De todas las vivencias de Rafael Muñoz Medina en sus 39 años como entrenador de pelota en Sancti Spíritus, de ellos 29 en Series Nacionales, formar parte del cuerpo de dirección del equipo Cuba al Quinto Clásico Mundial de Béisbol es la más extraordinaria.
“Fue una experiencia única en mi vida, muy linda. En la etapa de preparación tuvimos la oportunidad de intercambiar con profesionales de equipos japoneses, ver las prácticas, entrenar en estadios con alta tecnología, excelentes máquinas de bateo, muchos soportes para realizar esta acción, fue una etapa muy fructífera y hay experiencias que vamos a tratar de implementar acá con el equipo espirituano.
¿Cómo adaptarse a entrenamientos con esta alta tecnología y estos grandes peloteros?
Era un equipo complejo por la integración de peloteros de nuestras Series Nacionales, más los contratados en México, Japón y los de la MLB, todos venían de diferentes fases de preparación y se trataba de hacer un entrenamiento que aglutinara todo eso. Lo que hicimos fue individualizar y personalizar los entrenamientos, cuando llegaban nos retroalimentábamos de qué estaban haciendo en ese momento y así se hizo el proyecto del plan de entrenamiento para que cada uno hiciera lo que necesitaba de acuerdo a sus experiencias deportivas, son peloteros de nivel y acomodamos las fases de entrenamiento.
¿Qué tan difícil es entrenar o mandar a atletas con un nivel superior y que no juegan en Cuba?
Cuando nos dieron la tarea de coach de tercera, valoramos qué teníamos que hacer, conversamos con ellos y a medida que pasaban los juegos nos dio resultado. Son atletas con un enorme grado de profesionalidad, muy disciplinados, están en la pelota de mayor nivel en el mundo, sobre todo los que juegan en la MLB donde hay mucha tecnología, avances y te agradecen mucho cuando los ayudas en algo, al final siempre es: “Gracias, profesor”, lo que nos dio fuerzas para seguir trabajando e ir cogiendo confianza.
Eso me enseñó que como entrenador tenemos que seguir superándonos, a veces pensamos que porque tenemos años de experiencia lo sabemos todo y no es así, tenemos que actualizarnos día a día porque las tecnologías cambian. En ocasiones nos quedamos, como decimos los cubanos, medio dormidos, pero tenemos que seguir desarrollándonos y cambiando tanto los atletas como los entrenadores. Necesitamos que los entrenadores se superen, que sigan estudiando.
Coach de tercera en un evento que te pone los nervios de punta, pero debes mantener la cabeza fría. ¿Cómo asumir ese rol cuando a veces te toca la carrera que puede decidir un juego?
El Clásico empezó en China, donde el estadio se mantiene activo todo el tiempo pero no hay ofensas ni nada; en Japón igual, un nivel y una cultura enorme, ya cuando pasamos para Miami la cosa cambió, en el estadio hubo muchas agresiones físicas a compañeros de la delegación y a familiares de los peloteros y también no pocas verbales hacia el colectivo de dirección y los atletas, situaciones en las que no resulta fácil para un jugador tomar decisiones rápidas, la pelota es un deporte complejo, sobre todo a la hora de batear.
En lo personal siempre traté de concentrarme en el juego, me dije: Voy para el partido más importante de mi vida, tengo que hacerlo lo mejor posible y no me puedo equivocar. Cuando salimos al terreno, durante todo el encuentro había un compañero detrás de mí ofendiéndome, mencionándome a mi mamá, pero yo tranquilo y contento porque sabía que mi mamá estaba acá muy alegre en mi Sancti Spíritus natal, aunque a cada rato le daba la respuesta que se merecía, pero seguía concentrado en mi labor.
Fue un escenario muy difícil con la cantidad de público que había, muchos aficionados nos apoyaron, pero tuvimos no pocos en contra. El deporte no se puede mezclar con la política, pero desgraciadamente sucedió. Ocurrieron varias cosas que no se vieron por la televisión, como los individuos que se tiraron al terreno con carteles, algo muy feo, los peloteros norteamericanos se mantuvieron muy tranquilos porque a fin de cuentas fuimos a competir; ellos a hacerlo lo mejor posible, a luchar por la victoria, y nosotros, igual, aunque al final no logramos lo que queríamos, que era pasar a la final.
¿Cómo calaron las dos derrotas iniciales y en qué momento reacciona el equipo?
Es algo que no olvidaré, cuando empezamos perdiendo fue algo triste, pero en el béisbol hasta que no estés eliminado totalmente hay posibilidades y fíjese que había como nueve opciones y se dieron, estábamos convencidos de que lo único que había que hacer era ganar los dos partidos restantes. Alfredo Despaigne se reunió con el grupo y le dijo que no quedaba otra opción que lograr las dos victorias y se lograron; el equipo cambió su parte emotiva. Se nos dio la posibilidad de enfrentar a Australia, que para nadie es secreto que es inferior a Japón, por tanto, sabíamos que teníamos grandes posibilidades, aunque estábamos conscientes de que Australia nos juega bien, pero gracias a Dios logramos vencerla.
¿Soñaron en algún momento ganarle a Estados Unidos?
Sí, porque veíamos al equipo nuestro bien, teníamos conocimiento de que cada uno de los jugadores estadounidenses son titulares de sus elencos en la MLB, peloteros de experiencia y calidad, pero siempre uno va con la mente positiva y con el deseo de obtener la victoria; las cosas no nos salieron bien y no pudimos.
Volvamos al Rafelito como coach, a ese que en uno de los juegos intenta parar a Yadir Drake y este sigue.
Cuando finalizó el juego él manifestó a la prensa que la culpa no había sido del coach, sino de él. No por gusto cuando llegó al banco se disculpó conmigo.
