Aunque todavía sus seguidores sufren la pésima actuación de los Gallos al cierre de campaña, el quinto lugar que dejó fuera al equipo de la final de la II Liga Élite del béisbol cubano, con un adverso 18-22, es un resultado que se ajusta a los pronósticos precompetencia.
Pasiones aparte, vista la calidad del conjunto y la de los refuerzos que escogió, Sancti Spíritus lucía inferior al resto de los cinco elencos que animaron la fase regular del evento y, si no terminó en el mismo sexto lugar, fue porque Santiago de Cuba se convirtió en la gran decepción de la justa y concluyó último.
Solo que un arranque fuera de vaticinios, cuando lideró incluso la campaña o coqueteó con la cima en la primera mitad, hizo soñar a algunos con una clasificación que, por cierto, era posible, en matemáticas, hasta la última subserie. Pero los Gallos se desinflaron: en los cuatro cotejos particulares finales solo pudieron ganar cuatro de 16; nada les funcionó, ni siquiera el pitcheo cerrador, uno de los puntales.
Llegar con el agua al cuello a la última subserie, obligados a ganarle tres a Las Tunas en patio ajeno era como pedirle peras al olmo; más porque se trata de un equipo que, incluso “mezclado”, preserva esa incapacidad de sacar el extra en momentos de presión. Pero su tumba comenzó a cavarse antes, cuando no pudo impedir llegar a ese extremo de opciones.
Desde que se armó el equipo, no esperaba demasiado del bullpen más discreto de todos y carente de un líder, y la estrategia de Lázaro Martínez de “empatar brazos” inning a inning, similar a la aplicada en la Serie Nacional, no le funcionó. Sus refuerzos en esta área no estuvieron a la altura de las exigencias y los propios respondieron a medias.
Las estadísticas lo dejaron muy claro. El pitcheo en general, apaleado con furor en los finales, fue el peor de todos con 5.30 PCL, marcado por el desastroso 6.15 PCL de los abridores. Un dato refleja el poco aporte de los “importados”: entre siete hombres apenas pudieron ganar siete juegos y el peor saldo fue el del holguinero Wilson Paredes, con 1-4. De los espirituanos, el zurdo Ariel Zerquera, que parecía reivindicarse de su pobre desempeño en la Serie Nacional —cuando estuvo entre los primeros en efectividad y ganó cuatro juegos—, no fue el mismo tras su enfermedad y no pudo responder en los finales, cuando también falló uno de los puntales en los cierres: el derecho Yankiel Mauris, quien terminó con 5.14 PCL y solo tres salvamentos, aunque ganó tres juegos. El único del staff que no se despintó fue Yanieski Duardo, líder en salvados de la lid con 10 y un astronómico 1.73 PCL, razón que debe haber inclinado a Industriales a pedirlo como refuerzo para los play off.
La merma también atacó a la ofensiva, aquejada de la baja respuesta de los refuerzos, en especial el pinareño Yaser Julio González, quien antes de lesionarse apenas exhibía 230 de promedio y 12 impulsadas; mientras que Yasniel González, por problemas personales, apenas tuvo tiempo de ponerse el traje, con 35 comparecencias en las que logró ocho empujadas y bateó 370. Hay que reconocer el aporte ofensivo y anímico de Juan Carlos Arencibia, ahora refuerzo tunero, pero que al final descendió hasta 315, luego de liderar en un momento a los bateadores. Algo similar le ocurrió a Yunier Mendoza, que concluyó con 317.
No se puede aspirar a mucho de un bateo que no solo resultó penúltimo en el certamen con 281 (por debajo de la media de 285), sino por la escasa oportunidad con corredores en base: de 559 corredores en posición anotadora, dejaron de impulsar a 431. Una estadística es reveladora: mientras sus lanzadores permitieron más de cinco por juego, sus corredores solo anotaron 179 (unas 4.4 por partido). Y aunque conexiones no faltaron (364 hits, a 9.1 por encuentro), los batazos carecieron de fuerza al ser los de menor cantidad de extrabases: 65 (47 dobles, 5 triples y 13 jonrones). Individualmente, Frederich Cepeda (ahora refuerzo artemiseño, lo mismo que el lanzador Albert Valladares) volvió a sobresalir con 357 de promedio y máximo productor de carreras: 26 impulsadas y 16 anotadas, mientras Rodolexis Moreno le siguió con 356, 30 anotadas y 12 empujadas. Otro que bateó sobre 300 fue Juan Miguel Martínez, con 307 y 13 impulsadas.
En una campaña que tuvo sus mayores agujeros en la defensa, los espirituanos fildearon para 969, igual que Industriales y Las Tunas.
Como apuntara Lázaro Martínez, los Gallos nunca estuvieron completos y eso pudo haberle pasado factura, mas el quinto puesto es lo que más se les ajusta, tras haber montado en el tren de la Liga en el sexto y último vagón.
Creo que sí la provincia quiere mantener resultados en el béisbol es momento de que Eriel Sánchez retomé las riendas de director. A Lázaro Martínez hay que reconocer que asumió en un momento pero no sé debe esperar a cambiarlo cuando no se clasifique.
Gasomina motor, quema mal
No hablas de Cepeda
Creo que Todavía hace averaje y lo hará 10 años más pero no da tanto extrabase y no corre
Mal los jugadores..pero también Lázaro..muy mal dirigió momentos los juegos ..en los que cuando el contrario hacia 5 carrera ya por lo visto daba ir perdido los juegos…
Y si existe duda preguntar al pueblo…
El va a los centro nocturno sabe las causas
Es mas de lo mismo. Falta de lo que se sabe en añejo 20 años. Ir a pelear por un puesto en la última subserie contra el equipo que nos disputaba el lugar y encima de visitantes, el final era cantado. Se pierde los tres primeros y dos de ellos por nokao. Y el último que ya no existia presión es el que se gana. Demostrando que no es un problema de nivel. Es mas de lo mismo
Gracias Elsa por tu publicación!, mi criterio, fallaron en pedir los refuerzos, no analizaron las estadísticas individuales de cada refuerzo pedido , fallaron en una estrategia de ganar el 50 % de los juegos, tenían que ajustar y poner el picheo en función de dos juegos por sub series, fallaron en mover poco la alineación, insistieron en hombres muy mal a la ofensiva,, analizando los números de Yaser Julio y Ponce, las veces que dejaron hombres en posición anotadora y no pudieron impulsar, muchas veces bateando para doble play, a las clara se vio que no usaron la saber metria, muchos aficionados sabían que Paredes en su forma actual no era abridor ni en la serie nacional, campos no tuvo buena serie con cienfuegos y Alfonso ídem con villa clara, ¿podían hacerlo con los gallos?, pienso que no, en el béisbol actual no se puede jugar con el corazón, es de inteligencia y probabilidades, y debe jugar el que mejor este en forma. concluyendo mi opinión, no se clasifica porque no se usó los métodos actuales y se obviaron los análisis de cada derrota, eso fue lo que mostraron, felicidades a los jugadores y de los refuerzos al pinareño Arencibia
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No mencionaron la mala elección de los refuerzos, ni estrategias desacertadas en varios juegos.
Además terminaron desmoralizados.
Para mí hay que hacer un análisis objetivo de la dirección del equipo.