Como un comportamiento pocas veces visto en las últimas tres décadas puede considerarse el hecho de que Sancti Spíritus llegue a la temporada ciclónica sin ningún embalse bajo medidas de prevención hidrológica para garantizar la seguridad y operación de las obras por presentar problemas técnicos o constructivos.
Situaciones de esa naturaleza afectaron el sector hidráulico del territorio de forma casi ininterrumpida desde que en la década del 90 del siglo pasado ocurrieran fallos en los aliviaderos de las presas Dignorah y La Felicidad y luego, en el 2002, se produjo el deslizamiento en el talud de la cortina del embalse Lebrije.
Sobre las obras hidráulicas ubicadas en la cuenca del río Jatibonico del Sur se acometió desde entonces un amplio programa de rehabilitación con vistas a incrementar la seguridad en los embalses, recuperar capacidades de almacenamiento y crear condiciones para un mejor uso del agua en función de plantaciones cañeras, el cultivo del arroz y la ganadería.
Luego de concluirse en la presa La Felicidad los trabajos de reconstrucción del aliviadero y de rectificación y alargamiento del canal de salida, se puso prácticamente fin al programa de rehabilitación de estas obras en el territorio.
Fredesmán Jiménez Bravo, delegado de Recursos Hidráulicos en Sancti Spíritus, informó a Escambray que La Felicidad está a plena capacidad de operación —57 millones de metros cúbicos de agua—; no obstante, la inversión que prosigue en la Derivadora El Patio, aguas abajo, obliga a maniobrar con la capacidad de esa obra a la hora de manejar las aguas de la presa.
También precisó que, si bien últimamente el embalse Siguaney se pudo operar a máxima capacidad, prevalecía la necesidad de construir un parapeto en su cortina para evitar que las aguas sobrepasaran la corona, ejecución concluida recientemente, de manera que los embalses de Sancti Spíritus están para la etapa lluviosa en una mejor situación.
“La actual prevención que tiene la presa Zaza —920 millones de metros cúbicos de agua— no tiene nada que ver con problemas técnicos de la obra, es solo una medida de seguridad para operar el embalse por el riesgo que siempre entraña aguas abajo”, explicó.
“Todos los embalses están en condiciones técnicas para enfrentar el período de lluvias, a partir también de los mantenimientos que se les dan todos los años a los aliviaderos de compuertas para asegurar su funcionamiento, la revisión a los grupos de electrógenos que mueven esos dispositivos y el hecho de que el personal que opera las presas tiene experiencia en la actividad”, detalló.
En los días finales de mayo la provincia reportaba un acumulado de 417 millones de metros cúbicos de agua en sus embalses, equivalente al 35 por ciento de la capacidad total de llenado prevista.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.