Tras dejar atrás una estela de interrogantes, sinsabores y deudas con el espectáculo, la Liga Élite en su primera versión estrena el 2023 con una propuesta en la que también le va su propia vida, si es que la tuvo: los play off.
Más allá de los saldos de la fase semifinal y mucho más de la final para definir el campeón, el torneo intentará atraer al público que hasta ahora no logró para convertirse en el espectáculo al que todo evento deportivo aspira.
Para eso no habrá que esperar. Al menos ahora ya no tiene la competencia del espectáculo que terminó por ahogarla en el anonimato: la Copa Mundial de Fútbol, y cuenta con el incentivo de ver quién se lleva el premio mayor, aunque habrá que ver si el festejo se concreta con el ardor que supone una cita de esta naturaleza y si sus protagonistas son capaces de celebrarlo en colectivo, a partir de la integración territorial.
Un punto a favor es que tanto una como otra fase están pactadas a siete juegos al mejor en cuatro, y si no van de un solo lado, quizás despierten el interés de los aficionados representados en cada uno de los elencos, y de quienes les gusta la pelota, sea cual sea su procedencia.
Lo real es que, por el comportamiento de la fase regular, perdió un poco de brillo con la temprana escapada de Agricultores; más aún en sus compases finales, al definirse sin muchos problemas los cuatro clasificados, y también por la baja de varios peloteros de los que comenzaron en octubre.
Por lo que se vio en el terreno, parece que de los pareos Agricultores- Tabacaleros y Centrales-Portuarios, en la semifinal, emergerán para la discusión del título los dos primeros, no solo por las nóminas que mantienen, sino porque ambos tienen en su seno el alma de los elencos que en la Serie Nacional resultaron campeones y subcampeones: Granma y Matanzas.
Y para estos cruces breves, la capacidad competitiva cuenta tanto como el saber responder a las presiones de esos momentos claves. A esta altura poco aportan las estadísticas de cada conjunto ni la actuación individual de sus integrantes. Los play off, en cualquier deporte, suelen medir los números desde el candor del juego, en el que los nervios y hasta las estrategias deciden.
Mas el favoritismo no implica que será coser y cantar, ni tampoco hay que desestimar las armas de los contrarios: Tabacaleros que se precia de tener un buen pitcheo, ideal para torneos cortos como lo son las postemporadas, y Portuarios, que debió resurgir en los finales desde el fondo de la tabla de posiciones, con el arma de la combatividad, lo que le ayudó como a entrar en play off antes de tiempo.
De todas maneras, si los pronósticos, al menos esta vez, se ajustan a la realidad, Carlos Martí, que luego de anclar en la cima al décimo partido de la fase regular nunca más se bajó de ella, podría reconfirmar su clase de mánager ganador, aunque ese atributo no le haya dado ninguna silla en las principales direcciones de los equipos nacionales.
Sobre la grama de los estadios en competencia, un incentivo debe inyectar más a los protagonistas: el hecho de que el campeón será el representante de Cuba en la Serie del Caribe con sede en Venezuela en el cercano febrero y que, de manera general, quienes más luzcan deben integrar los equipos Cuba a los diferentes eventos beisboleros del 2023: los Juegos Panamericanos, los Centroamericanos y, claro, el Clásico Mundial de marzo, pero esa es harina de otro costal.
Quizás, estos alicientes, más el play off en sí, acaben por sacarle las ganas que hasta hoy no han mostrado todos los protagonistas de un evento que quiere encontrar otra vida, tras esta versión casi moribunda.
Respetada periodista, soy fiel seguidor de tus publicaciones en temas deportivos y en casi todo, como me sucede en este, coincido con tus enfoques y por lo tanto, solo quiero agregar que yo no sé si la estructura y el comportamiento de la «nombrada liga elite» ha alcanzado las expectativas de la dirección del beisbol y del INDER a las distintas instancias, pero lo que sí puedo afirmar, categóricamente, es que ha resultado ser un torneo sin atractivos y que menos interés ha tenido por parte de los aficionados a este deporte y en consecuencia, el que menos espectadores ha llevado a los estadios y a mi juicio este es un indicador que dice mucho, porque un comisionado nacional se puede equivocar en un proyecto, pero un pueblo entero no se equivoca y este es justamente el sentir de mi pueblo, expresado en redes sociales, comentarios en centros de trabajo, paradas de guaguas, colas, etc. y es que esta serie estuvo totalmente carente de motivaciones y se ha convertido simplemente en un espectáculo aburrido que ha trascendido desde gradas desérticas de exportadores hasta los medios de comunicación y lo digo porque ni siquiera los juegos trasmitidos por la televisión o por las cadenas de radio, han resultado de interés de la población.
Feliz año 2023 y ojala que el principal deporte nacional de Cuba, depare algo novedoso y de interés para los aficionados del beisbol en circunstancias en que el entretenimiento ahora, como nunca antes, mas le hace falta a nuestro pueblo.