La presidenta peruana, Dina Boluarte, ratificó su negativa a renunciar al cargo y minimizó la demanda de grandes protestas sociales, iniciadas hace dos meses y que dejaron un saldo de casi 60 muertes.
La mandataria fue consultada sobre el tema en una visita a la sureña de Arequipa, que sufre de los daños causados por una intensa temporada de lluvias, por lo que llevó consigo medios de ayuda y personal de socorro para atender a los damnificados.
Reiteró que su renuncia “no terminará la crisis, tampoco acelerará nada, ni siquiera las elecciones generales” y generará más crisis por las resistencias que genera el presidente del Congreso, José Williams, su sucesor potencial, a quien plantean reemplazar bancadas progresistas por un legislador de consenso.
Negó que la gran mayoría del país pida su retiro, aunque las encuestas le asignan una desaprobación holgadamente mayoritaria, y sostuvo que quienes le piden retirarse son “un grupo de estos señores que están generando las protestas en las calles”.
Se trata, añadió, “sobre todo de las bancadas parlamentarias de izquierda, que hasta ahora no se entiende cuál es su propósito de la renuncia”.
Sobre otra posibilidad de alivio a la crisis, el adelanto de elecciones generales, dijo que el Ejecutivo presentó dos proyectos de adelanto electoral rechazados por el Congreso, donde debe darse la reflexión.
Entretanto, un congresista ajeno a la izquierda y conservador, Esdras Medina anunció que recoge firmas para una moción de vacancia de Dina Boluarte, por causas diferentes a las de la izquierda y el movimiento social opositor, que la rechaza por haberse aliado a las bancadas de derecha y por las muertes registradas durante las protestas.
Medina sostiene, como otros legisladores de similar tendencia, que Boluarte carece de determinación y por ello genera desorden y y le piden poner orden más drásticamente.
Boluarte se refirió también a la huelga nacional convocada por la Confederación General de Trabajadores y dijo que tiene motivos políticos, es decir demandar su renuncia, nuevas elecciones y un referendo sobre la posibilidad de una asamblea constituyente, y pidió a la central dialogar solo sobre asuntos laborales.
La misma condición para dialogar ha puesto la mandataria a las protestas sociales que plantean la misma plataforma política.
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