocida popularmente como güito, es una de ellas; generalmente aparece en las partes cubiertas por ropa, porque se alimenta del sudor, la humedad y la oscuridad.
También acuden a consulta muchos pacientes que se quejan de lesiones en la zona inguinal (verijas) y no es más que una micosis conocida como eczema marginado de hebra, que en el diabético podría ser una cándida.
Hay igualmente un aumento considerable de las infecciones de la piel producidas por bacterias como los estafilocos, que ocasionan los dolorosos forúnculos, así como los impétigos contagiosos en los niños.
¿Además de los factores ambientales ya mencionados, existen otras causas asociadas a la aparición de estas afecciones dermatológicas?
Cualquier persona puede padecer este tipo de patologías, pero sin duda existen algunas condiciones de salud que influyen en su aparición o exacerban algunos síntomas, como la diabetes, enfermedades debilitantes, entre ellas las del tejido conectivo a causa de tratamientos prolongados con esteroides que disminuyen la respuesta inmune y el VIH.
También están las personas que se exponen largas horas a condiciones extremas de calor, humedad y sudor; por ejemplo, los pescadores, los trabajadores agrícolas o de la construcción, considerados entre los grupos de riesgo.
Pero en sentido general las causas son multifactoriales.
¿Y las lesiones malignas son más frecuentes también en consulta?
Cada año la incidencia de cáncer de piel es mayor y la recurrencia también en pacientes operados previamente de una lesión.
Entre las causas se consideran los factores ambientales, el daño a la capa de ozono y como consecuencia de ello la liberación de gases tóxicos, el aumento de la intensidad de la radiación ultravioleta y de las temperaturas en todo el planeta.
Afortunadamente, la población hoy posee mayor información sobre estos aspectos y más conciencia en cuanto a la necesidad de cuidar ese órgano tan importante que es la piel. Junto a estas acciones educativas debe mantenerse una pesquisa activa que permita la detección precoz de estas afecciones en las áreas de salud.
¿Cómo valora los resultados tras la aplicación de la vacuna cubana Heberferon para el tratamiento del cáncer de piel?
Cuando comenzó el ensayo clínico de la vacuna en la provincia, Trinidad fue uno de los municipios pioneros. Los tumores desparecían o reducían su tamaño y podíamos hacer la cirugía o trabajar en la recidiva
En los estudios se comprobó que la mayor incidencia está en las localidades de Cabaiguán y Trinidad. Cabaiguán por la ascendencia canaria y el fenotipo predominante en la población de esa comunidad.
Existen diferentes fenotipos, o sea la capacidad de la piel para asimilar la radiación solar debido a diferentes factores. Una persona de piel blanca, rubia y de ojos azules tiene mayor posibilidad de padecer este tipo de lesiones premalignas que una de piel oscura.
El Heberferón se logró a partir de anticuerpos que se combinan y activan el sistema inmunológico para que desaparezca el tumor. Se aplica en un tipo específico de cáncer de piel, el carcinoma basocelular, el más frecuente y el que más destrucción local ocasiona.
No obstante, tuvimos una paciente con un carcinoma de tipo epidermoide y al utilizar este fármaco cubano se redujo en su totalidad, lo cual puede suscitar nuevas investigaciones en ese campo. Los resultados tras la aplicación de la vacuna son magníficos.
¿Cuántos tipos de cáncer de piel existen?
Se reconocen dos tipos de cáncer cutáneo: el melanoma, que es el más peligroso por su tendencia a propagarse a otras partes del cuerpo o tejidos, pero tiene una baja incidencia; y el no melanoma. Dentro de esta segunda clasificación, encontramos los de células basales y los de células escamosas.
Los más frecuentes son estos dos últimos con sus distintas variedades clínicas. Suelen aparecer después de la quinta década de la vida, y en el sexo masculino, al ser los hombres quienes más se exponen, por cuestiones laborales, a las radiaciones ultravioletas.
Pero eso está cambiando; cada vez se diagnostican más pacientes jóvenes con lesiones malignas de la piel y también mujeres. El incremento es sustancial
¿Cuáles son los primeros síntomas que pueden sugerir este tipo de tumores?
Pueden aparecer como lesiones nuevas, pero también asentarse sobre lesiones que ya existen, llamadas queratosis. Son los pacientes que refieren: “medico, vine porque tengo una manchita que no sana, o un lunar que me pica o sangra”.
Estas afecciones surgen en los lugares más expuestos a la radiación solar, el rostro, la frente, la mejilla, los labios, las orejas, en la uve que deja el escote, en los brazos y los antebrazos.
Toda lesión que crezca, que no sane, duela, arda, sangre, que cambie el color o el contorno de su superficie debe constituir un síntoma de alarma y motivo de consulta al especialista en Dermatología.
¿Y las llamadas pecas?
Las efélides, conocidas como pecas por la población, son un tipo benigno de mancha en la piel que se presenta debido a un aumento del pigmento de melanina en la epidermis. Se caracterizan por ser de coloración parduzca o rojiza, no uniformes, que se localizan en las zonas descubiertas de la dermis expuesta a las radiaciones, principalmente en la cara, la espalda, el pecho y los brazos.
Aparecen en pacientes blancos y hasta cierto punto es un mecanismo de defensa; la piel se re pigmenta para protegerse del sol, aumenta el color en ese lugar como respuesta a la radiación ultravioleta, pero no son malignas.
¿Cuáles recomendaciones no dejaría usted de mencionar?
A todos nos gusta la playa y pasear en verano; sin embargo, bajo ningún concepto se debe olvidar el cuidado de la piel.
Y la primera medida es evitar la exposición al sol en las horas picos, es decir entre las diez de la mañana y las cuatro y treinta de la tarde, pues a pesar de todas las medidas, los rayos ultravioletas pueden atravesar las prendas de vestir y la película de protector solar una vez que se logra la barrera protectora.
Se habla también de los efectos nocivos de la radiación solar indirecta cuando permanecemos, por ejemplo, bajo un árbol, sombrilla o portal.
Si se realiza cualquier actividad al aire libre es recomendable usar ropa de manga larga, sombrero de ala ancha, sombrillas o gorras, e incluso cambiar algunas rutinas como lavar en el horario de la noche.
Si se va a la playa, el protector solar debe aplicarse media hora antes de la exposición porque es cuando se produce la pantalla protectora. Además, se recomienda renovar cada dos horas y debe ser resistente al agua.
Pero insisto, a pesar de poner en práctica todas esas medidas, lo más importante es no exponerse al sol en esas horas.
Se dice que la piel tiene memoria y el daño que le hagamos hoy puede manifestarse décadas después
Fíjate si es cierta esa afirmación que he tenido pacientes encamados que debutan con un cáncer de piel. Ahí entra lo de la memoria de la piel. Las radiaciones que vamos recibiendo en el transcurso de la vida tienen efecto acumulativo.
Frente a una exposición excesiva al sol puede presentarse una dermatitis aguda como respuesta inmediata, pero hablamos de las lesiones que aparecen con el paso de los años.
Por ello, es esencial tomar precauciones desde niños, pues, por decirlo de algún modo, nuestra piel no olvida fácilmente los daños. Se piensa que el principal enemigo es la exposición sin protección a los rayos solares, pero tampoco se deben descuidar otras medidas que tienen que ver con la correcta hidratación y una alimentación e higiene adecuadas para conseguir una piel saludable a edades avanzadas.
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