Es que tenemos la imagen de un coach reservado que con los Gallos, por lo general, detiene más hombres de los que deja seguir.
Eso depende de los corredores. A veces uno los manda pensando que pueden llegar y cuando te das cuenta es que no hicieron el trabajo correcto técnicamente en las bases, o sea, que tú los mandas pensando que van a llegar, pero no sabes lo que van a hacer. Es la función de uno y es la más difícil de un juego, tienes que decidir al momento una acción que tú no vas a ejecutar.
¿Cómo quedó el equipo tras la derrota ante Estados Unidos?
Fuimos para el clubhouse, todos tristes, había un silencio total, vinieron los compañeros de la delegación, el vicepresidente del Inder Raúl Fornés y nos dijo: “¡Arriba!, creo que han hecho un trabajo meritorio”. Siempre tratamos de cambiar la imagen, pero no es fácil, fue una derrota y queríamos avanzar.
¿Esperaban un recibimiento del tamaño del que les hicieron?
Cuando regresamos simplemente nos dijeron que íbamos a tener un recibimiento con las autoridades, pero cuando nos hicieron el recorrido por La Habana fue una cosa emocionante, no pensamos que iba a haber tanta gente en las calles y después en la Ciudad Deportiva, fue una cosa muy bonita, niños, adolescentes, ancianos…, toda la gente decía: “Ustedes son campeones”, eso fue hermoso.
¿Y cómo quedó Rafelito?
Quedé ciertamente contento, pero no satisfecho porque hubiese querido ser campeón, eso queda para la historia, para contárselo a tus hijos, tus nietos.
¿Cómo lograron ser, finalmente, un equipo?
Cuando se empezaron a convocar a los atletas de diferentes lugares pensamos que iba a ser difícil, pero no, todo el mundo se unió por las cuatro letras, fue una cosa muy linda, los que juegan al mayor nivel aportaron mucho, desde todos los puntos de vista, ellos daban sus criterios, se ayudaban entre sí, ayudaban a los peloteros nuestros y viceversa. Hay una anécdota: Moncada no empezó bien porque él tiene una calidad de pelotero extraordinaria y a veces quería dar más de lo que podía, ellos no estaban en plenitud de forma porque estaban haciendo sus entrenamientos para la temporada, pero se conversaba con él, ellos mismos le daban ideas y al final demostró la calidad de pelotero que tiene. Hubo una gran cohesión. Armando Johnson es una gente que sabe y tiene ese don de aglutinar y unir a los muchachos, los atletas lo siguieron y se logró una gran familia.
Felicidades a Rafael, y a la periodista tbn la felicito, no menciono ni una vez la palabra Asere ( en alegoria al equipo) y en verdad se lo agradezco de forma particular..Gracias.
Buen entrenador,lo admiro por su optimismo,siempre pensó que podía ganarle a EE UU,seguro k trasmitirá sus experiencias en el equipo de los gallos.
Rafael Munoz por tanto tiempo que le ha dedicado al baseball, ha demostrado ser un gran entrenador, no por gusto fue llamado a formar parte de la direccion del equipo de las cuatro letras al clasico (CUBA), estoy completamente seguro que brindara su experiencia a nuestro equipo espirituano de baseball en aras de mejorar el rendimientos de sus integrantes.
Muy interesante la entrevista realizada por la periodista Elsa a Rafael y donde, a pesar del corto tiempo de la misma, se hace referencia a cuestiones muy importantes que de alguna manera sustentan las causas por las cuales el nivel de nuestro beisbol ha descendido a niveles tan bajos con respecto al resto de los países y no lo estoy comparando con el nivel de los equipos de MLB y de Japón, no, me estoy refiriendo a los países de América latina y del Caribe donde el beisbol es el principal deporte nacional, aunque en algunos casos es compartido con el futbol como es el caso de México, es decir, me refiero a Venezuela, Republica Dominicana, Puerto Rico, Curazao, por solo citar 5 ejemplos, pero también me viene a la mente el nivel que han alcanzado otros países que, sin tener la tradición beisbolera que tiene Cuba, son países que han alcanzado un alto nivel de desarrollo como es el caso de Italia, países Bajos, Australia y otros.
Rafael utilizo una frase que para mí sintetiza el meollo de lo que nos esta pasando y cito, …. nos hemos quedado dormidos…, frase que obviamente tiene intrínseco problemas objetivos y subjetivos y yo, sinceramente, me inclino más por lo ultimo porque aprender, que se superen los manager y adquieran una calificación teórica y practica actualizada en esta disciplina acorde a lo que acontece en el mundo beisbolero, que se capaciten los entrenadores de picheo, los coach, que se perfeccionen los distintos tipos de entrenamientos, que nuestros peloteros aprendan a batear lanzamientos que normalmente no se emplean por parte de los pitcher en Cuba, que se aprenda a batear rectas de más de 95 millas, que los pitcher aprendan a utilizar tipos de lanzamientos que, esta mas que demostrado, le hacen mucho daño a los bateadores, y así por el estilo otro grupo de ejemplos que pudiera poner, no son cosas que requieren de grandes inversiones en tecnologías y recursos y si son cosas que se pueden aprender a partir de las magníficas relaciones que existen con países amigos y que estoy seguro están dispuestos a colaborar y que luego, todo el aprendizaje que se logre alcanzar, se busque la manera de llevarlo a los manager y entrenadores de las categorías inferiores, que están instrumentadas en Cuba desde edades tempranas y de esta manera lograr que los peloteros desde niños se eduquen y se formen en las técnicas del beisbol moderno y que esta enseñanza se controle y se exija por los directivos del INDER a todas las instancias.